Aunque sé que da para la polémica, al menos para mí no hay nada más refrescante que una Coca-Cola. Y es precisamente por eso que en esta entrada me permito hacer una pausa para refrescar algunas cosillas.
1. Lo primero, primerito, es lo siguiente:
Johan Bush Walls es uno de esos cómplices del cuento que este mundo virtual me ha permitido conocer. Mi agradecimiento con él, en todo caso, es muy grande, sobre todo, porque en una de las visitas que hice a su
blog me encontré con una bella sorpresa que me honró muchísimo. Se había tomado el tiempo de escribir un microcuento que, según él, me debía. Don Johan, de nuevo muchas gracias. El cuento lo reproduzco a continuación para todos ustedes:
Se fue a dormir con la esperanza de repetir el sueño de la noche anterior, estaba convencido que, de suceder, ahora sí se haría realidad.
Extendió los brazos, como desperezándose, toco unas paredes membranosas, advirtió que flotaba en un líquido viscoso, entonces despertó dentro del estómago del dinosaurio, pero Monterroso no estaba ahí. Sólo la mitad de su sueño se hizo realidad.
2. La segunda convocatoria de microcuentos 'El dinosaurio' está en plena actividad. De nuevo les hago invitación a participar. Les recuerdo que tienen plazo de enviar sus cuentos hasta el 28 de mayo, según las reglas especificadas en la entrada del concurso.
3. Tal vez muchos lo sepan, tal vez muchos no. En el costado lateral del
blog hay un enlace titulado
Yo dejé mi nombre a cambio de un cuentito, más conocido como
Seguidores. Toda persona que se inscribe en ese enlace recibe a cambio un cuento. Lo digo con sinceridad: he superado todas mis expectativas. Así que si ya se apuntaron, les ruego el favor de que tengan paciencia por su cuento, ya que los estoy escribiendo en el orden justo en el que se han inscrito. Y si no se han apuntado, pues nada, a pedir su cuento que lo escribiré encantado.
4. Este
blog cumple con un horario. Cada lunes se publica un cuento inédito y cada jueves se publica un cuento con nombre propio, que son precisamente los cuentos enunciados en el numeral anterior.
5. Por último quiero agradecerles a todos, amables y queridos lectores, por seguir pasando por este espacio. Saben que es su casa. Recuerden que las puertas están abiertas para sus inquietudes, sus críticas, sus sugerencias y sus palabras de aliento.