miércoles, 17 de noviembre de 2010

308

Uno de mis vecinos, un médico que vive con su familia en el 308, sabe que dicto clases de Redacción y me ha contratado para darle lecciones de Ortografía a su hija que cursa noveno grado.
—Las agudas tienen el acento en la última sílaba —le indico a la jovencita—. Si terminan en ene, ese o vocal llevan tilde. Las graves llevan el acento en la penúltima sílaba. Se tildan si terminan en letras diferentes a ene, ese o vocal. Las esdrújulas llevan el acento en la antepenúltima sílaba. Todas, sin excepción, llevan tilde.
La joven adolescente me mira perpleja, toma su lápiz y detalla el ejercicio que le acabo de entregar. Con la otra mano, toma su bibí, como llama a su Blackberry, lo mira y envía un mensaje de texto pensando que no me doy cuenta. Acto seguido, escribe sobre la hoja y se rasca la cabeza. “Está renice”, me dice. Yo me percato de que no entiende ni jota al verla contando las sílabas para tildar y aplaudiendo para determinar el acento de los monosílabos.
—Me encanta el español, profe —dice mientras realiza su ejercicio.
—¿De verdad te gusta? —pregunto haciéndome el imbécil.
¡Of course! —dice sin chistar.

11 comentarios:

Torcuato dijo...

Era muy happy.
Un abrazo.

Anita Dinamita dijo...

Ja ja, tampoco el profesor se prodiga mucho en la explicación, o no me lo parece a mi.
Esta juventud...
Un beso

Anónimo dijo...

(Spanish off). I´ve enjoyed it.
Best wishes.

German Andrés Sarmiento dijo...

natürlich!
aaa nada como un buen micro que retrate la juventud.
Uno de los mejores. saludos

GinHindew110 dijo...

Jeje, esta juventud de ahora

Pablo Gonz dijo...

Es que el español es una lengua muy viva. Ante la irresistible competencia del inglés, decide asimilarlo. Esto ha pasado siempre: es como evolucionan los idiomas.
Abrazos, of course.
PABLO GONZ

Alís dijo...

No nos va a quedar más remedio que asumir el mestizaje en los idiomas. Es algo que ocurrió siempre, pero claro, ahora de un modo más brutal.
Da penita, pero es lo que hay.

Besos

Esteban Dublín dijo...

Este es el primero de una serie de microrrelatos para un libro que tengo pensado llamar Historias de vecinos. Gracias a todos por comentar. Juntos, vamos viendo las historias que se tejen a través de las paredes. Un abrazo.

Engler dijo...

Explorar, dice el "gugul rider", descubrir le llamo yo. Ya estamos a bordo.

Daniel dijo...

A mí me gustó. Hay que convertir lo que nos pasa en literatura. Escribirlo nomás, y listo, tal cual. Sólo señalaría la efe sobrante en el "off" del final.

Síguele Esteban, un saludo.

Esteban Dublín dijo...

Gracias por sus comentarios y aportes, Engler y Skyline.