Ella
Justo después de preparar el jugo de tamarindo para su esposo, Milena Quintanilla, con veinte años recién cumplidos, derramó tres gotas de cianuro sobre el líquido. Subió las escaleras sosteniendo el vaso con una bandeja y entró sigilosamente. Su esposo, que la esperaba sentado, le tenía preparada una sorpresa mucho mayor de la que ella a él. No tardó mucho en entender que lo menos doloroso sería aceptar la sugerencia que su esposo le acababa de hacer. (Continuará)...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
hay noooo... no nos dejes así, como así que continuará?, hay nooooo.
hey esteban perdona que apenas ahora te vengo a poner en mis links, juraba que allá te tenía en primera fila.
Gracias, mi querida Verónica. Los cuentitos ya te tienen entre sus preferidos.
Publicar un comentario