lunes, 20 de abril de 2009

Secreto

Cerré la puerta sin hacer ruido y fui a acostar a los niños. Por ningún motivo podía dejar que se enteraran de qué había en el sótano. Siempre esperaba a que estuvieran lejos, sacaba el plato de lentejas y lo bajaba sigilosamente. Me aseguraba de que no entraran cerrando con doble seguro y colgándome las llaves como collar. En todo caso, a pesar de las precauciones que tomé, un día les ganó la curiosidad y me siguieron. Cuando descubrieron lo que pasaba, no tuve más remedio que dejarlos ahí con su padre.

19 comentarios:

Nancy dijo...

Como siempre, Esteban, excelente. Te dejo un gran aplauso y mi consabido apapacho.

honestidad brutal dijo...

un final totalmente inesperado..!

Como que tienes fresco en la memoria lo del "monstruo de Austria"..

Saludos!

Martín Gardella dijo...

Muy bueno Esteban! Un final que asombra. Saludos

Fernando Ramos dijo...

Me queda un cabo suelto, pienso en qué edad podrían tener esos niños y que les había dicho la madre cuando preguntaban por su padre.

Saludos

Unknown dijo...

Ese pasaje me encanto, sobre todo el final, es increible, y el suspenso que pones maravilloso, saludos de ana

Mauricio Duque Arrubla dijo...

Mi mente empieza a volar pensando quién es la persona que acuesta a los niños. Es hombre o mujer, cuál es la relación con el padre de ellos, es en realidad la esposa como se podría suponer o es alguien diferente... las palabras escogidas, a propósito ambiguas dan para pensar

Campanula dijo...

No me esperaba este final, grandioso, me gusta mucho como escribes.
un beso

Oriana P. S. dijo...

Aaaaaay, que me da algo.
Me gustan mucho esos finales inesperados que les das a tus cuentitos, la crueldad, lo torcido.

Esteban Dublín dijo...

Nancy, yo también me dejo un apapacho. Muchas gracias por estar siempre pendiente de los cuentitos.

Talei, para ser sincero no pensé en el monstruo de Austria, pero no te niego que cale.

Martín, mil gracias. Viviendo de ti, me siento muy halagado.

Fernando, está muy bien que le encuentres un cabo suelto a la historia, pero yo creo que tú mismo podrías responder esa pregunta. ¿Cuántos años crees que tienen los niños?

Anastacia, lo del suspenso me anima. Es cierto y no le había puesto tanta atención a eso.

Mauricio, excelentes preguntas y te invito a que sigas pensando. Estoy seguro que le encuentras a todas una razón, puesta a propósito en el cuento.

Campanula, si no le esperabas, mucho mejor. Un abrazo y me quedo encantado cuando vienes por aquí.

Ángela, :)

Oriana, sí, es cruel, sí, es torcido, pero sí que es humano.

Mis amigos, este jueves es la inauguración oficial de la Segunda Convocatoria de Microcuentos El Dinosaurio. Unos jurados de lujo y un premio que todos van a querer. Mucha atención.

Anónimo dijo...

Uy,uy,uy... que cuentito...un poquito de suspenso, un poquito de terror,un poquito de locura, un poquito de impresión, un poquito de sorpresa...¡tan cortito y con tantos poquitos!...
Muy bueno.

Esteban Dublín dijo...

Jajajajaja. Lauri, me sacaste un poquito de risa. Besos.

yacasinosoynadie dijo...

wow... Debo decir, amigo Esteban, que de todos los cuentos que has publicado aquí, este es el que más me gusta... Me dejó boquiabierto... Excelente...

Esteban Dublín dijo...

Bueno, Jorge, y eso que tú vienes desde hace más de un año. Me alegra mucho tu comentario. De verdad gracias.

Anónimo dijo...

Debo admitir que no he hecho más que pensar en cachorros... el cuento me hace pensar en algo parecido a 101 dálmatas, la primera.

Perdón si mi imaginación se sale de lo planeado. n abrazo sr Dublín

Esteban Dublín dijo...

Jajajajaaj. No importa, Female, si este espacio es el detonante para que la imaginación vuele, no dejes de venir.

Anónimo dijo...

Está genial, de veras.Buenísimo.

Esteban Dublín dijo...

Ana, muchísimas gracias. Un abrazo a la distancia.

Sandra dijo...

Había dejado de venir para leerme dos cuenticos de un tirón, ya ves que por la brevedad, toca acumular cuenticos y disfrutarlos doble o triple... Como todos, este está muy bueno, guarda el suspenso hasta el final y te mantiene en vilo. Y lo del final torcido si no tiene arreglo...a ver si nos sorprendes con un final inesperado y tal vez más inocente ;) Así nuestras mentes retorcidas que esperan un final retorcido se dejan sorprender aún más.

Esteban Dublín dijo...

¡Ah, Sandra! Sin mentes retorcidas, ¡no habría cuentitos! Por eso me gutan tanto. Un abrazo y ya sabes que puedes venir cada día, o cada dos, o cada semana. Siempre te va estar esperando un cuentito.