La tinta de tu pluma se transforma,
revolucionaria y altanera,
en fuente vívida de terror,
que cambia
repentinamente
a ser origen de abandono.
Y aún cuando parece que no queda
ni un poco para escribir,
sale un gramo de veneno,
que se estira y se encoge,
tal cual como cuando tú, Jorge Mario,
miras de frente a Naomi Watts.
jueves, 16 de abril de 2009
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13 comentarios:
Siempre necesitaré a Naomi, desde "Mulholland Drive". La tengo de fondo de pantalla y todo. (A veces también a la Portman).
Gracias por el poema.
¡Me gustó este poema!... tinta y veneno, qué buenos ingredientes...
Hola Esteban!! soy Ana hace poco que visito tu blog y debo decir ke me fascina todo lo ke escribis, un escritor de la vida innato, un genio, admiro esa versatilidad de palabra ke tenes, saludos anastecicos!
A esas plumas que destilan veneno hay que leerlas, porque seguramente son capaces también de ser sublimes.
Destilaba veneno por su pluma, de eso nadie tenía duda. Lo que todo mundo se preguntaba era si su muerte había sido a propósito o accidental.
Salú pue.
o escribes con veneno o no escribes diría alguien por ahí... El extraño de esto de escribir es que ese veneno, paradojicamente, es el que lo sana a uno... Un abrazote amigo Esteban, este lugar me hace permanecer de pie...
Esteban1!! Que bueno incursionando en la poesía. Siempre las letras lelvan veneno. Llevan virus para ser inoculado. Siga clavando colmillos. Un abrazo.
Jorge, ¡La portman! Dios mío, qué belleza. Y el que debe agradecer soy yo (lo digo de nuevo) por confiarme tu nombre. Te digo otra vez que para la poesía la verdad no soy el más dúctil. Eso hay que dejárselo a los que saben de verdad, como tú, pero me quería atrever (con descaro, sin duda) por un momento en tu terreno.
Rule, gracias, sin duda son buenos ingredientes. Bienvenido siempre por aquí.
Anastacia, muchísimas gracias por tus palabras. Lo de genio me halaga mucho, pero es exagerado. Esa palabra sólo le queda bien a las excepciones extraordinarias.
Nancy, lo dices muy bien. Yo creo que el veneno es metáfora del talento, cosa que le sobra a Jorge Sánchez.
Johan, ¡qué microcuento el que has hecho! Me encanta. Publícalo en tu blog. Y por cierto, me estás debiendo un Pajero.
Jorge, leer reanima, escribir mantiene. Eso que dices, con esas palabras, justificas por sí mismo la creación de este espacio. Cuando cuento una historia, no tengo una pretensión distinta a esa, pero cuando alguien me dice que este espacio lo hace permanecer de pie, es como una fuente de energía desbordada que me llega y me llena el alma. Es una alegría que no te alcanzas a imaginar ni en lo más mínimo. UN MILLÓN DE GRACIAS.
Leo, eso de incursionando lo dudaría. Soy pésimo para la poesía, pero quería que el que solicitó este cuento se sintiera en su onda. A él sí deberías leerle la poesía. Es descarnada: http://jeinzu.blogspot.com/
Me gustó mucho este poema o cuento poesía, o poema narrativo, o lo que sea. Averiguaré quién es Sánchez Noguera que sospecho es el mismo Jorge.
Correcto, Pupila. Es el mismo. Un beso grande.
¿Qué escritor no mantiene un poco de veneno en su pluma? Es útil para mantener en su lugar a estos otros que estorban, y también para las arrugas.
Gustavo, creo que es mejor para las arrugas. Sí, bien dicho. Gracias por pasar. Las puertas de esta casa están abiertas.
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