miércoles, 3 de abril de 2013

Rarezas de la reflexión IV

Mi espejo no refleja cómo me veo, sino cómo me siento. En eso radica el conflicto diario al que me veo enfrentado cuando me miro en él. A mala hora se me ocurrió comprárselo a ese viejo en la feria de antigüedades. El caso es que ya no me puedo deshacer del perverso objeto. Por más que quiera arrojarlo lejos, no puedo evitar querer ver cómo será mi rostro cuando consiga todo lo que he soñado después de todos estos años. Hasta ahora —lo reconozco—la situación es desalentadora. El maldito espejo solo me devuelve la imagen de la frustración.

Aprovecho este microrrelato para invitarlos a La Inter, donde hoy publicamos Destellos en el cristal, una antología exclusiva de 77 microrrelatos con autores de todo el mundo que tienen al espejo como temática central. Allá los espero.

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