miércoles, 3 de julio de 2013

Desde el balcón

Desde el balcón puedo verlo todo. Veo a la vecina, invitando a un desconocido a sentarse en el sofá, intuyo que le propone ponerse cómodo, porque se acerca al bar y abre una botella de vino. Veo cómo se le insinúa, como se abre coquetamente la blusa y se le sienta al lado. Veo al desconocido brindando con ella, secreteándole al oído mientras ella se ríe y ladea la cabeza para dejarle el cuello como anzuelo. Veo el momento en el que el desconocido se le lanza a la vecina y le sella un beso. Veo a la vecina abrazándolo y luego alejándolo sin convicción. Veo que él no hace caso y la veo a ella rompiendo a carcajadas. Veo a la vecina tomando al desconocido de la corbata y llevándoselo al cuarto contiguo. Veo cómo el desconocido lanza a la vecina a la cama. Los veo a ambos desnudándose sin recato alguno mientras alternan los besos con los mordiscos. Veo la puerta del apartamento que se abre. Veo al vecino entrar. Lo veo todo.

3 comentarios:

Tirando piedras al rio dijo...

Me gusto mucho. Veo, veo.

El Eskimal dijo...

Esteban, me ha dejado pensando el cuento. Ahora no sé si el que veía era un voyeurista de profesión, con ansias de 'La ventana indiscreta' o si en realidad era el joven con la vecina.
Saludos.

Esteban Dublín dijo...

Me alegra mucho que, además de tirar piedras te guste el micro.

Eskimal, todas las interpretaciones son válidas, pero en realidad no comprendo tu confusión.