lunes, 22 de noviembre de 2010

Pegaso

—¡Por favor, doctor, quíteme estas alas!
—¿Para qué? —dijo el cirujano—. ¿No se da cuenta de que es un animal hermoso?
—Sí, doctor —replicó—. Pero todas las yeguas a las que me acerco temen que las deje y me vaya volando.

18 comentarios:

David Moreno dijo...

Me gustó la imagen que describes y me imaginé a ese caballo alado volando de yegua en yegua, jeje

Un saludo indio

Verónica Calvo dijo...

JAJAJAJAJA

Qué ingenuas las pobres... como si sólo se pudiera volar con alas físicas...

Abrazo

Daniel Sánchez dijo...

Muy bueno.

Unknown dijo...

Jajá¡Qué no se quite aquello que lo hace único! Le aconsejaría a Pegaso que busque yeguas mas seguras de sí.

Juan Vásquez dijo...

no se dan cuenta de que él las puede llevar a volar?

Javier López dijo...

Muy bueno, Esteban.

Anita Dinamita dijo...

Lo que se hace por las mujeres (o por los hombres), dejar de ser uno mismo!
Muy bueno Esteban, abrazos

Manuel dijo...

Cuantos hombres y mujeres no se han cortado las alas por lo mismo.

Esteban Dublín dijo...

David, ¿a quién no le ha pasado?

Ananda, la obsesión es capaz de derrumbar cualquier cosa. Abrazos.

Gracias, Dani. Abrazos internacionales.

Patricia, o más bien, que trabaje en la seguridad de sí mismo.

Esteban Dublín dijo...

Juan, sí se da cuenta: no lo ve, que es distinto.

Gracias, Javi. Tiempo sin verte por aquí. Pasa más seguido.

Anita, ¿no es la paradoja del amor? ¿Cambiar por hacer feliz al otro?

Manuel, y contando...

Alís dijo...

jajajaja
Muy bueno, aunque me temo que quitarle las alas no impedirá que lo pueda hacer

Besos

Esteban Dublín dijo...

Alís, parece que te ha pasado...

Alís dijo...

jajaja, por supuesto. A mi edad, hubo tiempo de que se me fueran volando; y también yo me fui volando.
¿A ti nunca te pasó?

Un beso

Esteban Dublín dijo...

Claro que sí, Alís. Soy enamoradizo por naturaleza.

Deigar dijo...

Jajaja bastante bueno :)

Esteban Dublín dijo...

Me alegra, Deigar. Pasa más seguido.

Tomás dijo...

Maravilloso, creo que la solución es enseñarles a volar.

Esteban Dublín dijo...

Y no es tan difícil como parece, Tomás. Un saludo.