lunes, 26 de enero de 2009
Reencuentro
Llevabas muerta cinco días. Aún empapado en llanto abrí la puerta al escuchar el timbre y te vi. Idéntica. Con una sonrisa distinta, perversa tal vez; tus ojos, encendidos como el fuego; tu rostro, pícaro, malicioso. “¡Amanda!”, grité incrédulo al verte y me abalancé sobre ti para comprobar que no eras una alucinación. Y tú, indiferente como nunca, entraste hablándome en un tono que desconocí por completo. Lo que no entiendo es cómo, en treinta y dos años de matrimonio, nunca mencionaste que tu hermana, la avara que vendría por tu herencia, era gemela tuya.
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8 comentarios:
Master Dublín, ya sabe, yo soy muy cinematográfico, cinéfilo, como quiera. Este cuento me refirió directamente a aquella película que se llama El gran truco.
Saludos
Y yo esperaba una explicación mas sobrenatural... de cualquier manera muy buen cuento y ahora que lo pienso tambien me acorde de aquella excelente pelicula.
Pues yono sé nada de cine, y las películas se me olvidan luego. Pero este cuento me gustó mucho. De hecho, pensé igual que Turín que sería quizá Amanda convertida en la Parca para llevarse al marido... en fin, esta mente nuestra...
Me gusta la idea de ella diferente, pero la hermana me mata el amor por el cuentito, no me enamoré, sólo me dejé seducir
Se me descompone el cuentito al final maestro, quizá esperaba algo más contundente.
Salú pue.
Fernando, no recuerdo haber visto la película. Haré la tarea. Por cierto, voy a incluirte en mis enlaces.
Don Turin, en estos tiempos no es tan sobrenatural encontrar hermanos avaros e interesados. Con esto de las herencias...
Mi querida Nancy, me encanta tu desparpajo para decir las cosas. Y sí, nuestra mente es peligrosa, bien peligrosa.
Female, está muy bien. Los cuentitos son como los seres humanos. Unos tienen mayor encanto que otros. Algunos seducen más que otros. Y sólo logramos enamorarnos de unos cuantos.
Johan, como le digo a mi querida Female, así son los cuentitos. Una maravilla en todo caso encontrar opiniones tan diversas. Así como algunas mujeres nos gustan, pasa con los cuentos. Algunas nos seducen y nos embobamos con su encanto. Otras sencillamente pasan desapercibidas y ni nos interesa acercarnos a ellas. Salú.
pobre hombre... se le debió haber estallado el corazón al verla...
Mi querido Jorge, yo diría lo mismo.
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