viernes, 28 de marzo de 2008

Tornado

El tornado arrasó con todo lo que se le atravesó. Cuando vio a la pequeña Melisa mirándolo aterrada, se detuvo. La locura del amor penetró en él con la misma velocidad con la que se movía y se incrustó en su corazón hasta matarlo. La pequeña Melisa duró toda la vida reparando la devastación de aquel tornado en su pueblo y esperando a que alguien la mirara igual.

lunes, 24 de marzo de 2008

Forward

Nunca antes Analía Gimbutas había visto 29 mensajes en la bandeja de entrada de su correo electrónico. Casi todos contenían el molesto ‘FW:’ precediendo el título del mensaje. La curiosidad la atacó y, sin dudarlo, abrió el que tenía más cerca a su cursor. Rio por un momento hasta que se reconoció a sí misma en una de las 25 imágenes que contenía el mensaje. Inmediatamente recordó el día que accedió a que su ex novio le tomara fotos en aquel motel. Las imágenes no le causaron tanta vergüenza como cuando releyó ahora consciente el título del mensaje que había abierto con saña y morbo segundos antes: la perra de la Javeriana.

jueves, 20 de marzo de 2008

La final

Cuando Carrillo iba a ver a su equipo, siempre perdía. Ese año no fue al estadio y su equipo llegó a la final. Carrillo se coló en el partido definitivo a sabiendas que cualquiera que lo reconociera lo sacaría a patadas. Nadie como Carrillo celebró ese día. Por fin en mucho tiempo había visto en vivo y en directo un gol de su equipo y poco le importó que el contrario hubiera marcado dos.

lunes, 17 de marzo de 2008

La curva

A Fernán Castillo Galeano le quedaban pocas uñas. Se las había comido casi todas mientras esperaba impaciente alguna noticia de las dos causas que lo tenían en la clínica. Atajó a la primera enfermera que vio y le preguntó nervioso cómo estaba el viejo que hacía cuatro minutos acababa de atropellar. Ante el muy bien que le dio la mujer como respuesta, Fernán Castillo Galeano no podía creer que sólo unos minutos antes su esposa hubiera roto fuente. Ante el inminente nacimiento, la había subido a su carro y había conducido rumbo a la clínica lo más rápido que pudo, sin advertir en una curva al distraído anciano que se cruzaba por la calle. El doctor Efraín Reyes salió de la sala de cirugía y se dirigió a Fernán Castillo Galeano, quien, después de escucharlo, se estremeció mucho más que en el accidente al comprender todo lo que debía esperar para cumplir su sueño de ser papá.

sábado, 15 de marzo de 2008

Cuentito número 0

Un cuento quería que lo contaran, pero nadie se atrevía. Cuando decidió contarse a sí mismo, nadie le creyó. A la larga, nadie lo conocía. Cuando entendió eso, empezó a contar otros cuentos diferentes a él. Aquí está su recopilación.