lunes, 2 de febrero de 2009

Abordaje

No crean, para mí tampoco fue fácil. Verla tan hermosa y llorando, como suplicándome un minuto más. Al menos un abrazo más. Se iba a España y sabrá Dios si algún día vuelva. Tal vez nunca la vea de nuevo. Sollozaba, como si no hubiera remedio posible, y, yo, claro, yo que no soy de palo, pues me quebré. Porque tal vez muchos crean que soy un insensible, pero no, soy un hombre de carne y hueso. Nadie sabe lo que sufro yo en momentos como esos. “Siga, señorita”, fue lo último que le dije mientras le devolvía el pasaporte para atender al siguiente pasajero.

26 comentarios:

Jaime Diaz dijo...

Excelente... el giro del final es muy bueno!

Martín Franco Vélez dijo...

El mejor de todos.

Mauricio Duque Arrubla dijo...

Mi imaginación comenzó a volar temprano este lunes

Fernando Ramos dijo...

Bonito texto master Dublín, he estado incontable veces frente a un oficial de migración, muchos de ellos lo ven raro a uno, pero debe existir alguno que sienta, tiene que haberlo.

Saludos.

Anónimo dijo...

Estoy preguntándome por qué no la detuvo con un "hummm... creo que hay un pequeño problema con su pasaporte".

Sobrevendría el amor o el espanto?

Nancy dijo...

Confieso que no me esperaba ese final. Me sorprendió gratamente.

Esteban Dublín dijo...

Mi estimado Turin, maravilloso que lo hayas visto así.

Martín, con elogios como esos para qué réplicas. Gracias.

Mauricio, un gusto tenerte de vuelta. Me alegra enormemente que tu imaginación haya empezado a volar empezando la semana.

Fernando, yo creo que los oficiales de migración sufren bastante. Es imposible que tanta lágrima no los conmueva. Es un trabajo difícil, sin duda.

Diego, creo que no la detuvo porque su esposa lo estaba esperando en la casa. En todo caso, es una buena segunda historia.

Nancy, tampoco yo. Pero como he dicho antes, cada cuentito tiene su modo de hablar y no soy nadie para decirles qué deben decir. Maravilloso que te haya sorprendido.

Johan Bush Walls dijo...

Debe ser difícil maestro, estar todo el tiempo en un lugar, en la puerta de entrada o salida, en medio del barullo, queriendo irse quizá. Pero se quedan, primero las obligaciones.

Salú pue.

Paulafat dijo...

JAJAJAJA... Se necesita de mucho talento para crear una historia y hacer reír con tan pocas palabras. Te felicito.

Saludos!

Esteban Dublín dijo...

Pero por supuesto que es difícil, Johan. Ver tantas lágrimas y abrazos de despedida los debe conmover.

Mi querida Pala Labra, tus palabras me llenan de aliento. Y este cuentito se llena de alegría al escuchar tu conversación.

yacasinosoynadie dijo...

me encanta el comienzo, le da una voz linda al cuento... Siempre he pensado en la cantidad de historias y de cosas que le pueden pasar por la cabeza a un personaje con ese oficio... Que bonito cuento Esteban.

yacasinosoynadie dijo...

que bueno volver por acá... siempre me pone de buen humor adelantar cuaderno con tu blog...

Esteban Dublín dijo...

Jorge, créeme que me alegra más a mí que un querido amigo de esta casa, vuelva. Bienvenido de nuevo.

Anónimo dijo...

Muy bueno, me acuerda de Closer, mi deseo reprimido es ser Jane Jones.

Anónimo dijo...

Sr. Dublín cómo puedo agradecerle las sonrisas y los buenos momentos?

De corazón, gracias

Esteban Dublín dijo...

Mi querida Female, para mí no hay un agradecimiento más grande ni distinto a que sigas escuchando los cuentitos y conversando con ellos.

Leo dijo...

Que particluar Pala Labra! A vos te generó risas; a mi la angustia de un abandono permanente! Que particluar esto de las palabras!

Muy bueno. saludos!

Esteban Dublín dijo...

Estimado Leo, lo primero es agradecerte por venir a escuchar los cuentitos. Lo segundo decirte que en realidad este cuento lo que pretende es crear un ambiente de nostalgia y melancolía. Olvido si quieres. Y lo tercero y más importante es que te agradezco infinitamente por confiarme tu nombre.

Pupila dijo...

Qué sorpresa. El pobre. Me gustó mucho.

:-)

Esteban Dublín dijo...

Gracias, Pupila. Sabes que eres invitada de lujo a este, tu espacio.

Oriana P. S. dijo...

Muy bueno, Esteban.
Un gusto haberte encontrado en este extraño mundo que no existe, pero que es real.
Me alegra que hayas tropezado con el Minificcionario, un rinconcito al que le ponemos mucho cariño.
Seguiré perdiéndome entre estas callecitas de tus cuentitos...

Esteban Dublín dijo...

Oriana, para mí también fue un placer encontrar Minificcionario. Esta es tu casa, así que ven cuando quieras.

Esteban Dublín dijo...

Bienvenida Ángela. La sonrisa me anima.

Walter Giulietti dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Walter dijo...

Felicitaciones Esteban. Hoy di con tus cuentos vía Casa de los Cuentos.
Muy bueno lo que hacés. Te voy a empezar a seguir.
Abrazos!!!

pd: No sé qué apreté antes :S

Esteban Dublín dijo...

Wálter, buenísimo. Siempre bienvenido por aquí.