lunes, 4 de noviembre de 2013

La niña que quiere revivir a su padre

Ve una estrella fugaz. Pide en un deseo. Aún no sabe que es imposible.

2 comentarios:

Alís dijo...

A las estrellas no hay que pedirles los deseos posibles, porque éstos podemos lograrlos con un poco de esfuerzo. Son los imposibles los que pedimos, porque ahí radica la magia. Y soñar no cuesta nada.

Bonito y triste

Un abrazo

Esteban Dublín dijo...

Toda la razón, Alís. Es que a veces soy pesimista. Un beso.