lunes, 11 de noviembre de 2013

Espejos de concreto

Debajo de esta casa habita un intruso. Puedo sentirlo pegando el oído al techo, encaramado a un butaco, mientras yo me agacho para escuchar en qué anda.

2 comentarios:

Alís dijo...

¿Por qué será que nos atrae tanto lo que hay del otro lado de la pared (o el techo, o el suelo)?
Vaya dos!!

Un abrazo

Esteban Dublín dijo...

Tres, cuatro, cinco. ¡Un abrazo, Alís!