miércoles, 28 de octubre de 2009

Empezar de nuevo

Queridos amigos, el dolor de cuento ha pasado. Me retracto de lo que dije en la entrada anterior y, pasada la pena, empiezo de nuevo. Lo primero que tengo por decirles a todos es gracias por la solidaridad que me expresaron. Lo siguiente es contarles que ya tengo equipo nuevo y que he podido recuperar algunas cosas. Otras aún me faltan, pero espero encontrarlas pronto. Un saludo para todos y que vengan los cuentitos.

lunes, 26 de octubre de 2009

Captura

Cuando Teresa Maltus compró su cámara, nunca imaginó las consecuencias que producirían sus fotografías. Cada vez que obturaba, la persona, el lugar o la cosa que cubría el campo de imagen desaparecía instantáneamente, como si, por un efecto mágico, quedara archivado en el aparato. La primera vez que le sucedió pensó que tan sólo era una ilusión óptica. Pero al ver el monumento nacional sin el busto del prócer, y al niño caminando sin torso, y al firmamento con un cuadrado transparente en el medio, se dio cuenta de que no era un mero espejismo. Entonces, desesperada por el caos provocado, obturó a diestra y siniestra haciendo desaparecer todo lo que la rodeaba. Y allí quedó, con su cámara llena de unos recuerdos que no se atrevía a contemplar, llorando en medio de un infinito desierto traslúcido.

jueves, 22 de octubre de 2009

Cuentacuentos

Un mal cuento inspiró otro cuento. El otro cuento, a su vez, inspiró un buen cuento. El buen cuento gustó mucho y por eso alguien escribió un cuento maravilloso inspirado en él. Pero el cuento maravilloso era tan sorprendente que alguien lo tomó de referencia y escribió un cuento extraordinario. Fue así que un escritor leyó el cuento extraordinario y se basó en él para escribir un cuento increíble: un clásico. Así fue que el cuento clásico inspiró uno extraordinario, y el extraordinario, uno maravilloso, y el maravilloso, un buen cuento, y el buen cuento, otro cuento, y el otro cuento inspiró un mal cuento, y así los cuentos se devoraron entre sí haciendo que las historias se acabaran para siempre.

lunes, 19 de octubre de 2009

Génesis apocalíptico

En el año mil novecientos cuarenta y ocho, en el mes cuarto, a los nueve días del mes, cayó la desgracia sobre la antigua Bacatá.

Y en ese mismo día lloró Socorro, y Angustias, y Dolores lloró también, y lloraron como ellas todas las madres.

Así fue que sus lágrimas se volvieron lluvia y su llanto cubrió toda la región.

Es así que desde ese día cae un diluvio sobre los suelos de Colombia todos los días y todas las noches.

jueves, 15 de octubre de 2009

Sol

Como el astro,
brillante y luminoso,
hasta un hombre llegaron tus versos.

Tomó en sus manos el poema,
devoró tus palabras y,
sin razón,
empezaron a arder como bengalas.

Igual que el astro,
el texto quemaba y,
rápidamente,
consumió al hombre, que,
retorciéndose en llamas,
antes de ser ceniza,
desplegó un monosílabo mortal,
Sol, dijo: Sol.

lunes, 12 de octubre de 2009

Misterio de carreteras

—¡Discúlpeme, señor! —grita una mujer asomándose por la ventana de su carro mientras lo va orillando—. Estoy buscando el pueblito ese donde la gente no tiene nombre…
—Claro, mi doña —replica un viejo acercándose para escucharla—. ¿Qué quiere saber?
—Todo… —sentencia ansiosa la mujer.
—Pues todo, todo, no lo sé —interrumpe el viejo—. Pero le puedo decir lo que he oído.
—Por favor…
—Imagínese que allá la gente se llama por lo que hace. El alcalde actual, por ejemplo, es ‘el alcalde que es hijo del senador’ para diferenciarlo del anterior. El mejor panadero es ‘el de la panadería de la tercera calle a la izquierda desde la plaza’, diferente al de la competencia, que es ‘el señor de la panadería barata’. ¿Me entiende?
—¿Y todos se llaman así? —pregunta incrédula.
—Claro, mi doña —interrumpe el viejo—. No es tan difícil como parece…
—Eso tengo que verlo —dice sonriendo la mujer—. ¿Cómo llego?
—¿Como que cómo llega?
—Sí, señor —dice ofuscada—. ¿Cómo llego hasta allá?
—Usted es igual que el resto —replica molesto el viejo—. ¿Cómo quiere llegar a un pueblo si ni siquiera sabe cómo se llama?
—¿Y cómo se llama?
—¿Qué cosa, mi doña?
—El pueblo ese…
—Ese tampoco tiene nombre.

jueves, 8 de octubre de 2009

Guardián

Aunque cueste creerlo, en medio de las figuras celestiales, existe un ángel que vela porque se respete el uso correcto de las palabras. Sin duda, su trabajo es arduo y basta conocer las labores que realiza para entender por qué. El ángel no sólo debe vigilar que la gente use correctamente la palabra desde la gramática, la fonética y la ortografía, sino que debe estar pendiente de que se honre el valor moral de cada vocablo. Cuando alguien viola alguna de estas normas, el ángel marca el ‘pecado’ del mortal en el cielo y con la suma de fallas determina el futuro estado de su alma. Si alguien le echara un vistazo a las marcas del ángel, fácilmente se daría cuenta de que los publicistas están condenados al Limbo; los periodistas, al Purgatorio y los políticos, al Infierno.

lunes, 5 de octubre de 2009

Descontrol

Por algo que no es aún capaz de explicar, el personaje siente que no está trabajando del todo bien. Su impresión toma fuerza, sobre todo, cuando sabe que debe llegar urgentemente hasta el castillo para salvar a la doncella, pero termina sumergido en un túnel, guardándose un dinero que ha encontrado de casualidad. Por más que está empeñado en cumplir su épica labor, algo mucho más grande que él le impide moverse del modo que desea. La situación llega al extremo cuando sin razón alguna queda suspendido en el aire justo después de un salto casi mortal. Al otro lado, en un espacio que el héroe ni siquiera imagina, un chiquillo le ha puesto pausa a su Gameboy.

jueves, 1 de octubre de 2009

Mensaje divino

—¿Alguien me ha llamado, Alan? —pregunta Daniel Frini a su hijo luego de saludarlo.
—¡Sí, papá! —se apresura el muchacho—. Un señor Dios como siete veces. Que hagas el favor de dejar de cambiarle las historias.