lunes, 29 de noviembre de 2010

Cita con la historia

Fui un verdadero héroe: liberé a mi pueblo. El día que escribieron mi historia, dejé de ser real. Dizque mito me dicen ahora.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Sofantástico

El sofá de mi casa se transformaba según mi estado de ánimo. Curioso, en todo caso, es que tenía una extraña forma de solidarizarse conmigo, ya que en aquellos días que me invadía la melancolía, el sofá se encargaba se relajarme con una espuma más suave de lo común o un calor impropio del clima. Hace poco, un gran comerciante amigo mío se enteró de las virtudes del mueble y me ofreció una cantidad de dinero tan astronómica que pude comprarme una lujosa casa nueva y hasta renovar todos los juegos de baño, cocina, sala y alcoba. Ahora me siento en un sillón más caro, pero los días grises son más tristes que nunca.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

803

A un piso arriba de mi apartamento, se acaba de mudar una pareja de recién casados. Las faenas se celebran en cualquier momento, así que, por más que quiera, me es imposible evitar los chirridos del colchón, los aplausos de las pieles y los gemidos de la esposa que, en ocasiones, parecen alaridos de dolor. En la noche, me es casi imposible concentrarme en mis lecturas, sumado a la depresión que me produce mi inapelable condición de soltero. Motivado por la envidia, he llevado a una de esas amigas que sólo exige que el sexo justifique la luna llena para ver si puedo ocasionar la misma molestia en los vecinos de arriba. Sin embargo, al día siguiente, el volumen del amor se hizo más fuerte que de costumbre. Entendiendo el mensaje, les declaro la guerra: noche tras noche, convoco compañeras, enemigas, ninfómanas, hadas, brujas, afroditas, locas, muñecas, prostitutas, náyades, cenicientas, sirenas y cualquier tipo de espécimen femenino que me contribuya a ganar la batalla del grito contra los pervertidos del 803. Durante cerca de tres meses, el combate ha sido a muerte, pero al fin los he vencido. Al menos, el sonido de esta noche es diferente… ¡Mierda…! ¡Son los del sexto piso!

lunes, 22 de noviembre de 2010

Pegaso

—¡Por favor, doctor, quíteme estas alas!
—¿Para qué? —dijo el cirujano—. ¿No se da cuenta de que es un animal hermoso?
—Sí, doctor —replicó—. Pero todas las yeguas a las que me acerco temen que las deje y me vaya volando.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Extranjero

Cansado de sentirse como un extraño, el extranjero decidió volver a su hogar. Quería sentir de nuevo y de cerca el oleaje del Mar Cantábrico, escuchar una vez más el sonido inteligible de la gaita asturiana y comer sin remordimiento alguno un buen plato de alubia con chorizo, lacón y tocino. Cuando pisó su tierra, una ajenidad indefinible lo invadió de pies a cabeza.
—¿Qué lo trae por aquí, forastero? —gritó un hombre a la distancia.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

308

Uno de mis vecinos, un médico que vive con su familia en el 308, sabe que dicto clases de Redacción y me ha contratado para darle lecciones de Ortografía a su hija que cursa noveno grado.
—Las agudas tienen el acento en la última sílaba —le indico a la jovencita—. Si terminan en ene, ese o vocal llevan tilde. Las graves llevan el acento en la penúltima sílaba. Se tildan si terminan en letras diferentes a ene, ese o vocal. Las esdrújulas llevan el acento en la antepenúltima sílaba. Todas, sin excepción, llevan tilde.
La joven adolescente me mira perpleja, toma su lápiz y detalla el ejercicio que le acabo de entregar. Con la otra mano, toma su bibí, como llama a su Blackberry, lo mira y envía un mensaje de texto pensando que no me doy cuenta. Acto seguido, escribe sobre la hoja y se rasca la cabeza. “Está renice”, me dice. Yo me percato de que no entiende ni jota al verla contando las sílabas para tildar y aplaudiendo para determinar el acento de los monosílabos.
—Me encanta el español, profe —dice mientras realiza su ejercicio.
—¿De verdad te gusta? —pregunto haciéndome el imbécil.
¡Of course! —dice sin chistar.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Fin

Un indeciso tenía la posibilidad de acabar el mundo con sólo oprimir un botón. Mientras lo pensaba, se acabó el mundo.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Mezcla

Pablo Giordano tiene dos grandes pasiones: la literatura y la fabricación de artesanías en mimbre. Durante años, distribuye su tiempo de tal modo que puede dedicarse durante la mitad del tiempo a escribir y la otra mitad, a fabricar artesanías. Ambas, por igual, representan una satisfacción para él, pero la dedicación y empeño que emplea para las dos actividades le ha representado un agotamiento ocasionándole más de un vahído. Salomónicamente, ha decidido resolver el inconveniente por lo sano: ahora escribe cuentos de mimbre.

miércoles, 10 de noviembre de 2010





4 8 15 16 23 42

4 jirafas en la isla.
8 estaciones descubiertas.
15 personajes con un pasado tormentoso.
16 muertes sin explicación.
23 guionistas devanándose los sesos.
42 millones de televidentes que quedaron “Perdidos”.

Por fin, se ha dado a conocer el fallo del mes de octubre en el concurso de Minificciones. Este microrrelato, con un título bastante particular que parodia la extinta serie Lost, ha recibido la Primera Mención por parte de la Redacción de Minificciones. Con este mini, doy por terminada mi participación en este concurso mensual que me ha dado muchísimas alegrías: seis podios en total (aunque nunca conseguí el primer lugar).

El motivo de no seguir participando obedece a que mis esfuerzos ahora estarán concentrados en dos nuevos proyectos editoriales que, como primicia, les adelanto que tentativamente llevarán el nombre de Historias de vecinos y Microcuentos con nombre propio. De todos modos, yo los invito a participar: es un ejercicio creativo muy divertido.

¡Nos leemos!

martes, 9 de noviembre de 2010

il caleidoscopio dei solitari - L'ultima melodia

En el VI Congreso de Minificción que se realizó en Bogotá, escuché a Fernando Valls en una de sus conferencias hablar sobre las virtudes del Internet, donde maravillas como la traducción literaria se realizan con muchísimas más facilidades que antes. Lo que no imaginé jamás, o no vi venir, fue que yo podría entrar en esa dinámica. Casualmente, he encontrado el blog de Stefano Valente, Il Sogno del Minotauro, y me he llevado la sorpresa de que ha traducido al italiano dos de los cuentitos, El caleidoscopio de los solitarios y La última melodía. Para leerlos, hagan clic en cada microrrelato para visitar El Sueño del Minotauro. Confieso que no entiendo una palabra del italiano, pero se ven tan bien...

lunes, 8 de noviembre de 2010

Estación

Hoy, como cada viernes, vuelvo a las tres p.m. La gente baja del tren. Me asomo. No te veo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Hábito

Aquí estuvo el dueño de este abdomen, escribía Karim Rotz sobre el cuerpo de su novia. Por esta piel se derritió mi saliva y mi lengua encontró destino sobre estas curvas. Mis dientes fueron testigos presenciales de los deseos de estas cumbres y sobre estos pezones rojos y tiesos mis labios resucitaron durante once noches seguidas. Alrededor de este ombligo caí hipnotizado, y aquí, justo aquí al lado de esta coma, Odín se apoderó de esta cueva que le cumplió más de tres, más de cuatro, más de quince caprichos. Estas caderas están selladas con mi rabia, esta espalda con mis yemas, este cuello con mi fuego. “No lo hagas más difícil, por favor”, le dijo ella. “Ya casi termino, Lucía”, replicó Karim con la voz quebrada sin soltar el marcador. “Si me dejas para entregarte a Dios, de algún modo debo asegurarme de que conozca tu pasado”.

---Este microrrelato, publicado el 16 de junio de 2009 en este blog, ha resultado finalista en el Certamen Internacional de Ficción Erótica Argot, convocado por la Revista Digital miNatura. Si encuentran un nombre diferente del autor en el enlace, no se asusten. A veces ni yo mismo sé cómo me llamo---. 

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Caín

Todos lloran. Mi madre, por ejemplo, lo hace desconsolada. Se aferra al féretro como un náufrago a su veleta. Mi padre apenas la sostiene. Parece más fuerte, pero a él también se le escapan cristales de las pupilas. Mi sobrino solloza. Mi cuñada, a su lado, lo abraza. Los lentes oscuros no alcanzan a cubrirle el dolor. Yo la miro a la distancia. No me atrevo a hablarle. Han pasado diez años desde que me dejó por mi hermano. Todos lloran. Yo, sin embargo, mantengo la compostura.