Cansado de sentirse como un extraño, el extranjero decidió volver a su hogar. Quería sentir de nuevo y de cerca el oleaje del Mar Cantábrico, escuchar una vez más el sonido inteligible de la gaita asturiana y comer sin remordimiento alguno un buen plato de alubia con chorizo, lacón y tocino. Cuando pisó su tierra, una ajenidad indefinible lo invadió de pies a cabeza.
—¿Qué lo trae por aquí, forastero? —gritó un hombre a la distancia.
viernes, 19 de noviembre de 2010
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15 comentarios:
El tiempo lo puede cambiar. Muy bueno Esteban, muy bueno, el del 308, genial ese.
Así pasa. No puede uno retener el pasado.
Creo que es lo que suele suceder con los que han pasado mucho tiempo fuera de su lugar de origen. Al final son extrangeros en todos sitios.
Un abrazo, Esteban.
Es normal, los extranjeros al final terminamos siendo extranjeros en nuestra tierra. Buen micro.
Una errata, te falta la tilde en "pisó".
Saludo.
David.
"plato de alubia con chorizo, etc..." = fabada.
Abrazos,
PABLO GONZ
El extranjero se convirtió en apátrida, eso suele pasar, a mi de hecho me pasa, si no fuera porque aquí me siento como si esta fuera mi casa :)
Ojalá después puedan reconocerlo, como a Odiseo. Muy bueno,
un abrazo.
Gracias por el micro Esteban. El asturiano puede ser extranjero en su tierra, aunque la eche de menos. Somos gente afable, pero muy cabezones.
Blogsaludos
Buagh, Esteban, es potente la pregunta, dejando el "forastero" al final de la frase. Me gustó.
Un abrazo internacional.
Eskimal, qué bueno que sean de tu agrado.
Carlos, ser extraño en la propia tierra...
Torcuato, tuve la experiencia de vivir lejos de mi país durante un año. Cuando volví, nada era igual.
David, impedonable error que ya corregí. Gracias.
Pablo, gracias por ilustrarnos sobre la gastronomía asturiana.
Anita, ¿por qué apátrida?
Baizabal, ojalá.
Adivín, gracias a ti por confiar en los cuentitos con tu nombre.
Víctor, otro abrazo para ti.
Me pasa cada año, cuando regreso a Galicia. Y sólo llevo seis años fuera.
Me encantó, y emocionó, el relato
Besos
Me gusta porque rompes toda la carga nostálgica y la morriña que arrastra y nos cuenta el personaje, con ese saludo coloquial y rudo que pone todas las cosas en su sitio. Buen micro.
Abrazos.
Alís, ¿te pasa? A mí también me ha pasado.
Agus, qué bueno recibir retroalimentación acerca del estilo. Lo agradezco mucho y me alegra que te haya gustado.
Bueno, sin patria (en mi caso era de Madrid y ahora no soy de La Palma)
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