viernes, 24 de octubre de 2008

Jitler XI: el drogo

Todo el mundo estaba paniquiado después de eso. Por aquí la gente tenía mucho miedo. El Jitler ahí, libre como cualquier cristiano. Lo que pasó después estaba cantado. Unos manes que lo iban a quebrar lo pillaron por ahí mariquiando y le montaron la perseguidora. Corriendo se encontró a un marica que estaba más empericado que el putas. Le dijo que le regalaba el suéter porque le había caído bien. Y nada, ¡qué iba a saber el güevón ese lo que le esperaba! Todo contento... Y pues paila, usted se imaginará lo que pasó. Los manes pillaron al man con el saco del Jitler y le descargaron todo el plomo. ¡Malparido! Con esa la hizo olímpica porque muchos lo dieron por muerto. (Continuará)…

4 comentarios:

yacasinosoynadie dijo...

Ya sabe el cuentito de Jitler que no es de mi agrado. Los otros me han encantado… Que bueno regresar a los agitados mares informáticos y encontrar tu blog tan nutrido… Más que tu evidente talento como narrador me impresiona tu disciplina (de la que carezco)… Yo por mi lado estoy en un periodo de sequía absurdo… No doy, no puedo, me ahogo. ETC… Un saludo cordial buen amigo Esteban… Va con un abrazo.

Johan Bush Walls dijo...

Esteban: Pienso que el Jitler se está volviendo monótono, le hace falta intriga.

Saludos

PADRE RESPONSABLE dijo...

Saludos, Mr. Dublín. Se salió usted con la suya. De momento han caído las cursivas.

¡Y duro con ese tecleo!

Esteban Dublín dijo...

Hola, Jorge, me extrañaba en principio tu ausencia. Ahora veo que has recorrido los cuentitos con disciplina y en los que has dejado tus comentarios, me he dado a responder como hago con todos los amables lectores que pasan por aquí. Y con respecto la sequía, creo que todo se trata de darse a la tarea de escribir todos los días. Porque como todo, es un ejercicio. Si no se hace, no se gana músculo. Por bueno o por malo que consideres lo que escribes, es necesario hacerlo.

Johan, tú sabes cómo agradezco tu amable crítica. Sin embargo, es una micronovela en donde la intriga está en el narrador. Pero por ahora no te puedo adelantar más. Espera con paciencia que ya está llegando a su recta final.

Es una buena noticia esa, padre. Seguiré dándole a la máquina.