—Hombre, yo no puedo…
—Que sí puedes, macho, que sí puedes…
—Que te digo que no puedo, que es un trabajo muy complicado.
—Que esta vez no lo hago yo, macho, que esta te toca a ti.
—Es que no puedo, Quim. Este no…
—Te lanzas o te lanzas.
—No me amenaces, Quim. Si te digo que no, es porque no.
—A que sí puedes.
De un automóvil, escondido entre las sombras, el hombre de personalidad dividida sale decidido a cometer el crimen.
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3 comentarios:
Que no venga para acá, conmigo ya tengo bastante :)
Besos
Ventajas de la esquizofrenia, Esteban, siempre tiemes quién te anime.
Un saludo.
Verónica y Pedro, gracias por pasarse. Un abrazo para ambos.
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