viernes, 5 de abril de 2013

101

Mi vecino del 101 está loco. No lo digo yo, sino los demás vecinos. Aseguran que cada mes compra un gato nuevo para apaciguar su soledad. Si los cálculos no les fallan, ya debería contar con cerca de veinticinco mininos destrozándole el apartamento. En honor a la verdad, yo no he visto ni un miserable gato, pero al pobre ya lo amenazaron con los defensores de animales si no se va con sus mascotas. Yo, la verdad, no sé por qué lo molestan tanto. Deberían preguntarle a los porteros. Ellos, en realidad, sí saben lo generoso que es. Yo mismo los he visto disfrutando encantados el caldo de sopa que les prepara con cierta periodicidad.

2 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Sopa de liebre, supongo.

¡Muy bueno, Esteban!

Un abrazo,

Esteban Dublín dijo...

Y de quién sabe qué más, mi querido Pedro