El problema, Esteban, es que sólo hacemos caso al paso de un segundo, a un simple tic-tac, una vez al año, para fin de año, que convertimos ese instante en algo místico. Si hiciéramos lo mismo durante el resto del año, si le diéramos la importancia que se merece el paso del tiempo...
si es muy bueno, es brillante. Tengo que decir que al principio, creí que era una bomba y que el hombre se suicidaba. Luego vi bien el título y aún me gustó más.
Voy a puntuar un 8, aunque desconfió de estos textos tan breves.
Cuando el texto me obliga a encontrarle significados y lo leo y releo y no parece que voy a encontrarle, me desencanta un poco. Eso me pasó con este. Quizá sea deficiencia de lector.
Valdesparterano, antes que nada, bienvenido por aquí. Ahí mire algo de tu blog, y me parece que hay algo literario con respecto al barrio. La soledad, creo yo, es necesaria en ciertos momentos.
Sav, gracias.
Víctor, tu teoría es interesantísima. No había pensado en la importancia del tiempo desde la perspectiva de la mística. Creo que se me acaba de ocurrir un cuento.
Daniel, me agrada mucho ver a un lector tan disciplinado y frecuente como tú. El título, como bien lo dijiste alguna vez, es la mitas de un relato breve. Gracias por el 8. Saludos.
Fernando, tal vez no sea deficiencia del lector. Podría ser del escritor. ¿Nunca te ha pasado que cuando están solo, en el más absoluto silencio, escuchas el tic-tac del reloj?
Ananda, la cabeza se mueve de un lugar a otro y el tiempo a veces no ayuda a que la sentemos bien.
como lograste semejante nivel de brevedad... el cuento dice demasiado... sobre la espera, sobre la soledad, sobre tantas cosas... grande amigo esteban...
Vaya con la omnipresencia cuando se convierte en patológica. Y no hay peor verdugo que uno mismo para con uno mismo.
Me gustó la idea, aunque encontre un poco enrevesada su forma. Es que yo soy un poco de "antes sencilla que muerta" en esto del escribir que no en mi vida.
Los silencios resaltan en la soledad, y vemos así que ningún silencio es absoluto. Allí está el reloj para hacernoslo notar. Me costó entenderlo, pero esta muy bien! Saludos
Uno llega a confundirse con tantas cosas, unos dicen carencias del lector, Ud modestamente carencias del escritor. Como todo en escritura sólo te llega, lo entiendes cuando estás sintiendo el escuchaste el tic, y sigues esperando el tac. Y como lo bueno merece elogios: Muy bueno!
Lector, antes que nada. Publicista. En 2008, realicé el Taller de Microliteratura en La Escuela de Escritores de Madrid. Mis microrrelatos han sido elegidos para componer antologías latinoamericanas, publicados en diferentes revistas impresas y digitales, y premiados en Chile, Argentina y España. En 2010, la editorial Adéer Lyinad publicó mi libro Preludios, Interludios y Minificcciones. Representé a Colombia en el VI Congreso Internacional en Bogotá. Algunos de mis textos han sido traducidos al italiano y al portugués. Daniel Ávila es mi verdadero nombre.
29 comentarios:
Y después de un tic, un tac. Y nada más. Ay la soledad!
La soledad es bonita cuando se tiene alguién a quien contárselo.
Un saludo indio
Oh. Muy bueno.
El problema, Esteban, es que sólo hacemos caso al paso de un segundo, a un simple tic-tac, una vez al año, para fin de año, que convertimos ese instante en algo místico. Si hiciéramos lo mismo durante el resto del año, si le diéramos la importancia que se merece el paso del tiempo...
Un saludo.
si es muy bueno, es brillante. Tengo que decir que al principio, creí que era una bomba y que el hombre se suicidaba. Luego vi bien el título y aún me gustó más.
Voy a puntuar un 8, aunque desconfió de estos textos tan breves.
saludos
Cuando el texto me obliga a encontrarle significados y lo leo y releo y no parece que voy a encontrarle, me desencanta un poco. Eso me pasó con este. Quizá sea deficiencia de lector.
Saludos
Yo también releo. Estaba en eso de hecho.
Hay que ver lo que da de si un segundo cuando tenemos la cabeza ocupada con otro.
Un abrazo, Esteban (inteligente micro)
Valdesparterano, antes que nada, bienvenido por aquí. Ahí mire algo de tu blog, y me parece que hay algo literario con respecto al barrio. La soledad, creo yo, es necesaria en ciertos momentos.
Sav, gracias.
Víctor, tu teoría es interesantísima. No había pensado en la importancia del tiempo desde la perspectiva de la mística. Creo que se me acaba de ocurrir un cuento.
Daniel, me agrada mucho ver a un lector tan disciplinado y frecuente como tú. El título, como bien lo dijiste alguna vez, es la mitas de un relato breve. Gracias por el 8. Saludos.
Fernando, tal vez no sea deficiencia del lector. Podría ser del escritor. ¿Nunca te ha pasado que cuando están solo, en el más absoluto silencio, escuchas el tic-tac del reloj?
Ananda, la cabeza se mueve de un lugar a otro y el tiempo a veces no ayuda a que la sentemos bien.
como lograste semejante nivel de brevedad... el cuento dice demasiado... sobre la espera, sobre la soledad, sobre tantas cosas... grande amigo esteban...
PDT: volví.... un abrazo...
Jorge, qué alegría verte de nuevo por aquí. Gracias por las palabras. Un abrazo grande y no te pierdas tanto.
Qué largo es un segundo sin destino, sin motivos, sin él, sin ella, en soledad.
Muy bueno, lo expresa todo en pocas palabras
Así es, Isabel. Un segundo en soledad puede ser una eternidad.
Ese tac final... se hace eterno.
Bien dicho, Óscar. Por lo que veo tú has sido una de esas víctimas de las impiedades del tiempo.
=(
Yo por eso lleno mi tiempo conmigo ;)
Me sonrojas con tu piropo, Jilibélula.
Vaya con la omnipresencia cuando se convierte en patológica. Y no hay peor verdugo que uno mismo para con uno mismo.
Me gustó la idea, aunque encontre un poco enrevesada su forma. Es que yo soy un poco de "antes sencilla que muerta" en esto del escribir que no en mi vida.
Un saludo,
Te sigo
Ay Esteban... es que yo no soy de las que se llaman modestas...
Gracias por la sinceridad, Jilibélula.
Me ha gustado mucho este milimicro.
Gracias, Manu. Un honor que hayas entrado por aquí. Vuelve cuando quieras.
Buen cuento y buena reflexión la de Víctor.
Isabel
Gracias, Isabel. La reflexión de Víctor es para detenerse a mirarla.
Los silencios resaltan en la soledad, y vemos así que ningún silencio es absoluto. Allí está el reloj para hacernoslo notar. Me costó entenderlo, pero esta muy bien! Saludos
El silencio es un aliado de la soledad. Tic tac, tic tac, tic tac. Si lo escuchas, estás terriblemente solo. Abrazos, Martín.
Uno llega a confundirse con tantas cosas, unos dicen carencias del lector, Ud modestamente carencias del escritor. Como todo en escritura sólo te llega, lo entiendes cuando estás sintiendo el escuchaste el tic, y sigues esperando el tac. Y como lo bueno merece elogios: Muy bueno!
Pues muchas gracias, Bruno. El tiempo es inclemente y dolorosamente ruidoso en la más absoluta soledad.
Por cierto, Bruno, bienvenido por aquí siempre que quieras.
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