jueves, 8 de octubre de 2009

Guardián

Aunque cueste creerlo, en medio de las figuras celestiales, existe un ángel que vela porque se respete el uso correcto de las palabras. Sin duda, su trabajo es arduo y basta conocer las labores que realiza para entender por qué. El ángel no sólo debe vigilar que la gente use correctamente la palabra desde la gramática, la fonética y la ortografía, sino que debe estar pendiente de que se honre el valor moral de cada vocablo. Cuando alguien viola alguna de estas normas, el ángel marca el ‘pecado’ del mortal en el cielo y con la suma de fallas determina el futuro estado de su alma. Si alguien le echara un vistazo a las marcas del ángel, fácilmente se daría cuenta de que los publicistas están condenados al Limbo; los periodistas, al Purgatorio y los políticos, al Infierno.

13 comentarios:

Víctor dijo...

Aquí en España hace tiempo que el cielo está bien despejadito, Esteban. Supongo que ese ángel celestial ha arrancado tantos trocitos que ya no quedan nubes para los mortales. Aquí incluso los periodistas merecen arder en el infierno.

Anecdótico el relato. Quizás le falte acción, o quizás soy yo quien prefiere la acción en los relatos. Pero la idea es buena. De todos modos, prefiero los que no escribes "por encargo", es decir, los no homenajes.

Un saludo.

Víctor dijo...

Ah, y me olvidaba: tu cuento en tres palabras que dejaste en el Minificcionario es, sin duda, por su simpleza y originalidad, el mejor de todos los que he leído por ahí. Felicidades.

SIL dijo...

El brillo azul del cielo argentino, nos ciega...
Ahora encuentro la explicación...
Gracias, Esteban, el cuento es magnífico.

Elo dijo...

Genial... Por eso Cartagena es tan soleada...

Saludos...

Elo dijo...

Si antes me gustaban... Ahora me declaro adicta a los cuentos cortos... :)

Javier Ortiz dijo...

…además, uno advertiría que las nubes pareces coladeras de tantos trozos arrancados.

Muy bueno, saludos.

María Isabel Gómez Castillo dijo...

Muy bueno, la verdad que en la "madre patria..." es en dónde peor se escucha hablar y utilizar la legua "madre". ¡Será que los que habren la boca, y son de aquí quedaron en los tiempos de la conquista....!
Sin embargo, hay excepciones, y cuando te encuentras con uno, piensas. Dios es grande...!!!

Ángela Cuartas dijo...

Y justo cuando yo llegué acá a Brasil, comenzó el verano. Claro que sigue lloviendo, pero poco a poco iré resolviendo ese problema.
Está muy bonito el cuento, me alegró muchísimo leerlo (sobre todo por poder enviar políticos al infierno).

Deprisa dijo...

Y algún que otro periodista tampoco se libraría de la quema, cro yo...

Me ha gustado la idea de ese ángel, es encantadora.

Esteban Dublín dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Esteban Dublín dijo...

Víctor, qué bueno por ese cielo despejado. Es un buen síntoma. En todo caso creo que el ángel se ha olvidado de otro selecto grupo por violentar el idioma de maneras arbitrarias inconcebibles: los publicistas. Por otro lado, escribir por encargo tiene su ciencia, siempre tienen un toque de búqueda más precipitada por la cercanía entre unos y otros y eso puede derivar en que los otros, que llegan con más libertad, sean de tu preferencia. Un abrazo, mi amigo.

Sil, qué bueno que en los países amigos el cielo esté bello y limpio. No puedo decir lo mismo de las alturas de Bogotá, pareciera que el ángel se ha dedicado a viajar por otros lugares en donde hacen y deshacen con el idioma. Espero que no se me distriga mucho, porque por estos lares se está necesitando mucho. Un beso para ti, Sil. Siempre es un gusto tenerte en esta, tu casa.

Quimera, Cartagena es soleada, pero, ¿qué tal el firmamento? Habrá que ver para determinar qué tan cuidadosos están siendo con las palabras. Para mí es un orgullo enorme contribuir a que te envicies a la fantasía de los microrrelatos.

Javier, sólo hay que echar un vistazo hacia el cielo para ver como están los copos de algodón. Por aquí la cosa está grave, debo decirlo. Mucha lluvia, mucho frío.

Isabel, creo que no estoy de acuerdo contigo. Creo que en España, más bien, son muy cuidados cuidadosos con el idioma. En cambio en latinamérica somos muy imprudentes con las palabras, ignorantes e, incluso, atrevidos. Es un gusto verte tan seguido.

Huy, Angelita, dale, no te guardes la capacidad de seguir enviando a nuestros queridos gobernantes al lugar del que debieron escapar, del mismísimo Averno, de donde no deberían salir nunca jamás. Me gustó mucho hacer tu cuentito y me alegra que te haya agradado. Mil besos.

Amigo del equipo de Deprisa, creo que tienes razón. Pero insisto que al ángel se le olvidó el grupo de los publicitarios, quienes, al menos, deberían estar en el Purgatorio.

Anónimo dijo...

Muy buen homenaje al blog de Angela, donde nos regala una mirada especial del idioma que tantos de nosotros compartimos, y que tanta belleza y encanto tiene.
Por cierto que las palabras son muchas veces víctimas de "mal hablados", que tergiversan su significado, que las usan desprejuiciadamente para mentir, que zahieren los oidos de quienes por fuerza escuchamos, y que silenciosamente imploramos por la aparición de ese ángel, pidiéndole ¡¡¡que trabaje rápido!!! y que limpie todos los cielos del planeta.
Un abrazo!!!!!

Esteban Dublín dijo...

Lauri, debo hacerte una aclaración. Ángela no da nuevos significados en su blog. Lo que ella hace es mostrar los que son desconocidos para la mayoría. En todo caso hay muchos que por usarlas mal sí deberían tener más de un castigo.