martes, 14 de octubre de 2008

Cambio

Algo pasa con el transporte de Quintana. Aún no entiende por qué ya nunca va de pie ni por qué está dejando de escuchar esa molesta música que antes lo desesperaba. En el trayecto ya no se suben vendedores de dulces, ni de lápices, ni enfermos a los que les hacen falta sesenta mil pesos para la medicina. Ahora se hacen menos paradas y llega más rápido a su destino. Tal vez el desempleo ha bajado y el arreglo de las vías ha sido útil, piensa. Aún dubitativo, ve el semáforo en verde y pone primera.

6 comentarios:

Johan Bush Walls dijo...

La historia del tipo que subió de status al haber comprado carro a setenta meses plazo, con cuotas adicionales en julio y diciembre.

Tráfico.

Salú maestro.

Esteban Dublín dijo...

Quintana podría ser cualquiera de nosotros. Y tal vez, una visión más optimista acerca del progreso en tiempos de recesión.

Salú, Johan.

Johan Bush Walls dijo...

Esteban, tomé prestada la estructura de tu cuentito, lo necesitaba para algo que tenía que decir. Espero no te moleste.

Salú pue.

Esteban Dublín dijo...

No te preocupes, Johan. Si te fijas, ambos son distintos. La palabra mierda en el cuentito deja sentada una historia cíclica y abierta la posibilidad de ganar o perder. En tu caso, eliminados es una sentencia. Por eso digo que es una crítica. De cualquier forma, un orgullo poder servir a lo que quieres expresar.

Diego Fonseca dijo...

Quintana es un fantasma de lo que fue. Sería interesarte viéndose verse en el colectivo, pero eso ya lo hizo una (mala) publicidad.

Siamo ritornati, E
Perdonen la ausencia, pero el trabajo llama.

El Gemelo ya funciona normalmente, by the way.

Esteban Dublín dijo...

Diego, Quintana es un fantasma del pasado, bien dicho, uno que aún no se cree en su propio progreso, más grave aún que el hecho de que no haya pogreso.

Y no me pidas perdón por la ausencia. Las puertas a los amigos como tú siempre están abiertas y hacer un reclamo cuando no llegas sería una falta de respeto contigo y tu tiempo.

Un abrazo, Fonseca.