jueves, 3 de diciembre de 2009

Señales de humo

Cuando Maggie Mae exhala una bocanada de su cigarro, las volutas de humo forman figuras extraordinarias. No se trata de las típicas imágenes que realiza un fumador promedio, sino de unas siluetas que, aparte de alcanzar una altísima perfección estética, predicen el futuro. El vaho ha profetizado viajes, matrimonios y oportunidades laborales. Y todo, sin excepción, con una precisión absoluta. Días atrás, sin embargo, una figura llenó a Maggie de pavor. Se trataba de un hombre que sostenía una daga dispuesto a asesinarla. Antes de ver cómo seguía, esparció el humo y desvaneció el dibujo. Desde ese momento, ha dejado de fumar. No propiamente por una advertencia médica, sino porque teme conocer el desenlace de su vaticinio.

15 comentarios:

Zarache dijo...

Ya que todas las predicciones se vuelven reales, no la culpo. Lastima que el no ver la visión, no hace que nunca suceda.
Pasaré por el blog de Maggie entonces.

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

gran imagen la del humo del tabaco. Tantos años de cine, tantas imagenes lapídarias, tantas escenas inolvidables...

maravillosa la idea del texto y buen final

Víctor dijo...

Bien, Esteban. ¿Quizás el tipo de la daga era un alter eso del tabaco? ¿Porque fumar puede matar, no? Está bueno; ahora me paso por el sitio de Maggie Mae.

Un saludo.

David Moreno dijo...

Bueno quizá le venga bien ese susto y deje de fumar, porque dicen que fumar mata...

Un saludo indio

maggie mae dijo...

jajaja, me encantó!!! gracias, esteban. Lástima que en la vida real el humo no vaticine nada, o mejor: si vaticina: un cáncer.
y pusiste mi foto!! un besito.

María Isabel Gómez Castillo dijo...

Interesante visión para acercarse al presagio.
Isabel Gómez

Nancy dijo...

Bravo, muy bien... y bien por ella, que si no la mata uno, la mata lo otro.
Apapachos

manu dijo...

Sería demasiada responsabilidad, o por lo menos generaría un desequilibrio...aún mayor...del que se tiene por el solo hecho de vivir. El sacrificio es necesario, casi obligatorio.

Saludos

Martín Gardella dijo...

Muy buena idea! Buen homenaje! Excelente relato. Felicitaciones!

Esteban Dublín dijo...

Lau, no sé. Aunque este cuento pertenece a la ficción, yo soy de los que cree que el destino lo hace cada persona, sin intermediarios, sin profetas. Un beso.

Daniel, te agradezco mucho las palabras. Un abrazo.

Víctor, la versión de tu pregunta es interesante. ¿Por qué no?

David, tal vez la metáfora esté dirigida a lo que dices, pero eso lo dejo a los lectores.

Maggie, fue un verdadero placer escribir un cuento sobre ti. Gracias por la confianza de dejarme tu nombre.

Esteban Dublín dijo...

Isabel, debo decirte que aunque no fumo y, de hecho, me parece un vicio horrible, las volutas de humo siempre me han parecido una cosa fascinante. Estaba buscando un cuento así hace tiempo y por fin lo encontré. Un abrazo.

Nancy, pasa siempre. El destino tiene tantas caras que sería imposible elegir una para nosotros. Besos.

Manu, primero que todo, bienvenido por aquí. Aunque creo que los sacrificios no deben ser una característica de dejar de tener, sino más bien de tener por otro medio a través del servicio.

Martín, como siempre, agradezco de corazón tus palabras. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me gustan todas las derivaciones que tiene este cuento...pero hoy aunque me cueste mucho hacerlo y me sienta una caradura, quiero hacerte un comentario sobre el final, y es que me ocurrió que mentalmente mientras leía el cuento, el desenlace se me hizo que estaba dicho en: "Desde ese momento, ha dejado de fumar". Luego, me pareció que el último párrafo era redundante.
Estéban, de verdad me dá verguenza dejar estas opiniones, ya que el escritor sos vos, y además ¡que escritor!
Pero bueno, siempre te queda el recurso de contestarme, jeje!!!
Mis cariños, como siempre.

Esteban Dublín dijo...

Lauri, lo primero que tengo que decirte es gracias por atreverte a expresar tu opinión con respecto al cuento. Y lo segundo es que no temas en ningún momento volver a hacerlo porque yo recibo encantado los halagos, pero eso es muy fácil, así que realmente agradezco mucho más las críticas, porque me hacen pensar, con razón, que aún hay mucho que pulir.

Lo del escritor, el título me refiero, es algo que tomo de un modo más bien prudente.

Ya con respecto al cuento y releyéndote, creo que puedes tener razón, pero aunque la frase genere repetición, lo que creo que le añade es un final seco. Se refiere a que no dejó de fumar precisamente por un posible cáncer, que es la posibilidad más incuestinable de un fumador, sino que lo hizo por una profecía, algo que ni siquiera se sabe si es real. La paradoja va que a nosotros, los seres humanos, nos llama más la atención lo misterioso, aquello que no se puede explicar que incluso aquello que ha tenido demostración científica a través del tiempo.

Un beso grande, querida Lauri.

Anónimo dijo...

Gracias por recibir bien mis palabras. Y por dedicarme amablemente, como siempre,las tuyas.
Pero,¡epa!, lo de escritor no es para mí un título, si no que SE ESLO QUE SE ES, desde adentro, inevitablemente, inconscientemente, encantadoramente (porque encantada se vuelve la mente cuando las palabras brotan naturalmente, con vida propia, a veces para el propio deleite, a veces para compartir con otras mentes ávidas de experiencias a través de la lectura y la imaginacíon)
Desde aquí te dejo mis cariños, esperando que el año que ya casi comienza te sea excelente, y que pases muy felices fiestas!!!!!
Por supuesto, debo decir que es una alegría compartida saber que tus lectores y 106 seguidores somos queridos por
los cuentitos, y tené por seguro que el número seguirá creciendo y con él la cantidad de lectores que realmente disfrutamos de leerlos.
¡Nos seguimos viendo!!!!!

Esteban Dublín dijo...

Gracias por tus palabras, Lauri. Tus opiniones y las de otros lectores son valiosísimas para mí. Felices fiestas para ti también. Abrazos y besos.