lunes, 31 de enero de 2011

viernes, 28 de enero de 2011

De la sabiduría del mar

Te escribí un relato y te lo mandé en la embarcación que partía hacia tu playa. En algún lugar, el barco se detuvo, aunque luego siguió su rumbo. El relato, sin embargo, quedó encallado.

miércoles, 26 de enero de 2011

303

En el tercer piso del edificio vive una mujer con Bruce, un labrador ocre que no se le despega ni un segundo. Cada vez que me la encuentro, está al lado de su can, sacándolo al parque para que haga sus necesidades o jugando con él. En los doce años que llevo viviendo en este conjunto, jamás le he conocido a la señora pretendiente alguno. Siempre la veo con su perro de arriba abajo, de aquí para allá. Hace poco, una amiga vino a visitarme con su mascota, una labrador igual que Bruce. En el ascensor, nos encontramos con la vecina del 303 y la saludamos. Al ver el entusiasmo de Bruce con la perrita, mi amiga le propuso cruzarlos. Desde ese día —no sé por qué— la vecina dejó de hablarme.

viernes, 21 de enero de 2011

Anestesia general

Cierto día, un médico creó una droga que evitaba el dolor del alma, es decir, el dolor causado por las penas de amor. Eso sí, funcionaba como la anestesia: si un paciente solicitaba una dosis, debía tomarla antes de que su pareja le rompiera el corazón. La medicina, sin embargo, también tenía sus efectos secundarios. Con solo una dosis, el paciente, al quedar anestesiado del corazón, también perdía el don del enamoramiento. Desde esos días, el ser humano dejó de sufrir. Desde esos días también se busca incansablemente un antídoto.

miércoles, 19 de enero de 2011

Poder

Desde hace unas semanas, un hombre viene imaginando una ciudad de ensueño. Sobre sus suelos se ciñen copos dorados de algodón y sobre los portones de las casas se levantan banderas brillantes con efigies de la realeza. Trigales esplendorosos se extienden por varios kilómetros y extensas llanuras gatopardo ocupan las principales vías de la ciudad. Gozando de una arquitectura perfecta, en todo el centro de la urbe, cuatro torres de ladrillo albo apuntan hacia cada uno de los puntos cardinales y, como el eje de una brújula, la estatua de un imponente ángel toca una lira que deleita a los habitantes con una melodía celestial. Sin embargo, la verdadera maravilla sucede cuando el hombre descubre que a medida que piensa en cada nuevo detalle, la metrópoli se va formando de manera real y exacta a como él la imagina. Y así, poco a poco, va figurando puertos, plazas, campos, cercas, parques y habitantes a su antojo. Sintiéndose libre, concibe una isla de arena cristalina y a la orilla de ella, erige un precioso cementerio lleno de rosas inmarcesibles y tapias de mármol con inscripciones de pino. Cegado por el poder, improvisa un majestuoso mausoleo y, sobre él, una finísima placa con un epitafio bordado en oro que dice: “Aquí yace el creador de esta maravilla”.

lunes, 17 de enero de 2011

miércoles, 12 de enero de 2011

Sirena

A Javier Perucho

Soy marino. Bueno, marino retirado para ser más exactos. La última vez que zarpé, naufragué. No digo que me hayan olvidado, porque más de una vez han llegado a rescatarme, pero yo mismo he preferido quedarme en esta isla. La razón no puede ser otra: me enamoré de una sirena. La primera vez que la vi, temí que me embrujara con su canto, pero al conocerla, comprendí que la advertencia de Circe no era más que un mito. Ambos renunciamos a nuestros mundos: yo, a la mujer que me esperaba en casa y ella, a los cientos de tritones que la pretendían. Cualquiera puede comprender que un mortal como yo se pierda por la belleza de una sirena, pero lo que nunca me cupo en la cabeza fue que ella me correspondiera. Un día, incrédulo ante el amor que me profesaba, le pregunté qué era lo que más le gustaba de mí. “Tus piernas, guapo”, respondió sin dudar.

lunes, 10 de enero de 2011

Bienvenido, 2011

Como los cuentitos no aguantaban más encerrados, me pidieron encarecidamente que empezara pronto este nuevo año.

En este 2011, al menos inicialmente, el plan de publicación no se modificará a menos que suceda algo extraordinario. Cada lunes, esta casa estará visitada por unos micros que algunos vienen llamando como nanorrelatos, es decir, microrrelatos que tendrán hasta tres líneas como máximo. A estos, yo los llamo Microscópicos, pero a pesar de su tamaño, espero sinceramente que todos alcancen a verlos.

Los miércoles posiblemente sea el día que más me divierta. La idea es que sin falta encuentren un microrrelato con serias intenciones de publicación impresa. Ustedes serán los primeros jueces de una serie que he denominado Historias de vecinos, de los que ya publiqué algunos el año pasado. Mensualmente, además, tengo planeado publicar un micro de una serie que lleva el título tentativo de Zooilógico, micros dedicados a animales mitológicos, un tema que desde muy niño me ha producido inmensa fascinación. Por otro lado, iré publicando aquellos microrrelatos que la disciplina literaria y los concursos me vayan exigiendo con el transcurso de los meses.

Y como viene sucediendo desde que inauguré la sección de Seguidores en este blog, cada viernes publicaré los microrrelatos inspirados en la persona que se ha inscrito. Algunos saben que es una categoría que yo he denominado Cuentos con nombre propio. Aunque muchos solo inscriben su nombre y nunca vuelven, he procurado escribirle a cada seguidor su propio microrrelato, fiel a mi promesa. Insisto en que esta sección es la que más trabajo me cuesta y, de paso, más canas me saca. Sin embargo, de vez en cuando sale uno que otro que me produce grandes satisfacciones.

Sin más alharaca, les doy la bienvenida a este nuevo año. ¡A leer se dijo!