lunes, 30 de junio de 2008

Precisiones acerca del 1er concurso de microcuentos ‘El dinosaurio’

Antes que nada, quiero agradecer inmensamente a todos los que hasta el momento han participado enviando sus cuentos al concurso y espero que quienes no lo han hecho se animen. A continuación, haré unas precisiones con respecto a unos cambios que he decidido hacer en pro de un mejor escenario y de garantías para todos los participantes.

Precisión número 1:
Premios:
Como parte del homenaje que ha planteado ‘El dinosaurio’, se premiarán a los tres primeros cuentos del concurso con tres libros de Augusto Monterroso que, les aseguro, devorarán sin piedad.

3er puesto: La oveja negra y demás fábulas, Augusto Monterroso, Punto de lectura, 2001. Este libro recoge fábulas de una precisión asombrosa. Como dice su editor: “Es como si cada historia estuviera contada con un gesto. No hay exceso ni demasía”. La oveja negra y demás fábulas demuestra con creces por qué a Monterroso se lo considera como uno de los grandes escritores latinoamericanos de hoy.






2do puesto: La vaca, Augusto Monterroso, Alfaguara, 1999. Una joya en la que el guatemalteco expone su visión literaria a través de las obras de autores tales como Virginia Woolf, Raymon Carver, Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti y León Tolstoi, entre otros. Los ensayos en conjunto de La vaca son, de verdad, una pieza única.







1er puesto: La letra E: fragmentos de un diario, Augusto Monterroso, Alfaguara, 1998. Un increíble compilado de todo aquello que le venía a Monterroso a la cabeza. El diario literario de su vida en fragmentos de escritos en cuadernos, papeles, boletas de teatro, cuentas de hotel, tiquetes de tren, etc. No creo que nadie que ame la literatura se quiera perder un libro así.



Precisión número 2:
Jurados:
Con el fin de garantizar la transparencia del concurso, atendiendo las amables sugerencias de los lectores y para no elegir a los ganadores a mi gusto personal; decidí convocar a tres personas con tres distintos y altísimos perfiles para que, conmigo, hagan parte del jurado en esta primera versión de ‘El dinosaurio’.

Diana Rojas Buitrago, Bogotá, Colombia.
Analista y diseñadora de sistemas, licenciada en Lingüística y Literatura por la Universidad de La Sabana; máster en Literatura, Universidad de Castilla La Mancha, España, y Universidad Javeriana; edición profesional de libros, Universidad de los Andes; Redacción Periodística, Universidad Nuestra Señora del Rosario, cofundadora y Directora Administrativa de Fexco, profesora universitaria, correctora de estilo, asesora literaria, conferencista de empresas en redacción comercial, metodología, creación literaria y expresión oral.

Jaime Vélez Cortés, Bogotá, Colombia.
Economista, Universidad La Gran Colombia; magíster en Administración de Empresas (MBA), Universidad Externado de Colombia; diplomado en Administración de la Calidad Total, Universidad Externado de Colombia - Instituto Tecnológico de Monterrey; Diplomado en el Desarrollo de Habilidades Gerenciales, Universidad Externado de La Salle - Instituto Tecnológico de Monterrey. Docente y conferencista en varias universidades y empresas a nivel nacional en las áreas de Economía, Mercadeo, Planeación Estratégica, Finanzas, Investigación de Mercados y Sistemas, entre otras.

Darío Portieri, Buenos Aires, Argentina.
Licenciado en Publicidad, Universidad Argentina de la Empresa (UADE); curso en dirección de arte, redacción y concepto publicitario por Underground Escuela de creativos, Buenos Aires, Argentina; y con estudios en Lenguas Modernas. Actualmente se desempeña como creativo publicitario en el área de redacción de Grey Argentina, tercera agencia en el ranking en la más reciente versión del Fiap, Festival Iberoamericano de la Publicidad, y ganadora de dos leones en la versión 2008 del festival de publicidad más importante del mundo, el Festival de Cannes.


Precisión número 3:
Sistema de calificación:
Los jurados recibirán cada uno de los cuentos que ustedes han enviado a mi correo y realizarán una votación secreta (ningún jurado hablará con otro) bajo los siguientes parámetros:
- Economía de palabras innecesarias (25%).
- Contundencia del texto (25%).
- Creatividad en la historia (alejada de un lugar común) (25%).
- Invitación a la reflexión (25%).

Cada cuento recibirá una votación por parte de los jurados de 1 a 10 (10 será el puntaje más alto). Los cuentos que sumen los mayores puntajes serán los ganadores. Este sistema garantiza la transparencia ya que no hay lugar a la deliberación. El puntaje también será publicado para que todos sepan cómo se puntuaron los textos ganadores.

Hechas las precisiones, espero que los que aún no han mandado su cuento se animen y los que ya lo mandaron, difundan el concurso con quienes pueden interesarse. Cualquier duda o sugerencia, pueden escribirla en la sección de comentarios o a mi correo electrónico. Les aseguro que trataré de contestar en el menor tiempo posible.

¡A contar!

viernes, 27 de junio de 2008

Jaque mate

Era una larga partida: dos meses y cuatro días exactamente. El turno correspondía a Victorio Medel. Si movía su caballo al F3, estaría cerca del triunfo. Su rival y mejor amigo durante 69 años tardaba en llegar. Sin embargo, algo le decía a Victorio Medel que esa reina negra en el D5 no opondría resistencia, tal cual como había hecho su amigo con el tipo de jaque que le había puesto la vejez.

martes, 24 de junio de 2008

Ramito de violetas

Su esposo había fallecido dos meses atrás. Ese 9 de noviembre no llegó ramito de violetas y ella se sintió muy mal porque había entendido que ya no tendría con quien engañarlo.

(Para quienes no conocen la canción, escuchar Ramito de violetas en cualquiera de sus versiones).

viernes, 20 de junio de 2008

martes, 17 de junio de 2008

1er concurso de microcuentos ‘El dinosaurio’


“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”, es todo lo que dice El dinosaurio, (tal vez) el microcuento más famoso de la literatura, escrito por el guatemalteco Augusto Monterroso. En aras de un pequeño homenaje (aunque merece más que eso) al que es considerado por la crítica y el público el maestro de la minificción, inauguro el concurso de microcuentos ‘El dinosaurio’, donde periódicamente invitaré a los lectores y no lectores de este sitio a enviar sus propuestas con el único fin darle un aire fresco y generar la sana competitividad entre todos. Sin más, empecemos.

Consideraciones del 1er concurso de microcuentos ‘El dinosaurio’
Enrique Páez, en su libro Escribir: manual de técnicas narrativas, dice: "...microcuentos son aquellos que caben en una página. Son pequeños relámpagos de lucidez que invitan a la reflexión…”. ‘El dinosaurio’ deja sentada la primera premisa como base del concurso. La segunda es excesivamente subjetiva, pero que les sirva de ayuda. Para esta primera versión podrán enviar microcuentos del tema que ustedes quieran, de su autoría y que no hayan sido publicados ni física ni virtualmente al correo electrónico estebandublin@hotmail.com. En el correo deberán especificar su nombre, su dirección de correo electrónico y /o dirección web (blog, web, weblog, etc.) y adjuntar el cuento en Word, con letra Garamond a 12 puntos e interlineado de 1,5. Podrán enviar los cuentos que quieran hasta el viernes 18 de julio de 2008.

Con la ventaja de que no conocemos a ninguna de las personas que generalmente pasa por aquí, pero sobre todo con lo inmensamente poderosos que nos vamos a sentir, los jurados de esta primera versión seremos los cuentitos y yo (asumiendo el riesgo de morir quemados en la hoguera). Los que consideremos los tres mejores microcuentos serán publicados en esta página con sus respectivos puestos (premios simbólicos, pero por cursi que suene, queremos que los participantes de ‘El dinosaurio’ escriban por amor al arte y, además, porque sabemos que la sensación de ganar es más fuerte que la de recibir un certificado).

Ítemes de calificación:
  • Economía de palabras innecesarias (25%).
  • Contundencia del texto (25%).
  • Creatividad en la historia (alejada de un lugar común) (25%).
  • Invitación a la reflexión (25%).

Si tienen dudas o comentarios, pueden escribirme en la sección de comentarios o al correo electrónico. Tengan la seguridad de que contestaré cada mensaje que reciba. Bienvenidos a ‘El dinosaurio’ y queda oficialmente abierta la convocatoria.

viernes, 13 de junio de 2008

Superhéroe

El monstruo devastó en llamas la ciudad, destruyó cuanta edificación se abrió a su paso, devoró ancianos y niños e incluso estrujó con sus manos a la mujer más hermosa de la metrópoli. El superhéroe nunca llegó.

martes, 10 de junio de 2008

Bazi

Bazi es un lugar único, el más espléndido y maravilloso de todos. Sobre sus colinas se despliegan cascadas que dejan a su paso millones de plantas que crecen al ritmo que les impone la naturaleza. Ni una sola nube se asoma sobre su cielo y por eso el firmamento se divisa nítido, como en ningún otro lugar en el mundo. Su aire es el más puro y curativo de la tierra. En el día huele a vainilla y en la noche, a manzanilla. En sus árboles crecen frutos desconocidos con sabores exquisitos y tamaños extraordinarios. Nada se le asemeja. Todavía, deprimida pero bella como siempre, Bazi espera silenciosa a que alguien, animal de cualquier tipo o especie, la visite para poder conversar con alguien distinto a la soledad.

viernes, 6 de junio de 2008

El suplente

Se jugaba el pase a cuartos. En un partido más que violento, los jugadores de Villa Cerrito habían lesionado a tres de sus colegas de Deportivo Neumaquén. ‘La nutria’ Suárez esperaba ansioso su entrada al partido. Llevaba tres años entrenando con Deportivo y hasta ahora no había jugado ni un minuto oficial. El técnico lo llamó cuando vio al juez expulsando al central de Villa Cerrito que le acababa de fracturar la tibia a uno de sus delanteros. El eterno suplente se paró frente a la línea y le solicitó la entrada al juez. Este lo vio, levantó la mano, se llevó el pito a la boca y señaló el punto central del terreno de juego.

martes, 3 de junio de 2008

La lámpara

Una ligera y delicada figura de humo se tejió en el aire después de que Fulgencio Matamoros frotó la lámpara que había encontrado enterrada en la playa. La figura formaba un hombre corpulento. Sobre su boca colgaba un delicado bigote y sobre su mentón, una fina barbilla. Ambas cosas le daban un aire de sapiencia extraordinario. De repente, Fulgencio Matamoros empezó a saltar dichoso gritando lo rico que sería. Cuando el genio lo vio jubiloso, una amplia sonrisa se le dibujó en el rostro. Unas palabras torpes, pero contundentes, le siguieron a esa sonrisa que apagó de manera fulminante la felicidad del pescador: “¡40 años en esta lámpara y ahora soy libre gracias a ti, hombre negro! ¿Ya puedo pedir mis tres deseos?”.