Pablo Giordano tiene dos grandes pasiones: la literatura y la fabricación de artesanías en mimbre. Durante años, distribuye su tiempo de tal modo que puede dedicarse durante la mitad del tiempo a escribir y la otra mitad, a fabricar artesanías. Ambas, por igual, representan una satisfacción para él, pero la dedicación y empeño que emplea para las dos actividades le ha representado un agotamiento ocasionándole más de un vahído. Salomónicamente, ha decidido resolver el inconveniente por lo sano: ahora escribe cuentos de mimbre.
viernes, 12 de noviembre de 2010
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14 comentarios:
Me gusta lo de escribir cuentos de mimbre, pero en esta ocasión el micro me ha parecido demasiado forzado. No sé si estoy en lo cierto. Simple y humilde opinión.
Un saludo indio
Me imaginaba un final parecido.
Pero me ha gustado. El micro tiene buen mimbre.
Un abrazo.
Dentro de poco se le ocurrirá hacer cestos de cuentos y tendrá que dividir su tiempo otra vez ;)
Abrazos
A mí tampoco me convence mucho ese final, Esteban. Lo que sí me gustó es que las dos aficiones del tipo (artesanía y literatura) pueden ser una sola. ¿O la literatura no es trabajo de artesanos?
Un abrazo.
Gracias.
Etimología de la palabra texto: lo que se teje, lo tejido. Hermoso texto, Esteban, muy simple y pulcro.
Abrazos,
PABLO GONZ
Qué bonito lo de los cuentos de mimbre. Seguro que Pablo Giordano ahora es feliz.
Besos
Una sabia decisión; la mediación siempre dará mejores resultados.
Saludos.
David, es verdad. A mí tampoco termina de convencerme. Escribir estos cuentos con nombre propio siempre representa el mayor reto para mí.
Torcuato, gracias.
Anita, ¿qué tal cestos de cuentos?
Víctor, pienso igual que tú: el micro no es la gran cosa, flojo más bien, lo interesante es el asunto de las combinaciones de nuestras pasiones.
Pablo, un gusto.
Pablo, a mí realmente no me gusta tanto. Me parece que está bien narrado y que la idea puede ser interesante, pero dista mucho de ser un micro poderoso e impactante. Abrazos.
Alís, eso espero.
José Manuel, por eso digo que Salomón ha sido uno de los más sabios reyes. Un abrazo.
No creo, Esteban, que todos los microtextos deban ser poderosos e impactantes. Este es hermoso y suave; y eso a mí ya me vale. Aunque quizás a ti no.
Más abrazos,
PABLO GONZ
Pablo querido, tienes razón con respecto a lo que dices. Como te digo, me gusta la narración y la idea, pero no la combinación de ambas. Abrazos.
Ya podrá trenzarlos bien. Ja ja ja
Todos esperamos lo mismo, Manuel.
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