—¡Jiménez! ¿Qué está haciendo?
—Trabajo, jefe, trabajo.
—Está leyendo, señor. ¿A eso llama trabajar?
—Trato de abrir la mente, jefe.
—Yo no necesito que usted abra la mente, señor. Necesito que produzca.
—Jefe, trato de encontrar una nueva idea.
—No me joda. ¡A trabajar!
Bajo la cabeza derrotado y, al cerrar mi libro, la silueta de un caballo de mar se funde con un aire burbujeante del que emergen salamandras aladas y colibríes rojizos para entonar en coro un clásico de música gospel.
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12 comentarios:
¡Me encanta el polvo mágico que se levanta con el cierre del libro!
Besos.
Coincido con Susana. Ese final luminoso contrasta, de forma muy verosímil además, con ese diálogo cotidiano propio de las rutinas laborales.
Esupenda pieza, Daniel.
Abrazos
Le has dado un bonito final Esteban.
Pero...de todas formas, no estabas currando ¿eh?
Yo tampoco he tragado. :)
En este micro se ponen de relieve dos mundos, el real y el imaginario. Y ahí cara a cara luchan por vencer. El jefe aliado de la cruda realidad y tu imaginación, el trampolín para el mundo de la ficción. Adelante. A por él. Apuesto por el segundo.
Un saludo indio
Si todos pudiésemos leer de ese libro, lo que ahorraríamos en psicotrópicos.
Me ha gustado, Esteban. ¡Buen trabajo!
¡Eh! ¿Donde puedo comprar ese libro?
Me encantan estos fantasmas de la imaginación.
Besitos
Pasa muchas veces, viene lo cotidiano y arrasa con personajes y palabras bailando sobre el libro.
Eso es lo que nos falta en este mundo,una mente abierta!
Lastima que aquellos que buscan abrirla sean reprimidos.
Gracias por el cuentito,ayudo como no te imaginas.
Un Beso.
Susana, a mí también.
Gemma, no sabes cómo agradezco tus palabras. Recibe mi abrazo.
Enmascarado, no me atrevo a responderte porque el verbo que usas, desconocido para mí, significa dos cosas en la RAE: trabajar o estafar. Hasta que me aclaras a cuál te refieres, tendrás tu respuesta. ;)
David, a por él, como dicen ustedes.
Pedro, ¿para qué psicotrópicos si tenemos los libros?
Elysa, está en tu biblioteca, ¿no lo has visto acaso?
Eskimal, si te pasa, entonces venga esa mano.
Angelita, me alegra que sea de ayuda. Besos y 4.
Sensacional.
Destila toda la fantasía esencial.
Las diferencias entre la fantasía y la realidad también habitan en nuestra capacidad de imaginación, estimado Carlos. Gracias por pasarte.
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