viernes, 31 de octubre de 2008

Jitler XII: ajuste de cuentas

Con el rumor de que lo habían matado, el pelao estaba más tranquilo. El caso es que se le complicó buscar a los manes que lo habían cascado. Lo que él me decía era que todas las noches se acordaba de esos hijueputas orinándolo y que se había jurado darles chumbimba. Cuando hablaba de ellos, se le veía el odio. El caso es que los manes no aparecían por ninguna parte. Por ahí se enteró de que los manes dizque se habían ido a Gringolandia. Entonces el Jitler hirvió, parcero. Le digo que se puso como loco. Entonces fue a una agencia de viajes de mierda esa en la que dan pasajes por el hueco y le dio lata a un cucho que estaba de celador, a la recepcionista, a un cliente que estaba averiguando y a un rolo que era como el gerente. Así sin más, sin saber ni siquiera si era con esa agencia con la que se habían ido los manes. (Continuará)…

martes, 28 de octubre de 2008

Sentencia

El asesino empuña su arma y, luego de un par de movimientos con su mano más hábil, la impone. Su mayor enemigo tiene las milésimas de segundos contadas. El criminal ya no tendrá ningún opositor en su plan de construir un amplio complejo para la fabricación y comercialización de armamento militar. La ausencia del líder comunitario derivará inmediatamente en el desalojo de todos los campesinos y en el peligro de morir si se sublevan como él. Cuando termina de firmar la orden, deja el esfero sobre el escritorio y se dirige a su reunión en el Congreso.

viernes, 24 de octubre de 2008

Jitler XI: el drogo

Todo el mundo estaba paniquiado después de eso. Por aquí la gente tenía mucho miedo. El Jitler ahí, libre como cualquier cristiano. Lo que pasó después estaba cantado. Unos manes que lo iban a quebrar lo pillaron por ahí mariquiando y le montaron la perseguidora. Corriendo se encontró a un marica que estaba más empericado que el putas. Le dijo que le regalaba el suéter porque le había caído bien. Y nada, ¡qué iba a saber el güevón ese lo que le esperaba! Todo contento... Y pues paila, usted se imaginará lo que pasó. Los manes pillaron al man con el saco del Jitler y le descargaron todo el plomo. ¡Malparido! Con esa la hizo olímpica porque muchos lo dieron por muerto. (Continuará)…

martes, 21 de octubre de 2008

Confesión

Me gusta, me enferma,
Envenenada colonia infantil,
A mí, sacerdote,
Que infiel a Dios y a su palabra
Muero por el chiquillo.

viernes, 17 de octubre de 2008

Jitler X: el escape

Qué pelao pa' tenerla tan clara. A los dos años y ya era dueño de la cárcel y ya tenía su mafia. Imagínese, ¡patrón a los 20! Supuestamente le habían dado cinco años dizque por buen comportamiento. ¿Qué tal, ah? Buen comportamiento esa gonorrea. Es que la justicia de este país sí es cagadero muy grande, ¿o no? De todos modos, el man se mamó y se quería volar. Entonces nada, convenció a un tombo de que lo ayudara diciéndole que le iba a dar billete porque él trabajaba para 'Don Pablo'. Yo no lo creí que se fueran por una de las puertas de la cárcel, pero eso fue lo que me dijo a mí. Cuando salían, el Jitler estaba al lado del tombo, le sacó el juguete y le disparó diciéndole que tomara por faltón (Continuará)…

martes, 14 de octubre de 2008

Cambio

Algo pasa con el transporte de Quintana. Aún no entiende por qué ya nunca va de pie ni por qué está dejando de escuchar esa molesta música que antes lo desesperaba. En el trayecto ya no se suben vendedores de dulces, ni de lápices, ni enfermos a los que les hacen falta sesenta mil pesos para la medicina. Ahora se hacen menos paradas y llega más rápido a su destino. Tal vez el desempleo ha bajado y el arreglo de las vías ha sido útil, piensa. Aún dubitativo, ve el semáforo en verde y pone primera.

viernes, 10 de octubre de 2008

Jitler IX: el cucho

Cuando me contaba esto, el Jitler se reía. Me dijo que el cucho de la cárcel estaba cagao, ¿cómo no? Que dizque la otra pinta se le había abierto al viejo, que se había aculillado, porque había escuchado mucho del Jitler, y que todos decían que era una caspa. Entonces nada, ese cucho tenía las horas contadas. Todos sabían que el Jitler iba a quebrarlo. Esa tarde el pelao estaba haciendo pesas todo fresco. Fue en una de esas, nadie supo que había pasado, pero se prendió la alarma. El cucho estaba en el mismo sitio que había violado al Jitler, empeloto y con un bolillo culo arriba. Chino malparido. Todo orgulloso dizque porque ese había sido su primer asesinato intelectual. (Continuará)…

martes, 7 de octubre de 2008

viernes, 3 de octubre de 2008

Jitler VIII: la cárcel

Lo de la cárcel fue teso. Me dijo que cuando estaba allá pensaba en los cabrones esos todo el tiempo, que los quería matar así fuera a puño limpio. El caso es que allá es bravo, parce. Apenas llegó, un cucho se lo pistió y se lo quiso comer. El man era medio duro y tenía dos pintas que lo cuidaban. Unos manes vigas, grandulones en serio. Que una vez lo acorralaron en el baño y paila. Me dijo que hasta ahí le había llegado la otra entrada. Me dijo que esa noche se consiguió un chuzo y al otro día en el patio distrajo a los guardias dizque con una revuelta, aprovechó el desorden y se le fue a uno de los pintas que cuidaban al cucho. En esas le dijo al man que él se pasaba a cualquier malparido, menos a un sapo, le cortó una oreja y le dejó el chuzo de almuerzo. (Continuará)…