lunes, 14 de septiembre de 2009
Espejo
El reflejo de Dubán Merker hace todo lo contrario que él. Si levanta el brazo derecho, su ídem levanta el izquierdo y si se empina, su reflejo se agacha. El lío es que no sólo contradice sus movimientos, sino también sus acciones. Porque cuando Dubán actúa de buena fe, su reflejo hace todo lo contrario. El caos ha llegado a niveles insospechados, porque con la firme intención de remediar las maldades de su otro yo, Dubán ha realizado actos de humanidad y generosidad a gran escala que han derivado en guerras y hambrunas. En medio de la anarquía, Dubán se ubica frente a su espejo y de una pedrada cargada de rabia destruye el cristal en un instante. Poco a poco observa cómo, al tiempo que su reflejo se desvanece, él mismo se va multiplicando.
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19 comentarios:
Contradictorios. Complementarios. Antagónicos. Vaya espejito...
Un saludo indio
Buen juego de espejos, Esteban. Precisamente hoy leí por ahí un relato sobre el origen del reflejo de los espejos:
http://ricon-desastre.blogspot.com/2009/09/de-por-que-nos-reflejamos-en-los.html
Aunque a tu protagonista le bastaba con ser malo para que su reflejo se volviera bueno y cívico. No hacía falta romper el espejo, que dicen que trae un montón de años de mala suerte.
Saludos lelos!!!
Si Dubán Merker hubiera aprovechado los cristales rotos, y cubierto de sangre su espejo... hubiera realizado el más grande acto de humanidad y generosidad a gran escala conocido hasta ese momento...? quizás lavar la sangre derramada hasta ahora en guerras y otros horrores... ?
Beso.
Espejito, espejito; dime, ¿quién es el más malvado? El espejo se quedaba callado y devolvía la imagen de un tipo bonachón.
Salú pue.
¡Vaya! Qué final tan más angustiante.
Muy bueno... Me dejó pensando algo que comentar, pero ya todo está dicho en el escrito...
Claro que sí. Buen final Esteban.
Me gusta, me gusta...
Todo lo que diga podría estar de más...
A veces me pasa que mi cuerpo hace todo lo contrario a lo que ordena mi cerebro, pero no es por culpa de un espejo. Buen relato!
No comments, un espejito malvado, ¿no? Saludos para ti.
Víctor, leí el que me mandaste, pero me costó terminarlo, a decir verdad. Con respecto a tu solución, tienes toda la razón, era una buena salida. Pero tal vez Dubán sea excesivamente mojigato.
Sil, también es una buena solución. Pero tal vez no era tan arriesgado como para atreverse a semejante acto de generosidad.
Johan, me encanta el cuentito. Que sea un pajero, ¿bueno?
Javier, si eso eres tú como lector, ¿te imaginas a Dubán como protagonista?
Quimera, bienvenida siempre a esta casa de cuentitos.
Wálter, gracias, mi amigo.
Nancy, muy bien, a mí me gusta que te guste.
Martín, entonces estás en un lío más grave que el del protagonista de la historia. Te recomiendo un psicólogo. Jajajaj. Un abrazo.
Uau, qué historia!! Muy bueno, Esteban. Estremecedor el final.
Felicitaciones.
Rafa
Llama la atención cómo un mismo tema como es el de los espejos puede tener desarrollos tan alejados y diversos unos de otros.
Pienso en tu relato y los míos sobre espejos.
Hermoso y apasionante esa diversidad.
Un saludo.
Rafa
Rafael, sin duda es apasionante ver cómo un mismo tema multiplica la variedad de enfoques y posibilidades creativas.
De hecho, tengo un cuento anterior a este que cuenta la historia de un hombre que no hacía otra cosa que mirarse al espejo para ver qué tan bien se veía, hasta que un día descubrió que le había llegado la vejez. Así, sin hacer nada distinto.
Un abrazo y bienvenidísimo por estos lares.
Tiene un aire "borgiano" este cuento, pero más allá de eso, permítame usted decirle que esta DE PUTISIMA MADRE este cuento, creo que es el mejor que le he leído en los últimos meses Esteban... que texto tan inteligente... que PUTO buen cuento.
Jorge, querido amigo mío, muchas gracias por tus palabras. Lo de Borgiano me halaga muchísimo y, por supuesto, contribuye a mi vanidad de un modo incluso peligroso.
Un abrazo.
wow
Bienvenido, Sergio.
SUPER
Gracias, Marquetete.
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