viernes, 8 de noviembre de 2013

El racionamiento

En el año 92, debido a la escasez se agua que se presentó en las hidroeléctricas de Colombia por un fenómeno climático, el gobierno se vio obligado a decretar un racionamiento de energía en el que se hacían cortes de luz de las cinco de la tarde a las nueve de la noche. Durante esas horas, las familias sustituimos el televisor por la radio y el silencio por el diálogo. Recuerdo con cariño el tiempo que pasaba escuchando las anécdotas de mis abuelos contándonos acerca del amor que los encontró. Aquel navío que atravesaba el río Magdalena al que mi abuelo se coló solo para ver a mi abuela, aquellos telegramas que se enviaban desde sus ciudades natales para sostener vivos los recuerdos, aquel bolero dedicado en la serenata que selló el enamoramiento. La paradoja no deja de sorprenderme. Volvió la luz y se apagaron las conversaciones.

2 comentarios:

Alís dijo...

Por eso antiguamente las familias eran más numerosas y más unidas, porque pasaban las noches a la luz de un candil y no quedaba más alternativa que conversar.
Ahora nos dejamos distraer demasiado por los inventos tecnológicos y olvidamos que tenemos personas a nuestro lado.

Un abrazo

Esteban Dublín dijo...

Las deficiencias del progreso, Alís. Ya lo denunció muy bien Saramago en La caverna.