martes, 22 de abril de 2008

Taxi

Por el radioteléfono, la operadora anunciaba una vez más la alerta a todas las unidades. Un asesino había cobrado la vida de cinco taxistas con los que había acumulado un botín millonario. Neil Payares conducía su Hyundai por la Autopista Sur y sólo faltaban un par de cuadras para dejar al hombre que había recogido quince minutos antes. Cuando cruzó a la derecha como le indicó su pasajero, sintió un escalofrío. Por el retrovisor alcanzó a divisar cómo el hombre sacaba una fina pita del bolsillo y la llevaba con ambas manos alrededor de su cuello.

4 comentarios:

Aretino dijo...

La cuestión está en el su que no se sabe si se refiere al cuello del relator o del asesino.

homohabitus dijo...

me encanta tu forma de escribir, siempre me disfruto tus líneas, son cortas pero sustanciosas

Verónica
http://homohabitus.org/
http://homohabitus.org/blog/

yacasinosoynadie dijo...

alguien que elabore un esquema en plastilina para que aretino entienda... (lector hembra a fin de cuentas)

buen cuento... que escalofrio.

Esteban Dublín dijo...

Mi estimado Aretino, ¿te parece que de verdad no queda claro? Porque es que lo leo y lo releo y no sé si de verdad se dé a confusión. Revísalo de nuevo y me cuentas.

Estimada Verónica, muchísimas gracias por tus palabras. A mí también me encantan las historias que encuentran y que cuentan.

Si te dio escalofrío, este cuentito cumplió su cometido, mi estimado Jorge.