lunes, 29 de diciembre de 2008

¿Cuál fue el cuentito que más te emocionó en el 2008?

Esto de irse siempre es difícil, así que antes de fin de año, me entraron las ganas de darle un reconocimiento al mejor cuentito de 2008. Yo, por supuesto, no soy el más indicado para dar el título. Con el fin de evitarme cualquier tipo de celos por parte de los cuentitos, es que recurro a ustedes. Así me sacan del aprieto y de paso le dan un incentivo a estos pequeños. La selección no es arbitaria, ya que estas fueron las historias más comentada del año. Sin más, adelante, honorables miembros del jurado.

martes, 23 de diciembre de 2008

Vacaciones

Este año fue el que los cuentitos eligieron para empezar a contar sus historias. Eso no puede significar otra cosa que agradecimiento con el 2008. Para cerrar este buen año, en nombre de los microcuentos quiero agradecerles sus visitas y sus conversaciones. Ya por este año, creo que fue suficiente. Así que si la Tierra sigue girando, nos leeremos de vuelta el 19 de enero con las nuevas historias que me quiera venir a contar el 2009.

Y si se quieren emborrachar de felicidad en estas fiestas, les recomiendo un licor que no falla. Se llama amor.

¡Felicidades y hasta el próximo año!

viernes, 19 de diciembre de 2008

Anda por ahí

Cuando ella se fue, un fuerte portazo retumbó como adiós. La depresión abrazó a Jorge Andrade y el alcohol se lo llevó de viaje. Semanas después y aún con veisalgia, se levantó, tomó un lapicero y una servilleta, y salió a buscarla. Su labor fue infructuosa. Desesperado, empezó a escribir cuanta cosa se le ocurría para evocarla. Sin embargo, sus intentos no eran más que los dibujos nítidos de su desesperanza. Un día la encontrará y ella, la historia que buscaba, se abalanzará a abrazarlo con amor y odio a la vez, lo reprochará, lo golpeará en el pecho y le llorará desconsolada recriminándolo por dejarla ir tan fácilmente.

martes, 16 de diciembre de 2008

Refinamiento

Ahora sólo se alimenta con ricachones. Porque lo que era antes, la condición era lo de menos para ella. Hace tiempo disfrutaba con cualquier tipo de hombre: pobre, bajito, alto, gordo, flaco, negro, blanco, en fin… El problema fue cuando llegó el millonario ese. Se le metió el cuento en la cabeza de que el estrato era importante, que dizque porque era más exquisito que el resto. ¡Tonta! Con lo duros que están estos tiempos para el canibalismo.

viernes, 12 de diciembre de 2008

La estrella

El júbilo albiazul no puede ser mayor. Por las calles bogotanas, banderas azules y blancas se agitan como gaviotas liberadas después de veinte años de encierro. Los hinchas lloran inconteniblemente de felicidad y, alrededor de los bares de El Campín de Bogotá, los borrachos se confunden en abrazos con una euforia que se hace incontrolable. No es para menos. En el partido de vuelta de la final del fútbol colombiano, Millonarios ha remontado el 0-2 en contra con el que había iniciado la serie en contra de Nacional de Medellín y se ha colgado en su arcas de triunfos el título que le ha dado la esquiva estrella 14. A Santiago Ávila no le cabe tanta dicha: celebra, grita, llora, bebe, ríe, aplaude, vitorea, salta y cae de la cama.

martes, 9 de diciembre de 2008

Lacayo

De lejos, este gobierno ha sido el mejor en siglos. Muestra de eso es la erradicación de técnicas tan cruentas como la horca, la guillotina y el fusilamiento como penas de muerte. Mi trabajo actual lo confirma. Ahora me levanto temprano en la mañana, subo hasta un volcán y saco ocho baldes de lava hirviente. Luego recojo especias del bosque y las mezclo con la lava. Cuando la receta está lista, la vierto sobre una olla gigantesca y la llevo a una celda de Palacio para alimentar a la mascota de Su Majestad, un gigante dragón que, gracias a la fusión, puede incinerar de un soplo a los condenados de muerte.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Zombis

En su acostumbrada visita nocturna al cementerio, Andrés observa el mausoleo central hasta que un gemido lastimero hace que se dé vuelta. El aire se concentra y, desde una de las tapias, una espesa neblina forma figuras irreconocibles. Andrés se acerca y se fija que algo lucha por emerger desde el suelo. De la fosa, lenta y copiosamente, uno, dos, nueve, veintiuno, ciento dos, cuatrocientos, mil ochocientos, nueve mil setecientos, ochenta y cinco mil zombis salen y, mientras orquestan una sinfonía de sollozos, llegan hasta él, lo tumban sobre el camposanto y lo devoran despellejándolo hasta convertirlo en uno de ellos. Andrés ahora es Morán, la última palabra del idioma castellano.

martes, 2 de diciembre de 2008

La mina

Mientras caminaba, Yahír Pataquive se repetía a sí mismo en voz alta huevos, pan y leche para no olvidar el pedido de su madre. El camino acostumbrado a la tienda estaba cercado y no le quedó otra alternativa que tomar un atajo por una vieja vereda. Cuando dio el sexto paso, un kaboom acabó con la esperanza de los miles de hinchas del Ajax de Amsterdam que disfrutarían los prodigios y los ciento ochenta y cuatro goles de su pierna izquierda.