domingo, 27 de enero de 2019

Mitología uitoto, Vaupés I

Era la nada, no había cosa alguna. Allí el Padre palpaba lo imaginario, lo misterioso. No había nada. ¿Qué cosa habría? Naainuema, el Padre, en estado de trance, se concentró, buscaba dentro de sí mismo. Una vez controlada la nada, Naainuema creó el agua: transformó en agua la saliva de su boca.           
          Luego se sentó en esta parte del universo, que es muestra tierra, para crear el cielo: tomó una parte de esa tierra y con ella formó el cielo azul y las nubes blancas.

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