viernes, 25 de marzo de 2011

Cancerbero

Aún cuando saben que merecen el rigor de su castigo, almas en pena buscan escapar de los círculos del Hades. Con la firme intención de alcanzar la expiación definitiva, pecadores se mueven entre las llamas que los consumen y llegan hasta las puertas del infierno. Justo ahí, cuando creen que no hay lugar para mayor abominación, se topan con un can de tres cabezas que ruge furioso mostrando la extensión de unos colmillos babeantes de rabia, como advirtiéndoles que su destino está limitado a volver a los sufrimientos del averno o servirle de cena como mascota de Satanás. Lo que muchos dejaron de pensar es que, como todos los perros, él tan solo quería divertirse. Al menos yo, cuando escapé, le lancé una ramita para que me la trajera de vuelta.

4 comentarios:

Víctor dijo...

El micro te lleva por un buen ambiente, pero el final (la broma final) quizás lo desinfla un poco. No sé, lo leo luego más despierto a ver qué me (re)parece.

Un abrazo internacional.

Angela María dijo...

mmm... el final queda un poco flojo para lo que en verdad es el texto.
Sacaste inspiracion de la Divina Comedia?

Un beso.

Pablo Gonz dijo...

Me encanta el humor, Esteban. Creo que soy adicto.
Abrazos,
PABLO GONZ

Esteban Dublín dijo...

Víctor, puedes tener razón. Abrazos internacionales.

Angelita, es verdad que se afloja al final. La divina comedia, por supuesto, es un referente ineludible para mí.

Me alegra mucho, Pablo. Un saludo.