miércoles, 18 de diciembre de 2013

No basta

No basta que arrecie una tempestad en tiempos donde la aridez y la sequía hayan forjado su imperio.
No basta que se levanten los mirlos ni que creen una sinfonía con el fin único de inquietar las virtudes del silencio.
No basta que la lluvia deje de irrumpir los tejados y mucho menos que los caracoles que adornaron mi niñez retornen en forma de epifanía.
No basta, te juro, ni siquiera la benevolencia de una memoria capaz de emular los versos que se grabaron una vez y el tiempo o su inclemencia fueron desapareciendo.

No bastan los rubíes, los cánticos, los almendros, los finales ni las cañas portadoras de esperanza.
Tampoco bastan las bengalas, los suspiros, los atardeceres ni los pliegues de página que determinan la flexibilidad de los libros.
Nada bastan, ni siquiera, las figuras que se anteponen a las fórmulas o las inquietudes que contemplan aquellos que le abren espacio a la indignación.
Es que no basta el sombrero, la sabiduría, la lentitud ni asomo alguno que fundamente las bondades que trae consigo la temida vejez.

Hijo mío, es que no basta fantasía o ansiado laurel que se compare con este amor mío que, lejos de las presentaciones de la razón, no para de crecer por ti.

martes, 17 de diciembre de 2013

Llegará el día

Llegará el día en el que las mariposas se conviertan en huracanes.
El día en el que los truenos tomen forma de luciérnaga, de lirio, de remolino.
Llegará quizá la noche en que las estrellas apaguen su brillo por un capricho infantil y la luna se duplique contraviniendo las exactitudes del universo.

Va a llegar el día en que el destino llegue empacado en cintillas de caracola definidas con el adjetivo de interminables.
La tarde en la que el halo de luz que se cuela por las ventanas de los insomnes se transforme en polvo de hada, en risa de duende, en lágrima de centauro.
Una noche a las ocho de la noche que será destrozada por un trío de manecillas formada en la academia de la rebeldía.

Quizá llegue el día en que los ladridos tomen forma de susurros y los perros olviden lo aprendido para empezar a volar.
Llegará el día inconcluso donde el sol decida no ocultarse y los ladrones abandonen las calles tan solo para oler el pan o para burlar el hambre.
Tal vez llegue ese instante en que las humedades cuenten historias de ancestros y la fragancia del pasado se presente para dejar constancia de la jerarquía del recuerdo.

Y mientras llegan esos días que ansiaría cualquier canción, yo los olvido por el único que espero. Ese que llegues tú y me abraces con la mirada para decirme lo que aún no te enseñaron las palabras.

martes, 3 de diciembre de 2013

Canciones para Emmanuel

Emmanuel, el nombre que hemos elegido para nuestro hijo mi esposa y yo, ya nos alegra la vida con sus patadas desde la barriga. A partir de ahora y quizá por un tiempo prolongado, este blog solo estará dedicado a él. A continuación, comparto la primera canción que he decidido componerle.

Yo, el hombre que pensaba solo podía amar mujeres. 
Aquí estoy, hablándote a través de la barriga de tu madre. 
 Esperándote con las ansias de una final de fútbol. 
 Aguardando el momento que me permitas escuchar tu llanto. 
 Aquí estoy, amándote a ti, el hombre de mi vida.

viernes, 15 de noviembre de 2013

La música de las sirenas

Javier Perucho, uno de los más juiciosos estudiosos del microrrelato, ha publicado un nueva antología de su gran pasión, las sirenas. Anteriormente publicó Yo no canto, Ulises, cuento, un libro extraordinario que aborda la misma temática. En esta ocasión, la alegría es grande, porque Sirena, micro de mi autoría, comparte páginas en este libro con amigos de La Inter y maestros del género.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Canción de invierno

Una mujer se había enamorado de la lluvia. Se ilusionaba con los nubarrones, se alegraba con la llovizna, se excitaba con los aguaceros. Añoraba el invierno durante todo el año. Cuando llegaba, salía a las calles, se sentaba en el prado helado de los parques y escribía sus cartas de amor en medio de la tempestad. Por supuesto, vivía enferma y sus padres le prohibieron las salidas al frío de los temporales. Rebelde, sin embargo, una noche de diluvio escapó de casa buscando el origen de los truenos. Murió sumergida en un lago al que se lanzó para emular la imagen de las gotas rebotando sobre el agua. Nunca encontraron el cuerpo. Algunos dicen que se transformó en rocío y que se la escucha cantar cada vez que cae granizo.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Espejos de concreto

Debajo de esta casa habita un intruso. Puedo sentirlo pegando el oído al techo, encaramado a un butaco, mientras yo me agacho para escuchar en qué anda.

viernes, 8 de noviembre de 2013

El racionamiento

En el año 92, debido a la escasez se agua que se presentó en las hidroeléctricas de Colombia por un fenómeno climático, el gobierno se vio obligado a decretar un racionamiento de energía en el que se hacían cortes de luz de las cinco de la tarde a las nueve de la noche. Durante esas horas, las familias sustituimos el televisor por la radio y el silencio por el diálogo. Recuerdo con cariño el tiempo que pasaba escuchando las anécdotas de mis abuelos contándonos acerca del amor que los encontró. Aquel navío que atravesaba el río Magdalena al que mi abuelo se coló solo para ver a mi abuela, aquellos telegramas que se enviaban desde sus ciudades natales para sostener vivos los recuerdos, aquel bolero dedicado en la serenata que selló el enamoramiento. La paradoja no deja de sorprenderme. Volvió la luz y se apagaron las conversaciones.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Canciones y golondrinas

Mi abuelo me contaba la historia de un hombre que cada vez que entonaba una canción, nacía una golondrina. «Con cada nota», me decía, «el ave se va formando sobre la rama de un arbusto. Con la nota final, verás que está listo para emprender el vuelo». Yo, por supuesto, estaba convencido de que todas las cosas que me decía estaban relacionadas con los disparates inherentes a su vejez. Sin embargo, el día que eligió para despedirse de la familia, me llamó aparte y me susurró al oído mientras me entregaba la llave de un cuarto prohibido para mí. Mientras la familia se quedaba a su lado para darle el adiós definitivo, yo salía para develar el misterio de la habitación. La abrí y encontré una vieja guitarra recostada sobre una mesilla. Luego seguí el camino de unas partituras desparramadas por el suelo que conducían hasta un portón entreabierto. Alcancé a escuchar el gorjeo colectivo de las aves y los sollozos de mi padre a la distancia.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Carrera de caparazones

Los días eran felices en la casa del abuelo. Cada sábado, sin falta, llegaba corriendo a buscar los caracoles que se trepaban por el inmenso árbol plantado en la mitad del patio. Solía tomar dos de ellos, ponerlos en el suelo y trazar una línea de partida y otra de llegada. Los ubicaba en posición y cuando los soltaba, me recuerdo arengándolos para que ganaran una competición que podía durar horas. Una tarde, después de llegar del sepelio del abuelo, regresé. Descubrí que habían dispuesto una barbacoa en lugar del árbol y mientras caminaba, escuché como el crujir de una hojarasca. Retrocedí y observé que en realidad había pisado el caparazón del que podría ser el último caracol de ese patio. Me acurruqué para verlo y volví a gritarle como antes. «Vive, por favor», le decía. «Vive».

lunes, 21 de octubre de 2013

miércoles, 16 de octubre de 2013

Objeto del misterio

Cada vez que mi hermano menor recibía un regalo, lo desbarataba para saber de qué estaba hecho. Lo recuerdo sacando la espuma de sus peluches, rompiendo sus carritos, destejiendo su ropa nueva. En mi papel de hermano mayor, siempre le advertía que alguna vez las cosas le cobrarían venganza. Sin embargo, él continuó perfeccionando cada vez más sus técnicas de destrucción con elementos más sofisticados: cámaras, ordenadores, electrodomésticos. Una noche, mientras descomponía una lavadora nueva, desapareció. Mi madre, después de años de llanto y de búsquedas fallidas, se niega a venderla.

viernes, 11 de octubre de 2013

Falcao y el destino

Años atrás, cuando aún conservaba el sueño de ser futbolista, llegué a un equipo de Bogotá llamado Fair Play. Allí jugaba un pequeño prodigio que hoy sigue conservando el récord de ser el jugador más joven en debutar en fútbol profesional (a los 15 años en segunda división). Ese prodigio era conocido como Radamel. Un año antes de eso, cuando yo hacía parte de las divisiones inferiores del equipo de mis amores, Millonarios, nos habíamos enfrentado a él y a su equipo, Fair Play, en una semifinal de la Liga de Bogotá. Recuerdo como si fuera ayer el gol que marqué y el 2-0 posterior que cerró la primera etapa a nuestro favor. Y recuerdo también la impresionante figura de Radamel emergiendo, renaciendo de las cenizas como el fénix, en un segundo tiempo de ensueño, en el que marcó tres goles y volteó el partido. Fair Play pasó a la final, nosotros quedamos en el camino y Radamel quedó en mi memoria para siempre. Un año después, como dije, jugué a su lado. Ese privilegio no se compara con nada. Él siguió el camino del fútbol para convertirse en el mejor 9 del mundo y yo tomé el rumbo que me marcó la publicidad. El destino hizo que mi más reciente campaña lo tuviera a él como protagonista y hoy, ese mismo destino, nos vuelve a encontrar. A mí, detrás de un televisor, con la admiración que me sigue despertando su impresionante talento y a él, como la estrella a la que todo un país le ruega un regreso al evento deportivo más importante del mundo. ¡Vamos, Radamel!

jueves, 10 de octubre de 2013

La Mujer Cocodrilo

La luna de Plato ya no lo cobija. Los mangles dejaron de figurar como camuflaje. El río se llevó la leyenda con su caudal. Entre los matorrales, ya no se asoma el Hombre apellidado Caimán y sus pasos se esfumaron como el mito que hizo grande al Magdalena. Las mujeres ahora se bañan sin temor a las orillas del arroyo y exponen sus cuerpos desnudos al sol con el orgullo de su color costeño. Ahora son los chiquillos arrechos los que espían a las comadres emulando el legado del legendario voyerista. Y soy yo quien los espanta con este cuerpo deforme, aguardando paciente el regreso del hombre que me convirtió en animal.

viernes, 4 de octubre de 2013

Las narraciones alternas

Cuando de niño visitaba a mi padre, solía quedarme en la biblioteca del segundo piso. Durante horas, devoraba los volúmenes que arrumaba en sus repisas y, con frecuencia, caía rendido después de largas horas de lectura. Pero lo extraordinario no eran las historias de cada libro, sino los resaltados fosforescentes sobre los párrafos que revelaban una pista determinante de la narración y, sobre todo, las notas que mi padre escribía sobre las márgenes en blanco. De repente, las ficciones alternativas que descubría alrededor de las de García Márquez, Flaubert y Steinbeck me resultaban más fascinantes que las de los mismos clásicos. Rebuscaba indicios en los libros, revisaba las frases destacadas, escudriñaba las anotaciones en lápiz y, en más de una ocasión, me obsesionaba con las fechas desparramadas al azar en las páginas que indicaban las horas y los días de la acabada lectura. Incluso, estaba convencido de que las puntas plegadas sobre los textos y que los verbos encerrados en rectángulos con esfero establecían secretos que yo me veía obligado a develar. Cada señal evocaba en mí una nueva razón para cazar las estelas que mi padre dejaba con el fin de que yo encontrara su narración oculta. Adulto ya, curtido en el arte de encajar misterios después de años que ya no podré recuperar, lo visité de nuevo y le entregué el manuscrito con la resolución de todos los arcanos. Me miró con recelo, ojeó mis folios y los arrojó sobre la mesa del comedor. «No se lo digas a nadie», musitó.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Visita

Los gritos de los niños han cambiado por el trino de los petirrojos. No reconozco el día hasta que salgo al solar y observo a la nieta de la señora Carrasco leyéndole las noticias de la semana. «Domingo», pienso. «Es domingo». Si no fuera así, estaría con Patricio, entregándole mis horas al póquer. Pero es domingo y, aunque odie el sol, esperaré sentado que la visita de Patricio se canse y que llegue la hora de la cena. Sé qué sucederá. Los años me han colmado de paciencia y por eso me entrego. Camino lento, arrastro mis sandalias y me confío a la banca de los lamentos. Así le decimos con Patricio. La enfermera se me acerca y me habla al oído. Encojo los hombros, mientras ella me asiste para que me ponga de pie. El trino de los petirrojos ha cambiado por el murmullo de las luciérnagas.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Virtudes de un antagonista

Llega un momento para todo ser humano en el que la naturaleza le impone un enemigo. Un adversario al cual es preciso vencer en las lides que impone la vida, un rival que hace obligatoria esa dolorosa preparación previa al primer campanazo. Y como el hombre es competitivo per se, este oponente se hace vital, necesario, útil. Sin él, el combate pierde sentido y las ansias de triunfo quedan relegadas a un anecdotario inútil. Solo un enemigo es capaz de sacar lo mejor de su contrincante. Solo un verdadero antagonista puede consolidar las virtudes de su oponente. Por eso, amor mío, no me juzgues. Por eso es que yo soy el tuyo.

lunes, 23 de septiembre de 2013

viernes, 20 de septiembre de 2013

Desaprender

Soy un convencido del desaprendizaje. Hace cinco años realicé el Taller de Microliteratura en la Escuela de Escritores y lo que aprendí no tiene nombre. Ahora reinicio otro taller, de Microrrelato en esta ocasión, con la maravillosa Isabel González como maestra y un gran grupo de compañeros que me acompañarán en el viaje. Les iré contando acerca de esta nueva aventura.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Voz propia

En una playa, vaya y venga. ¿Pero en una ciudad determinada por la vorágine? No era común, pero ahí estaba: acostada sobre asfalto crudo que se muestra testigo de los viajes matutinos, de los ires cotidianos, de los transeúntes extraviados. Ahí la vi, enconchada como el niño asustado y sólida como el guerrero con acero. Su esmalte cristalino asemejaba los colores del Caribe y sus costillas verticales parecían entonar vallenatos de viejos pregoneros. Anhelante de conocer los misterios del océano a los que la urbe me limitó, levanté la caracola —tal como indica el mito popular— la acerqué a mi oído y escuché, tímido entre el viento y los navíos, el murmullo del mar.

lunes, 16 de septiembre de 2013

viernes, 13 de septiembre de 2013

Mariposa real en Timonel

Salir publicado siempre es un privilegio. Sobre todo, cuando se aparece en una publicación con tanto cuidado por la diagramación y el detalle, porque suma definitivamente a la belleza. Mariposa real, un microrrelato escrito ya hace años atrás, aparece en el décimo número de la revista Timonel, especializada en relato y poesía, al lado de excelentes textos de otros escritores. Todo un gusto.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Conjuro

A Felipe Garrido

Te arranco de este cuerpo, testigo silencioso de tus voraces caprichos, de tus ostentosos deseos. Te arranco de esta alma que soportó tus necedades como vértigos grises, dolorosos. Te arranco de mi vida si es que alguna vez la quisiste en la tuya desterrándome del veneno que me sellaron tus labios ese y todos los domingos bautizados por la melancolía. Te alejo para siempre, como quien destruye la hojarasca de una pisada certera que se tenía guardada la rabia, la desesperación. Te expulso de mis días que aguantaron tus vacíos como témpanos inamovibles, de mis tardes onerosas condenadas al desamor de tu saliva, de tus noches cancerosas cargadas de mentiras, de penumbra, de hastío. Te conjuro, traidora, hoy y para nunca.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Día 102

Desde el día que naufragué, es el primer ser vivo que encuentro de frente. Un buitre.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Ángel Zapata

Más por menos es una antología de microrrelatos hispánicos editada por Sial Narrativa a cargo de Ángeles Encinar y Carmen Valcárcel. El libro, hasta el momento, me había parecido aceptable. A mi parecer, hay demasiados microrrelatos por autor y algunos, incluso, no resultan tan atractivos como para componer una buena antología. Sin embargo, al llegar a la página 259, sentí que la espera valió la pena. La grata sorpresa, entre el agrado y el deleite que fue encontrar textos de Julia Otxoa y Ángel Olgoso, fue el escritor madrileño Ángel Zapata. ¿Por qué? Porque sus textos rompen el molde de lo que conocía hasta ahora. Ahondan en un territorio donde la narrativa y la poética confluyen de una forma absolutamente natural. Y, sobre todo, porque la experiencia de leer a Zapata deriva en una experiencia, no exagero, surreal. Solo para que se hagan una idea: 

Migraciones 3
Dime una cosa: ¿con qué abrochas un día a otro día? Para los esquimales —lo he leído en un libro— los días son tan frágiles como arpones de hielo. Los días, para mí, son cigüeñas de sal anidando a la orilla de un lago. Cuando eras niña, hablabas en secreto el idioma del frío. No me beses para que me calle. Respóndeme.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El hombre sin imaginación

Se encuentra frente al papel en blanco, evoca memorias en una línea de tiempo sin matices, ausente de anécdotas fútiles o de variaciones propias de la inconsciencia. Su reflexión es estéril; sus recuerdos, fotografías idénticas a los hechos; sus intenciones, solo contundentes reproducciones de la realidad. Su dificultad radica, de manera precisa, en esa característica definitiva que lo aleja de cualquier interpretación comprometida con la ficción, en su imposibilidad manifiesta de crear un escenario distinto al que le propone la quimera. Sigue ahí, paralizado como un amante recién abandonado, frente al papel en blanco.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Acuerdos

La voz del lado derecho me dice que salte. Por primera vez, la del izquierdo no la contradice.

viernes, 30 de agosto de 2013

De canciones eróticas

Siempre he pensado que la música es una fuente inagotable de inspiración cuando de historias se trata. Joaquín Sabina, un cantautor que sigo con fervor, escribió una que lo demuestra con creces. Peor para el sol es una de esas canciones que no me canso de escuchar por su altísimo contenido poético y su cercanía con el erotismo. Aquí les dejo un framento y, de paso, un enlace para que escuchen la canción.

En mi casa no hay nada prohibido,
Pero no vayas a enamorarte,
Con el alba tendrás que marcharte para no volver,
Olvidando que me has conocido,
Que una vez estuviste en mi cama,
Hay caprichos de amor que una dama no debe tener.

Que la disfruten.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Apología de los ogros

En estos tiempos, donde tanto se propende por la igualdad de las especies, hay una que aguarda ser reivindicada de manera definitiva. Escondidos en sus cuevas, humillados en medio del hedor de los pantanos, los ogros esperan. Temidos por sus gigantes fauces, juzgados por su incapacidad de dialéctica y despreciados por habitar entre el légamo, los ogros lloran desde las profundidades de sus grutas. Condenados a la soledad, mientras degluten cervatillos, suplican la aceptación social desde su torpeza. Acurrucados en la oscuridad que les destinó el repudio público, sueñan con desmitificar su fama de seres atroces para ser conocidos, de una vez por todas, por su extraordinario don de la ternura.

lunes, 26 de agosto de 2013

Celos de un juguete

A plena luz del día, mientras Heidi recibe sus primeras clases en la escuela, Teddy encuentra un alfiler perdido debajo de la cama y lo clava con fiereza en la cabeza de la Barbie. Una, cuatro, veinticinco veces.

miércoles, 21 de agosto de 2013

¿Entonces te vas?

Entonces te vas dice como si su pregunta fuera la respuesta. Entonces te vas es lo único que se atreve a musitar como si mi ausencia resolviera tantos años de terrible compasión. Entonces te vas interroga como una afirmación extendida a la imposibilidad de vernos por más de dos minutos sin asomo de una discusión. Entonces te vas, confirmación de que nuestro amor fue arrollado de manera implacable por la rutina. Entonces te vas, sentencia inequívoca de que se nos agotaron las palabras. Entonces te vas, camuflaje infame de nuestra separación definitiva.

—No —respondo sin dudar un segundo mi siguiente oración—. Me quedo.

viernes, 16 de agosto de 2013

Voy a ser padre

No hay microrrelato, ni premio, ni publicación que se compare con esta alegría. Comparto y celebro con ustedes.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Origen

Los avances de la ciencia han permitido erradicar de manera concluyente muchas teorías acerca del origen del universo. Y claro, la religión ha contribuido con lo suyo. En todo caso, cualquier tipo de acercamiento previo a la conformación de lo que conocemos como cosmos no termina siendo otra cosa que una vil conjetura a partir de mi teoría después de años de estudio dedicado a encontrar una respuesta. El espacio sideral, los aros de Saturno, la porción terrestre de la Tierra, los cúmulos nimbos, el granizo, el sonido del viento, los pétalos del girasol, los idiomas, los milagros, los rascacielos, la bombilla eléctrica, el pisco sour, Nadia Comaneci, el silencio, el amor y la totalidad de lo que compone el universo está contenido en una cápsula flotante que lo imagina todo en medio de la nada. Es decir, no existe. Ni la historia de la humanidad ni las particularidades del tiempo. Ni siquiera, esta teoría.

lunes, 29 de julio de 2013

Disculpas de ausencia

Queridos lectores, aprovecho este espacio que puedo sacar para pedir disculpas entorno a mi ausencia de estas semanas. Actualmente, me encuentro en un momento laboral muy productivo y en relación a la literatura estoy inmerso en un proyecto de cuento que en su momento contaré más en detalle. Por ahora, perdónenme el abandono. Espero que en un par de semanas, pueda volver sin problemas. De antemano, gracias por su comprensión.

miércoles, 10 de julio de 2013

Sobre 201

Les comparto una entrevista realizada a José Donayre, compilador al lado de David Roas, de 201, la nueva antología en la que aparece uno de mis cuentitos y que se presentará próximamente en Perú.

¿Cómo surge la idea de la antología? 
La habitación 201 rondaba en las redes sociales, como un virus propagado por David Roas, pues él fue la primera víctima de esta habitación. Luego, sucedió lo del nuevo papa (que no quería dejar la habitación 201 en la que estaba hospedado). Ese fue el detonante. Le propuse a David hacer una antología entre los dos y aceptó de inmediato.

¿Quienes presentarán 201? 
En la presentación limeña seré yo.

La antología es una coedición, ¿cuándo se publicará en España y con qué editorial? 
La editorial española que se iba a encargar de publicar la antología allá se echó finalmente para atrás por el asunto de la crisis económica.

¿Este primer libro de microrrelatos de Altazor es el inicio de la colección «Átomo»? 
Así es. Empezar la colección Átomo con una antología nos pareció una gran idea, pues se trata de un proyecto ampliamente inclusivo que está dando mucho que hablar.

La división de la antología 201 está conformada en dos partes, ¿se debe a algún motivo en especial? 
Sucede que hacer una antología con 201 autores resultaba bastante fatigoso, de modo que se decidió trabajarla en dos tiempos, presentando primero un lado A y en 2014 el lado B. Lanzando el A, el siguiente lado será más sencillo, pues muchos empezarán a enviarme sus textos contagiados por el virus de Roas.

Algunos escritores hemos vivido en nuestros viajes alguna experiencia paranormal con la famosa habitación 201, ¿te ha sucedido algo parecido? 
En realidad no, aunque quisiera responder lo contrario. Al parecer soy inmune a ese número.

¿Crees que esta antología generará algún temor en el lector cuando se hospede en una habitación 201? 
Lo que va a suceder es que muchos desearán que les toque para experimentar situaciones paranormales, extrañas, sicalípticas o simplemente inolvidables. Es más, como se plantea en muchos textos de la antología, hospedarse en una habitación 201 convertirá a cualquier hijo de vecino en escritor fantástico.

En la antología hay escritores de Sudamérica y España, ¿encuentras alguna diferencia en los microrrelatos? 
Ninguna, salvo una que otra marca lingüiística.

Como lector, ¿prefieres las antologías de microficciones o los libros de un solo autor? 
Me gustan las antologías cuando son temáticas. De no ser así, prefiero el libro de un solo autor.

¿Vive un buen momento la ficción breve? 
Quiero creer que sí.

viernes, 5 de julio de 2013

201

Las buenas noticias también se esparcen rápido. En menos de lo que pensaba, otro cuentito aparecerá en una nueva antología. Esta vez, dedicada exclusivamente a los misterios del 201, una habitación que David Roas tiene entre ceja y ceja. Una vez más, comparto páginas con los internacionales Víctor Lorenzo,  Martín Gardella, Rony Vásquez, Fernando Sánchez Ortiz. Y además, entre otros grandes escritores, tengo el inmenso privilegio de aparecer al lado del escritor granadino Ángel Olgoso.

¡Gracias, ediciones Altazor!


miércoles, 3 de julio de 2013

Desde el balcón

Desde el balcón puedo verlo todo. Veo a la vecina, invitando a un desconocido a sentarse en el sofá, intuyo que le propone ponerse cómodo, porque se acerca al bar y abre una botella de vino. Veo cómo se le insinúa, como se abre coquetamente la blusa y se le sienta al lado. Veo al desconocido brindando con ella, secreteándole al oído mientras ella se ríe y ladea la cabeza para dejarle el cuello como anzuelo. Veo el momento en el que el desconocido se le lanza a la vecina y le sella un beso. Veo a la vecina abrazándolo y luego alejándolo sin convicción. Veo que él no hace caso y la veo a ella rompiendo a carcajadas. Veo a la vecina tomando al desconocido de la corbata y llevándoselo al cuarto contiguo. Veo cómo el desconocido lanza a la vecina a la cama. Los veo a ambos desnudándose sin recato alguno mientras alternan los besos con los mordiscos. Veo la puerta del apartamento que se abre. Veo al vecino entrar. Lo veo todo.

lunes, 1 de julio de 2013

Dual

Soñé que había matado a mi abuela. En medio del sopor, entendí que solo era una pesadilla y me sentí aliviado. Cuando desperté, sentí la cama dura e incómoda y afuera, un guardia rozaba ruidosamente las rejas que me custodiaban.

viernes, 28 de junio de 2013

Verse publicado

Cinco años después de la aventura diaria que me ha llevado escribir este blog, me parece pertinente la idea de confesar lo inconfesable. Mucho antes de dedicarme al microrrelato, escribí dos novelas. La primera se llamó Persecución y la segunda, La amargura de la libertad. Con solo recordar lo increíblemente obvios que resultan los títulos, ya podrán imaginarse el adefesio con el que podrían encontrarse si es que deciden leerlas. Pero bueno, qué le vamos a hacer… Era joven… El caso es que estas novelas fueron un capricho adolescente que, además de mal escritor, me hicieron editor y, para colmo, impresor. Repito, era joven…

Todo este preámbulo para traer a colación que la primera vez que me editaron fue, para qué vamos a negarlo, un espaldarazo que recibí con mucha alegría. Camilo Jiménez, editor colombiano al que admiro y respeto profundamente, tuvo la osadía de invitarme a publicar en uno de los números de El malpensante, una de las revistas culturales más representativas del país, y allí me vi, como quien se mira a un espejo y no puede creer lo que se refleja.

Un año después, Sergio Gaut vel Hartman; un gran escritor y editor argentino que se encuentra al frente de varios blogs dedicados al cuento, el microrrelato y el hiperbreve; me informó que quería uno de mis textos para la segunda versión de una serie conocida como Grageas, que edita Desde la gente en Buenos Aires. Incrédulo, le envié un par y en fue 2010 que tuve la alegría de ver uno de los cuentitos en un libro. En esta antología, que fue mi júbilo iniciático, también aparece mi entrañable amigo internacional Víctor Lorenzo.

Ya después vinieron las publicaciones en La Gaceta, el suplemento cultural de El País, el diario más importante de Cali; en Los comprimidos memorables del siglo XXI, que sirvió como libro conmemorativo del Congreso de Minificción que se celebró en Bogotá y donde también aparece mi otro gran amigo internacional Martín Gardella; en la antología de Art Gerust, que compiló la absurda cifra de 200 microrrelatos finalistas de su concurso de terror sobre Poe; en el libro de la Microbiblioteca, que sí me llenó de orgullo porque seleccionó los micros finalistas y ganadores del año 2011 del prestigioso Microconcurso y, por último, en un diario argentino de Santiago del Estero llamado El Liberal, que me publicó un texto navideño.

El tema de mi primer libro de microrrelatos ya es caso aparte, aunque dado a confesar, debo decir que su título ahora me parece terrible. Espero que del segundo, en caso de que se edite, no me haga arrepentir tres años después de su aparición.

Sea como sea, el tema es que la idea de que una editorial se interesara en lo que escribía siempre me pareció complicadísima, pero Rubén Blades tiene razón, por algo dice que la vida te da sorpresas, ya que, además de Manu Espada por De antología, un libro del que se ha hablado mucho en el mundo bloguero, más cuentitos tendrán padrinos. Uno de ellos es Carlos Paldao, que coordina una publicación para una organización académica de Nueva York conocida como ANLE, y el otro es el escritor catalán David Roas, que tiene un número de habitación que no se puede sacar de la cabeza y por eso me ha invitado a escribir sobre ella.

Yo no puedo estar más feliz, pero ya, no puedo decir más.

miércoles, 26 de junio de 2013

Llegó a Colombia

Gracias a Mariano Vega y, claro, a la gestión de Manu Espada y Rosana Alonso, he recibido en mis manos De antología. A primera vista, los microrrelatos que he leído me han parecido muy buenos. Es un gusto compartir con tantos amigos de la generación llamada blogger, tanto conocidos como desconocidos.


lunes, 24 de junio de 2013

viernes, 21 de junio de 2013

Busagua Íctira

Busagua Íctira fue la primera mujer que sirvió de conejillo de Indias para la vacuna contra el alzhéimer.
Siempre estuvo obsesionada con el miedo a perder la memoria.
Decía que era un mal hereditario, y que su mamá, Brúdila Mancal, había protagonizado años de osos y pesares, con ese mal que mes a mes crecía, hasta convertirla en el dizgarate del vecindario.
Tan pronto el Instituto de Investigaciones Científico Médicas invitó voluntarios dispuestos a experimentar la vacuna, Busagua fue la primera en presentarse.
Diríase que cuando vacunaron a Besagua no habían acabado el invento.
Busagua terminaba de apuntarse la blusa cuando salió del cubículo donde le inyectaron la sustancia experimental en el hombro derecho, hundiendo a fondo la aguja, hasta hacer que salieran salpicaduras de sangre y agua sobre su brasier. En ese momento empezó a oír los primeros compases del carcamal que se acababa de instalar en la puerta del centro de salud con su violín encajado entre la quijada y el hombro izquierdo, y su sombrero vueltiao bocarriba sobre el suelo, para recoger la paga de sus pipos y rederas.
El músico, petronífilo y desguarambilado, ahuyentaba a burgueses y proletarios, a ínfilos y sarraplanos. Olía a distrófila putrefacta. Hedía. Pero interpretaba a Julio Jaramillo como no lo hacía nadie más en la Tierra, como los querubines y serafines de la orquesta de cuerdas del más alto cielo.
Busagua se detuvo, aún limpiándose las gotas de sangre que salían de su hombro, oyó la melodía completa, desde cuando el violín decía
En la vida hay amores 
que nunca pueden olvidarse; 
imborrables momentos 
que siempre guarda el corazón…
hasta cuando se le oyó decir …
que inolvidablemente 
 vivirán en mí. 
Todas las musias, vaguas, caldas, pipos y rederas se pegaron indeleblemente al cerebro de Busagua, que nunca pudo superar el pengelamiento, para el cual aún los laboratorios no han encontrado cura.

Fernando Ávila.

(Esta es la primera vez en la historia que publico un microrrelato ajeno en este blog. Lo consideré pertinente, teniendo en cuenta que el autor fue la persona que me enseñó a amar la literatura, mi padre)

miércoles, 19 de junio de 2013

Precios de la muerte

La muerte es un buen negocio. El problema en realidad solo es uno. De resto, ganancias por todo lado. Mire, ataúd ciento por ciento en roble con acabados y todo, sale por cinco millones novecientos, el servicio de velación o tanatorio le sale en millón cuatrocientos y para que los clientes no se preocupen por el tema del registro de defunción, nosotros nos encargamos de todos los trámites por un millón. Como valor agregado, ofrecemos el servicio de transporte en coche fúnebre por doscientos mil, el de tanatropasia para maquillar al difunto por doscientos también y nos encargamos del oficio religioso por un costo de cien mil pesos. En caso de que el cliente quiera algo más como flores o arreglos, o prefiera la cremación, el costo varía, pero en general, la familia termina pagando más o menos ocho millones por todo. Nuestro problema, como le digo, solo es uno. Los vivos.

viernes, 14 de junio de 2013

Fútbol y literatura

Muchos de ustedes saben que mi relación con el fútbol es muy estrecha. De niño, mi sueño era jugar en el equipo profesional de Millonarios y conseguir títulos. Sin embargo, el destino es azaroso y la vida me tenía preparados otros planes. Mi amor por el fútbol nunca amainó y el gusto por la literatura me llevó inevitablemente a coleccionar en mi biblioteca libros relacionados con ese deporte.

El primero de ellos fue un libro escrito por el periodista colombiano César Mauricio Velásquez en una obra dedicada a reconstruir los extraños hechos que condujeron a la muerte del defensa de la Selección Colombia, Andrés Escobar, a quien mataron por un autogol. Andrés Escobar en defensa de la vida se titula el libro que aún conservo en mi biblioteca, más por preservar el testimonio del nivel de locura y absurdo que habita en Colombia, que por su calidad literaria. Posteriormente, mi padre me obsequió De Pescaíto a la gloria, crónica del periodista costeño Fabio Poveda Máquez, en homenaje a la vida de ‘El Pibe’ Valderrama, un orgullo de futbolista 10 para los colombianos que continúa posicionándose como una referencia, a pesar de que su legado quedó atrás hace bastantes años ya.

Roberto Fontanarrosa
con la camiseta de
Rosario Central
En todo caso, hasta ese momento, no encontraba un nexo lo suficientemente poderoso entre el fútbol y la literatura. Eso, hasta que descubrí  Los cuadernos de Valdano, una serie de textos donde el excampeón mundial del 86 recopila sus reflexiones futbolísticas acerca de su carrera y de figuras como Kempes, Maradona, Sedoorf, Ronaldo, Cruyff, Guardiola o Maldini y las mezcla con la de genios de la literatura, coincidencialmente muy cercanos al microrrelato, como Borges, Monterroso, Amado, Benedetti o Soriano. En ese momento, pensé que el matrimonio era posible. Y el amor se hizo más fuerte cuando tuve la fortuna de encontrar Cuentos de fútbol, un libro enteramente dedicado al vínculo entre ambas pasiones seleccionado por el mismo Valdano que contenía cuentos de escritores tan reconocidos como Bernardo Atxaga, Eduardo Galeano, Julio Ramón Ribeyro, Juan Villoro, Manuel Rivas, Roberto Fontanarrosa y Mario Benedetti, quien consiguió que su relato ''El césped'' se convirtiera en toda una revelación para mí. Cuentos de fútbol derivó en una especie de espionaje hacia aquellos artistas, no solo escritores, que despertaban mi admiración y que, como yo, tenían un equipo de fútbol en su corazón. Así descubrí que el amor obseso de Fontanarrosa por Central, o de Serrat por el Barcelona o de Sabina por el Atleti resultaba muy similar al que yo le profeso a Millonarios.

Y ya que yo me confesé, me parece lógico que ustedes también lo hagan. ¿Cuál es el club de sus amores, al que le escribieron o le escribirían una historia? Compartan.

miércoles, 12 de junio de 2013

Cuentitos al francés

La semana pasada, fui testigo de un nuevo milagro que no sería posible sin las nuevas tecnologías. Gracias a Manu Espada, amigo y referente del microrrelato, tres de mis textos llegaron a Carolina Lepage y Justine Ladaique (ambas académicas universitarias), quienes amablemente tradujeron tres de mis microrrelatos al francés. Pero como si esa alegría no fuera suficiente, me realizaron una entrevista que fue publicada en Trababordo (Lectures D'ailleurs), el blog que dirige Carolina. A continuación, la comparto para todos ustedes.

Tradabordo:¿Cuánto hace que escribe y qué lo impulsó a escribir? 
Esteban Dublín: Creo recordar que escribo desde siempre. Antes de dedicarme al microrrelato, escribí dos novelas que hoy guardo en un baúl con algo de vergüenza. Con respecto al microrrelato, escribo textos desde el año 2008. Lo que me impulsó a escribir fue la naturaleza misma de contar historias. Creo que narrar es una necesidad humana.

T: ¿Qué clase de lector es? 
E. D: Uno bastante ecléctico. Mis lecturas adolescentes se relacionaron mucho con las caricaturas de Hergé y Gossiny & Uderzo. Posteriormente, abordar los clásicos se me hizo necesario y así llegué a Kakfa, Flaubert, Dostoyevsky, García Márquez, Borges, Tolstoi, Nabokov, Wilde, Shakespeare, Poe o Stevenson, entre muchos otros. De un tiempo para acá, alterno novelas de autores contemporáneos con el microrrelato, donde el libro impreso y el blog se han convertido en mis fuentes principales de información.

T: ¿Cuáles han sido sus principales fuentes de inspiración llegado el momento de escribir – ya sean del campo literario u otros? 
E. D: Ítalo Calvino, García Márquez, Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina y muchísimos otros más. Pero más allá de los autores, considero que la inspiración principal la encuentro en la calle. Como creativo publicitario, debo estar muy al tanto de las tendencias, ya sea para saber a dónde dirigirme o, por el contrario, para determinar cómo puede resultar interesante modificar la línea de esa tendencia.

T: ¿Cuando escribe, piensa en el « lector », si así fuera, quién / cómo / dónde está? 
E. D: En realidad, no pienso en el lector de una manera consciente. Solo cuando veo el resultado final de mi texto, me pongo en ese lugar. ¿Es claro este texto? ¿Está aportando algo nuevo al lector? ¿Está valorando su ingenio? ¿Lo consideraría literatura? Esas son las preguntas que me hago, pero solo salen a la luz en un momento final, previo a la publicación.

T: Cuando está falto de inspiración, ¿dónde o cómo la encuentra de nuevo? 
E. D:Leyendo. Lo he probado y comprobado varias veces. La lectura es mi fuente inagotable de reinterpretación.

T: ¿Nos puede hablar un poco del cuento traducido aquí? 
E. D. El primero, "Serial", es un microrrelato inspirado en la idea de que todo tiene una relación entre sí, es esa imagen recurrente de que las cosas están conectadas y que nada pasa si no existió una causa previa. Es un microrrelato que refleja una imagen muy propia del Caribe colombiano y que me resulta muy emocionante por esa razón. "Bromas del tiempo" es una idea recurrente que surge alrededor de los misterios que encierra el tiempo, de qué es lo que pasaría si el tiempo, de repente, decidiera modificar las horas a su antojo. "De lo humano y lo divino" es un microrrelato que nació de un texto leído en el blog de Javier Puche (La puerta falsa). Narra el esfuerzo de un ángel por cumplir su labor de guardián y la posibilidad del fracaso aún en la divinidad.

T. ¿Qué impresión le causa saber que su cuento está siendo traducido? 
E. D: Es un orgullo inmenso. Cuando escribo, no pienso cuáles serán los efectos posteriores de mis textos, pero que resulten premiados, antologados o traducidos es una felicidad difícil de describir.

T. ¿Qué opinión le merecen las nuevas tecnologías en lo que a literario se refiere? 
E. D: Debo empezar por decir que si no fuera por mi blog, tal vez no tendría un libro publicado, ni textos premiados, ni estos microrrelatos traducidos. Los cuentitos se ha convertido en la plataforma vital de mis publicaciones, porque es la que ha sustentado la base de todo lo que me ha sucedido como escritor. Las redes sociales, por su parte, han contribuido mucho a la difusión y me parece que desconocer las nuevas tecnologías resultaría excesivamente inocente. El arte se modifica todo el tiempo y la literatura, a través de otras plataformas, no puede desconocer esa realidad. Por el contrario, adaptarlas no solo me parece necesario, sino también lógico.

T. ¿Si estuviera en el lugar de Rilke, qué consejos le daría a un « joven poeta / escritor »? 
E. D. Que antes de lanzarse a escribir, lea. Que cuando se lance a escribir, pula. Que cuando escriba, relea.

lunes, 10 de junio de 2013

Mantuquenia

Se equivoca, señor, este no es el lugar que usted busca. Ese pueblo está mucho más allá y un poco más acá de lo que parece. Está en la frontera y a la vez en el limbo. Bastante lejos, por cierto, aquí no más a un par de calles. Allá y aquí. Buen viaje.

viernes, 7 de junio de 2013

Las ciudades invisibles

Cuando lo leí por primera vez, no sabía a ciencia cierta que los textos de Ítalo Calvino podrían catalogarse entre lo que hoy ustedes y yo clasificamos como microrrelatos. Básicamente, fue un libro que me marcó, una de esas obras que sabía que, leyera lo que leyera después, jamás se me iba a olvidar. Las ciudades invisibles fue, incluso, el punto de partida, la inspiración más evidente de los microrrelatos que denominé como Zonas anónimas en Los cuentitos y de los cuales diecinueve están recogidos en mi primer libro. Esta entrada viene al caso, porque hace poco menos de un mes lo releí en su totalidad. Esta vez, la sensación fue distinta. Fue como recorrer lugares que había visitado antes, pero con una admiración manifiesta de la cual era imposible desligarme. Cada nueva ciudad me atrapó de nuevo, no solo por la idea concebida para ella, sino por la maestría con la el autor logró describirla, usando como excusa las anécdotas que Marco Polo le narraba a Kublai Kan. Las ciudades invisibles se ha convertido en mi libro imprescindible, el lugar al que me resulta inevitable volver, porque, quiéralo o no, siempre voy a querer evocar la literatura que Calvino logró en estas páginas. Es mi referente, pero también, mi polo a tierra. Es mi cumbre, pero también, mi tormento. Bendito seas, Calvino, por esta obra. Maldito seas, también, por dejar el listón tan, tan arriba.

miércoles, 5 de junio de 2013

Misterios del amor en pareja

Cuando desperté, no advertí en realidad de la anomalía. Solo un par de horas después, mientras desayunaba mi cereal, me percaté de que no aparecías en nuestras fotografías. El lugar que ocupabas en cada una de ellas ahora pertenecía a un traslúcido al que no le encontraba explicación alguna. En la de nuestro matrimonio, aparecía solo yo, con el prado y la decoración de fondo, abrazado al vacío. En la que nos tomamos cuando novios, solo yo miro a la cámara, con ese bigote adolescente y el peinado de la época que ahora me resultan ridículos. Busqué ansioso en la caja que guardamos el día que decidimos vivir juntos, pero en todas esas, incluso, tu desaparición seguía siendo la constante. No estabas en la de la visita a la costa, ni en del viaje a Chile, ni siquiera en la que nos tomamos en el aniversario de tus padres. Imaginé que era un sueño, una pesadilla para ser más preciso, pero todo volvió a la normalidad cuando escuché tu voz, ese grito nítido y grueso que tienes cuando te levantas y me pides desde el baño que te prenda el calentador para que puedas ducharte.

lunes, 3 de junio de 2013

Desviaciones de la licantropía

Esta noche, el lobo se siente distinto. No quiere seguir caminando solitario entre los arbustos, ni buscar ciervos para saciar el hambre y, mucho menos, aullarle a la luna. Esta noche, tan solo quiere ser un hombre más.

Volver

Vuelvo. Sí, espero que sea para quedarme. No está de más pedirles excusas por este prolongado tiempo sin publicación. El trabajo, las obligaciones, la familia, los proyectos individuales, todo, absolutamente todo requiere tiempo. El caso es que me rehúso a dejar de lado este espacio que hemos creado entre ustedes y yo. Los cuentitos son parte esencial de mi vida. La idea de abandonar es recurrente, pero me resulta imposible. Después de más de cinco años, sigo convencido de que queda mucha tela por cortar y muchas historias por contar. De cualquier modo, les pido paciencia. Quizá me ausente en algún momento, pero prometo que me mantendré firme en mi intención de escribir. Así solamente sea por un asunto de disciplina. Sin más, vuelvo al ruedo y espero que ustedes sigan ahí. Gracias.

viernes, 10 de mayo de 2013

La portada De Antología

Nunca está de más sumarle a la egoteca literaria. Y ustedes, mejor que nadie, saben lo mucho que me gusta compartir las alegrías. A continuación, los dejo con la portada del próximo libro donde un par de Cuentitos, únicos de un autor colombiano entre 68 autores más, serán publicados. Cuando lo tenga entre manos, avisaré.


miércoles, 8 de mayo de 2013

Búsqueda

Unas escalinatas de madera vetusta en espiral, el sillón rojizo emblema del parque municipal, un paradero que conduce a la zona norte, un arbusto de toronjil con frutos caídos a sus raíces, el portón de la librería judía, la pendiente de un puente con barandales de hierro. Manuel Ovalle sigue estos lugares con sus fotografías, captura cada espacio con la certeza de que la mujer de su vida estuvo presente en ese lugar. Obsesionado, recorre cada detalle de la ciudad en búsqueda de las postales que lo conduzcan a su encuentro. Ella, sin embargo, siempre está un paso más adelante.

viernes, 26 de abril de 2013

Los misterios de Lavalle

En el 2007 tuve la fortuna de viajar a Argentina. Durante cerca de un año viví en la ciudad de Buenos Aires, que me enamoró por su creatividad y portafolio cultural. Contrario a las otras ciudades de las que les he hablado anteriormente, en Bs As no fui un turista. Allí caminé las mismas calles que caminan los porteños, comí los platos que comen los argentinos e, incluso, llegué a burlarme de algunos extranjeros. Mi plan ideal era salir los fines de semana al microcentro y extasiarme con los teatros de la calle Corrientes. El caso es que nunca tuve dinero para entrar a una obra. Sin embargo, un día, caminando por ahí, crucé Corrientes y me encontré con un pasillo menos popular, pero definitivamente más afín a mi situación económica, Lavalle. Si Corrientes es el pasillo de los teatros, Lavalle es el de los cinemas. Fue un descubrimiento maravilloso, porque se convirtió en mi plan favorito. Y puedo dar fe de que en más de una ocasión, la película que elegía ver estaba exclusivamente proyectada para mí. La paradoja, sin embargo, es que a pesar de que disfrutaba mucho la soledad, durante ese viaje llegué a tal extremo que, con frecuencia, pensaba que la película que había elegido sería sobre mí, es decir, que era mi historia: yo, conociendo Buenos Aires, descubriendo los cinemas de Lavalle, entrando a las salas en solitario, descubriéndome en una película que narraba mi historia. Ese pensamiento derivó en un microrrelato que escribí años después y otros tantos antes de esta anécdota, al que llamé "Laberinto" y que está presente en mi libro.

miércoles, 24 de abril de 2013

Las puertas cerradas

Me aterran las puertas abiertas. Me estremecen, especialmente, las de la casa de la tía Etelvina. Cada vez que la visito y encuentro una habitación sin cerrojo, me acerco palideciendo de miedo y, sin mirar al interior, cierro la puerta de un golpe seco. Sin embargo, con el paso de las horas, no sé si es mi memoria la que me juega una mala pasada o si es el viento el que contribuye con la reapertura del portón: al recorrer de nuevo los pasillos, suelo encontrar el cuarto que juré cerrado con su puerta de par en par. De nuevo, me acerco, tirito y, esta vez, asegurándome de poner el seguro, clausuro la habitación. Firme, me ubico al frente del cuarto cerrado, pero no pasa más de un minuto cuando siento de nuevo las piernas temblar, al observar la manija de la puerta moviéndose con torpeza para regresar a su espeluznante estado natural.

viernes, 19 de abril de 2013

Antologado talenturoso

Quizá ya lo saben. Muchos autores de estas lides lo han comentado en sus bitácoras personales o lo han compartido por las redes sociales. El caso es que eso no me quita la felicidad de dar, una vez más, el salto del blog al papel. Talentura, una editorial independiente a la que me le quito el sombrero por la valentía, y con la coordinación de Manu Espada y Rosana Alonso, acaba de informar el título de su próximo libro a publicar, De antología. 

En él, estaré presente con dos microrrelatos aún inéditos en el blog (al lado de 68 escritores y amigos que admiro) y secretos hasta que salga publicado el libro. Lo que les puedo contar son sus títulos: "Origen"y "¿Entonces te vas?".

Comparto alegría y sonrío.

viernes, 12 de abril de 2013

El Palacio de Versalles

Pocas veces en mi vida he quedado tan impresionado como cuando conocí el Palacio de Versalles en Francia. Sí, el mismo que hizo ‘Rey Sol’ a Luis XIV, el mismo que vio desfilar a toda la realeza europea a través de El Salón de los Espejos, el mismo en el que residió el mito de María Antonieta, el mismo que testificó la furia de los rebeldes franceses. Es, en una palabra, impresionante. Sus habitaciones son una oda al lujo; sus pasillos, una evocación de la riqueza; sus jardines, una obra de arte al aire libre. Tal vez por su exacerbada inclinación hacia la suntuosidad, me fue tan difícil comprender el por qué la familia y los invitados reales, en las tremendas bacanales que organizaba el Rey, terminaban usando las cortinas del Palacio como baños de turno.

miércoles, 10 de abril de 2013

Encadenada

Solo cuando usted termine esta historia, entenderá por qué nunca debió haberla empezado. Sobre mí, el autor, pesa una terrible maldición: un segundo después de que la termine, moriré. Usted no alcanzaría a contar las veces que la he recomenzado. Con el evidente temor de que el fin de mis días me alcanzara, he prolongado la agonía por páginas que han alcanzado los cinco dígitos. Sin embargo, el tiempo ha pasado y viejo ya, cansado de escribir sin pausa, decidí que la versión definitiva fuera breve. No está de más traer a colación la variable más relevante de la imprecación: su traslado definitivo sobre aquel que se encuentre con mi punto final.

viernes, 5 de abril de 2013

101

Mi vecino del 101 está loco. No lo digo yo, sino los demás vecinos. Aseguran que cada mes compra un gato nuevo para apaciguar su soledad. Si los cálculos no les fallan, ya debería contar con cerca de veinticinco mininos destrozándole el apartamento. En honor a la verdad, yo no he visto ni un miserable gato, pero al pobre ya lo amenazaron con los defensores de animales si no se va con sus mascotas. Yo, la verdad, no sé por qué lo molestan tanto. Deberían preguntarle a los porteros. Ellos, en realidad, sí saben lo generoso que es. Yo mismo los he visto disfrutando encantados el caldo de sopa que les prepara con cierta periodicidad.

miércoles, 3 de abril de 2013

Rarezas de la reflexión IV

Mi espejo no refleja cómo me veo, sino cómo me siento. En eso radica el conflicto diario al que me veo enfrentado cuando me miro en él. A mala hora se me ocurrió comprárselo a ese viejo en la feria de antigüedades. El caso es que ya no me puedo deshacer del perverso objeto. Por más que quiera arrojarlo lejos, no puedo evitar querer ver cómo será mi rostro cuando consiga todo lo que he soñado después de todos estos años. Hasta ahora —lo reconozco—la situación es desalentadora. El maldito espejo solo me devuelve la imagen de la frustración.

Aprovecho este microrrelato para invitarlos a La Inter, donde hoy publicamos Destellos en el cristal, una antología exclusiva de 77 microrrelatos con autores de todo el mundo que tienen al espejo como temática central. Allá los espero.

viernes, 15 de marzo de 2013

El Ilustrado Caballero de París

En mi viaje a La Habana, en Cuba, una de las cosas que más llamó mi atención fue un monumento que lleva el nombre de “El ilustrado caballero de París”, en homenaje a un personaje que llegó a la ciudad y se enamoró de una cubana. Como no fue correspondido, se volvió loco, se dejó crecer el pelo y nunca se volvió a bañar. Era un mendigo singular, porque su leyenda asegura que no aceptaba limosnas. Después de muchos años, lo llevaron a la cárcel y lo bañaron hasta quitarle el último gramo de mugre del cuerpo. Al día siguiente murió.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Reencuentro

Este no es un viaje cualquiera. Estamos a punto de llegar y no dejo de pensar que son nueve las horas de trayecto, pero que son quince los años que llevo esperando este momento. La única comunicación que tuvimos este tiempo fueron las cartas que me enviaba sin falta los 14 de cada mes y las llamadas que yo le hacía semanalmente. Con lo poco que decía, igual alcanzaba a distinguir entre líneas lo que estaba sintiendo. Y claro, cómo iba cambiando conmigo, aunque siempre me lo negara. Ni una foto me envió en todos estos años, a pesar de mi insistencia. Ya me dijo toda mi familia que este es viaje y tiempo perdidos, pero no puedo seguir en la incertidumbre ni un día más. El autobús se detiene. Las punzadas en el estómago se me intensifican con cada segundo. Bajo mi equipaje y desciendo del autobús. Lo reconozco de inmediato. Apenas sonríe. Este no es un viaje cualquiera.

lunes, 11 de marzo de 2013

Continua

Ahora me arrepiento de haber detenido el tiempo. Con las cosas suspendidas, no me queda más que avanzar en soledad.

viernes, 8 de marzo de 2013

Misterio de las puertas

Marken y Vólendam son dos pequeñas ciudades que se encuentran al norte de la bellísima Holanda. Marken es protestante y humilde; Vólendam, en cambio, católica y rica. Marken está llena de casas pequeñas de madera y Vólendam se caracteriza por sus grandes construcciones de ladrillo. A pesar de que parecen enemigas, ambas ciudades tienen una cosa en común que las hace tremendamente fascinantes. Todas las puertas de las casas son absolutamente diferentes. Las hay con adornos de lino, con moños de seda, con ventanales de plata o con tallados de bronce. Los guías turísticos aseguran que se trata de una estrategia de las esposas para que sus maridos, tan amantes de la cerveza, no confundan por ningún motivo la puerta a la que deben llegar una vez salgan del bar de turno.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Mudanza

Todas las cosas estaban empacadas. Me acerqué al cuarto de huéspedes y, con el fin de descartar que hubiera olvidado algo, abrí el estante donde encontré la cajilla prohibida. Desparramadas en su interior, una serie de cartas y algunas fotografías me recordaban ese amor que me dejó moribundo, al borde de la locura. En lugar de prenderles fuego, empecé a releerlas. Repasé cada fecha, recordé cada lugar, rememoré los detalles de cada detalle. Al reverso de cada fotografía, también hallé nuevos recuerdos que me llenaron de nostalgia y una melancolía casi insoportable. Horas después de dolorosa lectura, cerré la caja y la dispuse con las otras, mezclada al azar con el resto de la mudanza.

lunes, 4 de marzo de 2013

Interrogatorio

Si no estoy soñando, ¿por qué no puedo explicar la aparición de la sirena en medio de la bañera?

viernes, 1 de marzo de 2013

El puente de los suspiros

En el siglo XVII, en la bellísima ciudad de Venecia; la misma que testifica a diario las discusiones del agua con el comercio, la dueña de la Basílica de San Marcos, la casa marina de los gondoleros; existió una prisión de la Inquisición. En todo caso, a pesar de la crueldad que supone la tradición, la cárcel de Venecia también guarda una historia que contribuye con la poesía que es en sí misma la ciudad. Sobre un pasaje que conecta el Palacio Ducal con los calabozos, existe un puente con un par de rendijas que dan al exterior. Todos los presos debían atravesar el pasaje. Cuando eran condenados, se detenían en el puente y, con ese anhelo de la libertad perdida, mirando por última vez hacia las maravillas del Adriático, suspiraban. De ahí la leyenda veneciana de “El puente de los suspiros”.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Miedos

Confieso que les temo a los payasos. En las noches, en lugar de cuervos o monstruos, el visitante infaltable de mis pesadillas es un hombre colorido de pies a cabeza y con ropa holgada hasta el colmo de los zapatos. No puedo interpretar esa nariz roja que fulgura entre la oscuridad como algo diferente a un aterrador compilado de sangre que en cualquier momento manará de su rostro. Además, los cabellos desordenados del payaso se me asemejan a las serpientes que cuelgan de la cabeza de Medusa. Tiemblo de solo pensar cuando el viento arrecia sobre ellos. Inquietos y rizados, los imagino saltando de su cabeza para aferrarse a mi cuello para marcarme con un veneno fatal. Ahora quizá entiendas por qué odio las fiestas infantiles y por qué, sobre todo, me convertí en cazador de carcajadas.

viernes, 22 de febrero de 2013

Mensajes humanos y divinos

A continuación, reproduzco un fragmento del mensaje de Umberto Senegal, coordinador de la Editorial Cuadernos Negros. Este tipo de mensajes siempre llenan el alma.

De lo humano y lo divino, tu libro inédito, ha sido para mí más que una lectura, un espectáculo. Una danza con la palabra que no me habla de ella misma sino de otros niveles de la realidad dentro del cuento. Pero en particular, dentro de la minificción colombiana. Es indudable. La tuya es una nueva voz con otras propuestas paralelas a las clásicas dentro del microrrelato. Te escapas por las tangentes de la ficción, de lo real y lo irreal cuando es algún personaje bíblico, un desesperanzado náufrago, un vampiro, un hastiado Príncipe azul, o un escritor, entre otros, quienes se toman el espacio narrativo para comprobarnos su corporeidad, su materialidad, su deslindamiento del ámbito literario y su cercanía con nuestros mundos cotidianos.

En tus microrrelatos haces verdad aquello que señalaba Armando José Sequera: "Un minicuento es un microcosmos, una partícula elemental de acción, un cuanto narrativo. Su fugacidad, como la de la vida, lo aproxima al verso, a la imagen fotográfica, a la nota musical". Tu conjunto de microrrelatos los observo y siento muy próximos a las contundentes imágenes fotográficas. Lo real y lo surreal, de la mano. Lo poético también va por ahí, entre algunas frases y algunas imágenes.

Tu compromiso por fortuna no es solo estético. Lo asumes con el aspecto filosófico y sicológico de tus microrrelatos y es aquí donde resalta tu originalidad de minicuentista. En el encanto de la hibridación compleja y sencilla. El riesgo de las paradojas lo superas con fluidez narrativa, contando una historia que se muestra a sí misma, muestra al autor y también nos habla de nuestros miedos, nuestras alegrías o frustraciones como seres humanos. Un ejemplo, el microrrelato titulado "Fauno", con reminiscencias de la mariposa de Chuang Tzu. Texto antológico donde muestras tu dominio del género.

lunes, 18 de febrero de 2013

viernes, 15 de febrero de 2013

Canciones para un aniversario feliz

Mi esposa ha cambiado muchas cosas en mi vida. Ha quedado claro por la predilección que le he dado esta semana. Hoy, quizá, se acaben mis días de dedicatoria, pero lo que dudo que se acabe es mi amor por ella. En esas promesas que nos hacemos los enamorados, un día le prometí inventarme un adjetivo capaz de expresar el amor que sentía por ella, ya que los inventados no alcanzaban a significarlo. No es necesario que ustedes sepan cuál es. Ella lo sabe. Y con eso me basta.

Esta canción lo explica muy bien. TAU.

jueves, 14 de febrero de 2013

Canciones para un aniversario feliz

Confieso que han sido muchas las ocasiones en las que he sacrificado el mensaje esencial por las vertientes poéticas que derivan en la forma. Seguramente va a volver a pasarme, pero no quiero que esta semana sea una de esas veces. Y Juanes es uno de esos autores que no le da muchos rodeos a sus letras, así que resulta un buen cómplice para este listado de canciones para mi aniversario.

Así de básico, así de simple, así de sencillo.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Canciones para un aniversario feliz

Desde antes de casarme, siempre creí que la admiración por la pareja era un factor determinante de éxito. Si la persona que tienes a tu lado no te inspira, difícilmente puedan salir adelante. No porque crea que sea imposible, sino porque considero que los motores deberían ser mutuos. Las cosas que más admiro de mi esposa son su don de servicio, su amor por el prójimo, su afán de dar. Y no lo digo solo por mí, sino porque desde que la conocí siempre vi en ella una preocupación permanente por una sociedad más equitativa, más justa. Hoy trabaja en pro de una niñez mejor a través de un proyecto emprendido con su madre.

Esto es lo que te digo con respecto a tu sueño, mi amor.

martes, 12 de febrero de 2013

Canciones para un aniversario feliz

Hoy cumplo exactamente dos años de casado. Recuerdo los chistes de familiares y amigos con respecto al matrimonio. En general, casados o no, hay una tendencia general a burlarse de la vida en pareja. Yo, francamente, nunca he entendido por qué preferimos la crítica en lugar de la construcción. El tema es que no sé si estos dos años al lado de mi esposa me han hecho un hombre mejor, pero sí me han hecho un hombre distinto. Y eso ya es ganancia.

Princesa, tú sabes que no somos mucho de salir. Tú sabes que preferimos el calor de hogar. Pero esta noche, amor mío, no va a ser así. Como lo dice mi maestro Joaquín Sabina, voy a salir esta noche contigo.

lunes, 11 de febrero de 2013

Canciones para un aniversario feliz

Hace un par de años les presenté a mi esposa. El día de mañana cumplimos dos años de matrimonio, una experiencia fascinante desde todos los ángulos. Jamás había aprendido tanto de mí ni de otra persona. Convivir al lado de otro ser humano supone un reto diario de amor, paciencia, comprensión y tantísimas otras cosas que no me alcanzaría esta entrada para enumerarlas. Y como mi intención es que ella vea lo que ha hecho en mí, solo por esta semana, Los cuentitos van a dejar de ser microrrelatos para convertirse en canciones. Cada día publicaré una canción que habla de nuestra historia, de lo que significa para mí o sencillamente de algo que quiero decirle. Disculparán el romanticismo, queridos amigos, pero este espacio, por cinco días, será solo para mi mujer.

Esta primera canción es de un cantautor al que le profeso devoción. Jorge Drexler lo dice mejor que yo, mi amor. A tu lado, han sido 730 días maravillosos.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Memoria de un recuerdo

No sabía con certeza dónde había dejado todos mis recuerdos. Saqué todas las gavetas de mi habitación, levanté el polvo, corrí los muebles, rompí los pisos, escarbé entre mi ropa vieja, busqué por todos los rincones de la casa. Por un momento pensé que los había dejado colgando en el tendedero, pero luego descarté la idea por simple intuición. Aún me quedaba la vaga reminiscencia de tu número telefónico y lo marqué con un poco de dificultad. En el momento que te pedí que vinieras, no advertí del error. Te vi y lo supe inmediatamente. Todos se habían ido contigo.

viernes, 25 de enero de 2013

El hombre al que todos le desconocen el nombre

Soy el primero que llega a la oficina. Soy el último que se va. Durante el día, observo a mis compañeros frente a sus ordenadores, pegados como larvas a sus equipos, en una rutina que empieza a las ocho y culmina a las dieciocho. Si acaso, uno que otro se acerca y me pregunta algo de mi vida, indagaciones que evito con una mentira o con monosílabos para que se dediquen a lo suyo y a mí me dejen en paz. A dos cubículos del mi puesto está Paloma, una pelirroja con la que fantaseo de la manera más vulgar durante mis noches de solitario. Los más cercanos a mi cubículo son Martín, Dubán, Marina y Fernando, todos de contabilidad. Y bastan unos pasos para que, en el caso de que me levante de mi asiento, me encuentre con el señor Galindo, el dueño de la empresa. Pronto van a saber de mí todos estos cabrones. Esta semana llega mi pedido de tipo militar.

miércoles, 23 de enero de 2013

Intérpretes del silencio

Durante los últimos meses, el que más frecuenta esta casa es el silencio. En ocasiones, es ella quien se despierta para preparar desayunos con café como denominador común. Algunos domingos, soy yo el que recoge la loza y se ocupa de la limpieza de la cocina. Nos cruzamos por los pasillos, nos sentamos en la misma mesa, dormimos en la misma cama. Cualquiera que sea el tiempo o el espacio, nuestra conversación se limita a los suspiros. Aquí las palabras quedaron guardadas en los cajones, escondidas entre las cartas de amor que nos enviábamos en plena necedad adolescente. Los diálogos se refugiaron en los compartimentos, cubiertos por los regalos que siempre esperamos estrenar para alguna ocasión especial. Las promesas se esfumaron con el olor del salitre, evaporadas en los anhelos de un tiempo mejor que jamás llegó. A veces pienso que quiere volver a hablarme e interpreto las listas de mercado que suele dejarme sobre la mesa de noche como pistas de un posible acercamiento. Hasta ahora, no he logrado descifrar ninguna.

viernes, 18 de enero de 2013

Decisión vital

Abro mi clóset y reviso de arriba abajo qué prendas me vendrían bien para el ahorcamiento. De tajo, descarto las camisas y los suéteres. Con las chaquetas podría lograr más firmeza y asegurar que el estrangulamiento sea del todo eficaz, aunque el largo de los calcetines también podría contribuir a un suicidio exitoso. Mientras dudo, miro al costado derecho y encuentro dos nuevas opciones que se posicionan como favoritas: los cinturones y las corbatas. Con respecto a los primeros, encuentro las propiedades de la hebilla algo escalofriantes. Y morir colgado de una corbata me parece, sin duda, mucho más poético.

miércoles, 16 de enero de 2013

Encuentros

A Eduardo Berti 

Es innumerable la cantidad de mensajes que hemos intercambiado. La primera vez que le escribí fue gracias a un artículo de su autoría en un diario local que contenía sus datos de contacto. Estaba entusiasmado de encontrar a otra persona tan afín a mí con respecto a la literatura fantástica. Recuerdo que su respuesta no demoró más de un par de días. En cada mensaje ratificábamos la coincidencia de nuestros gustos y reafirmábamos la orientación de nuestras críticas. Opté entonces por enviarle una serie de textos para conocer su opinión. Debo reconocer que no advertí el impacto que me causaría su respuesta. Según él, estaba a punto de enviarme un proyecto que contenía ideas muy similares a las mías y encontraba pasajes que resultaban prácticamente idénticos. Cuando recibí sus cuentos, fui testigo de nuevas similitudes. En la gran mayoría de sus relatos, había elegido el mismo tipo de narrador que yo e, incluso, algunos diálogos entre sus personajes apenas se diferenciaban de los míos por las voces propias de nuestros países. Después de la información intercambiada, concluimos que ambos contábamos con las mismas referencias, con fuentes parecidas y con recursos asombrosamente semejantes.

Decidí que debíamos conocernos. Desde que accedió, conté los segundos hasta verlo en el aeropuerto. Sin claves ni carteles, ambos nos reconocimos de inmediato. Sin embargo, algo pasó producto del abrazo que elegimos como saludo. Desde ese momento, me cuesta reconocer a los miembros de mi familia, confundo con frecuencia los lugares que visito y olvido permanentemente las ideas que antes empleaba para escribir. Ni siquiera sé si este texto es mío o de él.

lunes, 14 de enero de 2013

viernes, 11 de enero de 2013

Las líneas de la mano

Aquí veo fortaleza y tesón, consecuencias clásicas de una infancia enmarcada por la ausencia de figura paterna. Dolor y ensimismamiento se cruzan en el camino a causa, quizá, de burlas e improperios propios de la crueldad infantil, es decir, de niños de su misma edad que anidaron en usted toda esperanza de broma pesada. Lo veo claro: aquí aparece un romance, es breve, es fugaz, pero es intenso. Aunque también veo que de nada valdrá mi advertencia. Su línea de la vida no se cruza con su línea del amor. Es más, llega justo hasta aquí. Son veinte con cincuenta.

miércoles, 9 de enero de 2013

Rutina de medianoche

Una última rosa cae sobre el ataúd. El sepulturero empuña su pala y empieza a cubrir la fosa con la tierra que forma un arrume montañoso al borde del hoyo. No escucha el llanto de la viuda ni las oraciones del cura de turno. La imagen del féretro desaparece entre el barro y las piedras. Aún con la partida de los últimos dolientes, el enterrador dedica la totalidad de su jornada a cubrir hasta el más mínimo vacío que se asome desde las profundidades. Cuando la tierra alcanza la uniformidad, los únicos detalles que comunican la cercanía con la muerte son los epitafios que se encuentran alrededor. Llegada la medianoche, el silencio envuelve el cementerio, pero el sepulturero sigue al pie de la cripta, firme, aguardando paciente, como si su trabajo exigiera un propósito extra. De repente, un rayo interrumpe la paz del camposanto. El hombre traga saliva, siente un leve temblor subiéndole por la espalda y ase con firmeza su pala, dispuesto a desenvainarla, como si se tratara de una espada. Una mano emerge desde la tierra seca.