viernes, 23 de septiembre de 2011

Profecía

“Auguro que será envenenado, majestad”, dijo el profeta. Advertido, el rey le hacía probar al adivinador todos sus platos antes de comerlos. Herido en su buena fe, aprovechó la confianza de su rey y cumplió a cabalidad con el presagio.

8 comentarios:

Susana Camps dijo...

Me gustan los micros con destino que se muerde la cola. Y éste tiene un argumento excelente, por cierto.
Abrazos.

Anita Dinamita dijo...

Eso fue instinto de supervivencia!
Me encanta, Daniel
Abrazos

Pedro Sánchez Negreira dijo...

En lo personal, no dejan de asombrarme quienes anteponen la profesionalidad a la propia supervivencia.

El micro me parece redondo.

Un saludo.

Angela María dijo...

Esa es la cuestion de cuando se quiere saber todo para evitarnos sorpresas, incluso de la misma muerte. Para saber que igual ella tarde o temprano te "sorprende"

Elysa dijo...

La profecía tiene que cumplirse o se arriesga a perder el empleo...

El Eskimal dijo...

La lógica del destino estaba en que no habría error en lo dicho por el profeta. ¿Qué otra persona podría hacer cumplir el presagio de manera total?

Esteban Dublín dijo...

Susana, me alegra que conflicto y resolución hayan sido de tu agrado. Abrazos para ti.

Anita, cuando toca, toca.

Pedro, a mí tampoco, pero Dios me libre de esos profesionales.

Esteban Dublín dijo...

Angelita, cuando imploramos por conocer el futuro, el presente se hace invivible. Besos.

Elysa, es así: ¿vida o trabajo?

Eskimal, cualquier otra persona. Creo que no se trataba de un micro sobre el destino, sino sobre el orgullo.