viernes, 11 de octubre de 2013

Falcao y el destino

Años atrás, cuando aún conservaba el sueño de ser futbolista, llegué a un equipo de Bogotá llamado Fair Play. Allí jugaba un pequeño prodigio que hoy sigue conservando el récord de ser el jugador más joven en debutar en fútbol profesional (a los 15 años en segunda división). Ese prodigio era conocido como Radamel. Un año antes de eso, cuando yo hacía parte de las divisiones inferiores del equipo de mis amores, Millonarios, nos habíamos enfrentado a él y a su equipo, Fair Play, en una semifinal de la Liga de Bogotá. Recuerdo como si fuera ayer el gol que marqué y el 2-0 posterior que cerró la primera etapa a nuestro favor. Y recuerdo también la impresionante figura de Radamel emergiendo, renaciendo de las cenizas como el fénix, en un segundo tiempo de ensueño, en el que marcó tres goles y volteó el partido. Fair Play pasó a la final, nosotros quedamos en el camino y Radamel quedó en mi memoria para siempre. Un año después, como dije, jugué a su lado. Ese privilegio no se compara con nada. Él siguió el camino del fútbol para convertirse en el mejor 9 del mundo y yo tomé el rumbo que me marcó la publicidad. El destino hizo que mi más reciente campaña lo tuviera a él como protagonista y hoy, ese mismo destino, nos vuelve a encontrar. A mí, detrás de un televisor, con la admiración que me sigue despertando su impresionante talento y a él, como la estrella a la que todo un país le ruega un regreso al evento deportivo más importante del mundo. ¡Vamos, Radamel!

3 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Toda una experiencia, sin duda. Imaginate cuando se la puedas contar a tus niños. :)))

Un abrazo,

Guillermo Castillo dijo...

El poeta Álvaro Mutis, recientemente fallecido, dijo que el público hace del atleta su ídolo, le atribuye virtudes que quisiera poseer, y, detrás de la opulenta trabazón de músculos, supone atributos heroicos que no existen.
Sin embargo, encuentro en sus palabras, un reconocimiento muy merecido.

Un saludo va.

Esteban Dublín dijo...

Pedro y Guillermo, él y todo el equipo nos clasificaron. Tengo mucho que agradecerle a su figura, que sigue creciendo con cada partido para hacerse leyenda.