lunes, 26 de agosto de 2013

Celos de un juguete

A plena luz del día, mientras Heidi recibe sus primeras clases en la escuela, Teddy encuentra un alfiler perdido debajo de la cama y lo clava con fiereza en la cabeza de la Barbie. Una, cuatro, veinticinco veces.

2 comentarios:

Pedro dijo...

Me gusta tu forma de explicarnos los sentimientos de Buzz Lightyear, Esteban.

Pronto te irás acostumbrando a encontrarlos -los juguetes, que no los sentimientos- por todas partes.

Un abrazo,

Esteban Dublín dijo...

Gracias por la advertencia, Pedro. Veremos cómo se comportan los juguetes en mi nuevo papel de padre.