miércoles, 13 de marzo de 2013
Reencuentro
Este no es un viaje cualquiera. Estamos a punto de llegar y no dejo de pensar que son nueve las horas de trayecto, pero que son quince los años que llevo esperando este momento. La única comunicación que tuvimos este tiempo fueron las cartas que me enviaba sin falta los 14 de cada mes y las llamadas que yo le hacía semanalmente. Con lo poco que decía, igual alcanzaba a distinguir entre líneas lo que estaba sintiendo. Y claro, cómo iba cambiando conmigo, aunque siempre me lo negara. Ni una foto me envió en todos estos años, a pesar de mi insistencia. Ya me dijo toda mi familia que este es viaje y tiempo perdidos, pero no puedo seguir en la incertidumbre ni un día más. El autobús se detiene. Las punzadas en el estómago se me intensifican con cada segundo. Bajo mi equipaje y desciendo del autobús. Lo reconozco de inmediato. Apenas sonríe. Este no es un viaje cualquiera.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
¡Excelente, Esteban! Destaco tu sutileza para dejar el micro abierto a la cocreación del autor.
Un abrazo,
Gracias, Pedro. De eso se trata. De decir con poco. Abrazos.
Publicar un comentario