Ella te arrulla, te habla, te da.
Yo lo intento.
Y mientras la torpeza de mis movimientos se acoplen a la naturalidad con que tu madre se relaciona contigo, mi corazón se emociona cuanto más se acerca el día de tu bienvenida.
martes, 28 de enero de 2014
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1 comentario:
Me alegra que te sientas identificado, Diego. Ha sido una experiencia increíble. Un abrazo.
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