miércoles, 24 de noviembre de 2010

803

A un piso arriba de mi apartamento, se acaba de mudar una pareja de recién casados. Las faenas se celebran en cualquier momento, así que, por más que quiera, me es imposible evitar los chirridos del colchón, los aplausos de las pieles y los gemidos de la esposa que, en ocasiones, parecen alaridos de dolor. En la noche, me es casi imposible concentrarme en mis lecturas, sumado a la depresión que me produce mi inapelable condición de soltero. Motivado por la envidia, he llevado a una de esas amigas que sólo exige que el sexo justifique la luna llena para ver si puedo ocasionar la misma molestia en los vecinos de arriba. Sin embargo, al día siguiente, el volumen del amor se hizo más fuerte que de costumbre. Entendiendo el mensaje, les declaro la guerra: noche tras noche, convoco compañeras, enemigas, ninfómanas, hadas, brujas, afroditas, locas, muñecas, prostitutas, náyades, cenicientas, sirenas y cualquier tipo de espécimen femenino que me contribuya a ganar la batalla del grito contra los pervertidos del 803. Durante cerca de tres meses, el combate ha sido a muerte, pero al fin los he vencido. Al menos, el sonido de esta noche es diferente… ¡Mierda…! ¡Son los del sexto piso!

10 comentarios:

David Moreno dijo...

jajajaja veo que el vecindario se anima.
Me sorprendió el final.
Enhorabuena.

Un saludo indio

Luisa Hurtado González dijo...

Qué trajín, cuánto sudor.
Qué ganas de una buena ducha.

Angela María dijo...

Un final inespererado.
Muy bn logrado el micro.
Pasara a mi lista de favorito.

Besos.

Unknown dijo...

Ja já, es graciosa la rabia del personaje:los ruidosos, al fin y al cabo, han animado su vida

Anita Dinamita dijo...

¿Por qué mis vecinos no harán eso? ja ja ja
Muy bueno, de verdad!!!

Juan Vásquez dijo...

Está muy bueno Esteban, parece toda una batalla

Koko dijo...

Ah ha ha, al final salieron más chingones. El volumen del amor.

josé manuel ortiz soto dijo...

Esteban, creo que se ha iniciado una terapia colectiva, y con muy buenos resultados.

Saludos.

Esteban Dublín dijo...

David, y eso que apenas estamos empezando. No imaginan la cantidad de historias de vecinos que vendrán...

Luisa, también necesito una ducha.

Angelita, excelente.

Patricia, amáos los unos a los otros es el mandamiento divino más seguido por los pecadores y peor entendido por los piadosos.

Esteban Dublín dijo...

Anita, una de dos: las paredes de tu edificio son a prueba de ruidos o tus vecinos son un par de ancianos que van de salidita...

Juan, ¡lo es!

Koko, que siga escuchándose...

José Manuel, ¡bienvenida la terapia!