miércoles, 15 de agosto de 2012

Juegos de fantasmas II

Cuando se encuentra profundamente dormido, tres golpecitos secos en la ventana de la habitación suelen despertar al tío Normando. Aunque se levanta levemente asustado, cambia de posición y procura conciliar el sueño de nuevo. En pocas ocasiones lo consigue. Celosa como era, la tía Etelvina, su esposa que murió hace varios años, logra colarse en los sueños del tío y cuando descubre que aparece una mujer que no es ella, se acerca a la ventana y toca con firmeza tres veces para recordarle a su viudo hacia dónde debe dirigir sus fantasías. Lo sé porque la he visto y, claro, porque algunas noches, el tío también pide mi intercesión para tener una noche de paz.

5 comentarios:

Cortacuentos dijo...

Joder con la tía, no deja descansar al pobre hombre ni muerta.

Me gusta el relato. Me parece original.

Una perta

Anónimo dijo...

llegue a tu pagina googleando, buscando microrelatos, y me quede a vivir, gracias por compartir tu arte. CK

Esteban Dublín dijo...

Cortacuentos, pasa, ¿o no?

CK, siempre bienvenido (a) a esta casa de microrrelatos.

Elysa dijo...

Jajaja, me encanta ese final. Me gusta mucho esta serie de Juegos de fantasmas.

Besitos

Esteban Dublín dijo...

Me alegra que sea de tu agrado, Elysa.