viernes, 29 de agosto de 2008

Jitler IV: la equivocación

El Jitler me dijo que ese perro no se lo merecía. Ya tenía su fama bien ganada de sicario, se fue haciendo fuerte, pero un día la cagó. Al Jitler no le gustaba andar en moto, como los del gremio, al man le gustaba ir a pie y que lo vieran, cuando se le paraba al frente al mancito le decía quién le había hecho el mandado y le disparaba. Esa noche iba siguiendo a un negro, el tipo cruzó en una esquina y el Jitler lo paró. Le dijo aquí le manda don Ramiro y pum, pum, pum. La cagada era que ese no era el grone que le habían mandado. Me dijo que por eso casi lo quiebran unos duros, que desde ahí se tuvo que esconder más porque ya le han puesto más de una trampa para cobrársela. Medio emputado con él me dijo que eso le había pasado por marica. (Continuará)…

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