viernes, 1 de marzo de 2013

El puente de los suspiros

En el siglo XVII, en la bellísima ciudad de Venecia; la misma que testifica a diario las discusiones del agua con el comercio, la dueña de la Basílica de San Marcos, la casa marina de los gondoleros; existió una prisión de la Inquisición. En todo caso, a pesar de la crueldad que supone la tradición, la cárcel de Venecia también guarda una historia que contribuye con la poesía que es en sí misma la ciudad. Sobre un pasaje que conecta el Palacio Ducal con los calabozos, existe un puente con un par de rendijas que dan al exterior. Todos los presos debían atravesar el pasaje. Cuando eran condenados, se detenían en el puente y, con ese anhelo de la libertad perdida, mirando por última vez hacia las maravillas del Adriático, suspiraban. De ahí la leyenda veneciana de “El puente de los suspiros”.

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