viernes, 26 de noviembre de 2010

Sofantástico

El sofá de mi casa se transformaba según mi estado de ánimo. Curioso, en todo caso, es que tenía una extraña forma de solidarizarse conmigo, ya que en aquellos días que me invadía la melancolía, el sofá se encargaba se relajarme con una espuma más suave de lo común o un calor impropio del clima. Hace poco, un gran comerciante amigo mío se enteró de las virtudes del mueble y me ofreció una cantidad de dinero tan astronómica que pude comprarme una lujosa casa nueva y hasta renovar todos los juegos de baño, cocina, sala y alcoba. Ahora me siento en un sillón más caro, pero los días grises son más tristes que nunca.

10 comentarios:

David Moreno dijo...

Me gustó sobretodo el juego que haces con el título.

Un saludo indio

Manuel dijo...

Como acostumbres y se haga hueco a tu medida... Estás enganchado para siempre.

Angela María dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Angela María dijo...

Hay cosas en la vida que el dinero no puede comprar... como la comodidad del sofá. jajaja

Besos.

Juan Vásquez dijo...

Ese sería un buen sofa para la guerra del 803 ¿no?.

El texto está muy bueno, se nota que le trabajaste y le pensaste.

Juan F. Plaza dijo...

Me gustó el micro, no es mala idea comercial (¿alguna empresa querrá fabricar sillones así?).
pasaré por aquí más a menudo, con tu permiso.
Saludos

Pinkrobot dijo...

Me encantó, aunque puede que mi opinión este sesgada.

Genial la forma como jugaste con el título de mi blog y la entrada de la casa nueva. Me gusta me gusta :D

Acuática dijo...

Curioso. Tengo escrito un micro llamado "Días grises", en el que el estado de ánimo del protagonista ejerce una extraña influencia en su entorno, aunque no sobre las fornituras de su hogar. Me maravilla este hecho. ¿Te imaginas que ambos hubiésemos tenido la idea el mismo día, sobre la misma hora? Empezaría a creer que las musas juegan con nosotros y reparten a medias la inspiración. Por si quieres contrastar, a mí se me ocurrió esta semana, el lunes 22, y terminé de escribirlo el martes (ventajas de llevar siempre una libreta encima y anotar las fechas).
Un saludo
:)

Esteban Dublín dijo...

David, a mí todavía no me convence del todo...

Manuel, a medida pocas cosas. Por eso preferimos la incomodidad, aunque no lo digamos.

Angelita, y tantas otras cosas más...

Juan, lo hubiera pensado antes... Gracias por la idea. Lo tendré en cuenta para nuestras historias de vecinos.

Esteban Dublín dijo...

Woody, pasa todas las veces que quieras. Estás en tu sofá.

Pinkrobot, me tomé algunas licencias (atrevidas incluso) para tu micro, pero me alegra que te haya gustado.

Acuática, eso que nos dices da para una historia que se me acaba de ocurrir. Un beso.