lunes, 13 de abril de 2009

Necesidad

Para conservar su empleo como profeta, no le quedó más alternativa que hacer un free lance como sicario.

12 comentarios:

Nancy dijo...

Esteban, me dejaste sin aliento. Cada vez perfeccionas más tu capacidad de síntesis. Éste, me parece "superior"

Martín Gardella dijo...

Brillante! Muy bueno Esteban! Saludos

Johan Bush Walls dijo...

A veces hay que tomar decisiones drástica para sobrevivir.

Será más fácil para un profeta ser sicario, incluso hasta le puede profetizar la muerte a cada víctima.

Salú pue.

Mauricio Duque Arrubla dijo...

¿Quién era el empleador de ese profeta?

Esteban Dublín dijo...

Nancy, muchas gracias por el halago. Un beso desde Colombia.

Martín, de nuevo, mil gracias.

Johan, es cierto. Un profeta puede asegurar el éxito de su carrera si se dedica con ahínco al crimen.

Mauricio, esa pregunta no te la puedo contestar. ¿Qué tal que se entere y contrate al profeta para callarme?

Jorge Mario Sánchez dijo...

Me han gustado los últimos cuentos, Esteban. Felicitaciones.

Fernando Ramos dijo...

El profeta encontró la verdadera utilidad de su profesión, porque siempre las verá venir, las balas digo, o cualquier otra cosa que intente liquidarlo.

Saludos

Esteban Dublín dijo...

Jorge, es un halago muy grande viniendo de tu parte. De verdad que te agradezco mucho.

Fernando, es una buena interpretación. Tal vez el profeta encuentre en el sicariato una seguridad para sus ingresos mensuales.

juan dijo...

bang, bang, bang... rugen el mercado nacional

Esteban Dublín dijo...

¡Juan! Qué alegría verte por aquí de nuevo. No olvides que esta es tu casa.

Ángela Cuartas dijo...

Dicen por ahí que soy leeenta. Y es verdad. Me demoré mucho entiendo este cuento, Esteban. Pero lo entendí, finalmente. Y me pareció de los mejores que he leído en tu página.

Esteban Dublín dijo...

Ángela, muchísimas gracias. Dicen por ahí que para que un microcuento sea bueno debe durar más tiempo en la mente del lector del que se tarda leyéndolo.