sábado, 16 de abril de 2011

Preludios, interludios & minificciones: las 95 cápsulas de diversión de Esteban Dublín

Navegando por la red, me encontré con esto y no pude evitar querer compartirlo con ustedes.

 Por Carol Contreras Suárez
Promotora de lectura y escritura - Biblioteca Pública El Tintal Manuel Zapata Olivella
 
A propósito de la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá, hoy quiero reseñar un libro que me encontré en el pabellón de caricatura y diseño gráfico. Por supuesto, lo que primero me atrajo fue el delicado trabajo de ilustración que lo acompaña: una mezcla de luminosidad, trazos finos y simbolismo que, de la mano de cinco artistas, crea un estilo muy propio de la “zona pink” que han empezado a atribuirme algunos amigos. No obstante, desde la primera página que leí empecé a sorprenderme y, sobre todo, a reírme. La literatura puede o no tener fines prácticos, pero si no conmueve, remueve, altera o pervierte, lejos está de interesarme.

Hay que decir que cuando se trata de microrrelatos a veces espero poco, pero como lo dice el prologuista del libro, Daniel Frini, “La microficción es (…) la expresión literaria que refleja más acabadamente el ritmo de nuestra vida en estos extraordinarios años de principio de siglo”. Esteban Dublín, autor de Preludios, interludios & minificciones, no sólo da cuenta de la velocidad histórica con sus palabras sino que permite que sean leídas como si de cine se tratase, privilegiando la inmediatez y fugacidad de la imagen.

El libro está dividido en cinco actos: “Mínimas inconexas”, “Mortales legendarios”, “Zonas anónimas”, “Breves intertextuales” y “Microscópicas”. En el primero, las historias parten de lo cotidiano para desembocar en lo inesperado y casi misterioso; microrrelatos como “Hábito” o “Secreto” rozan con lo extraño, mientras que “De otro mundo” o “Trastorno” remiten directamente a películas de terror clásicas. En el segundo acto, los protagonistas son personajes que se sobreponen al concepto de normalidad, enredando el destino a su antojo hasta conseguir delicias, perfección, amor y –una que otra vez– la muerte. En el tercer acto, los lugares y objetos fantásticos ceden su paso al desconcierto y quizá por ello se hacen mis predilectos. Y en el cuarto y quinto acto, en minificciones como “Realismo trágico” o “Vampiro en el espejo”, el escenario se torna un juego de palabras que acuden a la intertextualidad y a una contundencia minimalista cercana al aforismo.

Para los lectores incautos, esta compilación se puede leer en desorden, dejando que cada página se convierta en una cápsula capaz de cambiar el ánimo: unas veces espanta en la forma de espectro negado, otras veces cuestiona cual cuidad que huye de sus habitantes, y otras también deja sin palabras ni ideas concretas hasta 1 o 2 minutos después…

Lo cierto es que su autor, haciéndole honor a sus premios, ha encontrado un estilo interesante para narrar la vida cotidiana a través de muy pocas palabras, generando grandes expectativas con títulos como “La historia del hombre que apostó al 16 negro en la ruleta la casa, el carro, los ahorros de veintitrés años y el reloj” o simplemente “Desespero”. En cualquier caso, este libro también es una buena oportunidad para apoyar las nuevas apuestas editoriales de colectivos como Adéer Lyinad Ediciones, Fabricca (quien se encargó de la producción general) y Proyectador (responsable de la convocatoria de ilustradores).

Para los interesados en adquirir el libro, estará disponible en librerías en el mes de octubre. Si no aguanta la tentación diríjase a http://estebandublin.blogspot.com/ y pregúntele directamente a Dublín.

Dublín, Esteban (2010). Preludios, interludios & minificciones. Bogotá: Aydéer Lyinad Ediciones.

4 comentarios:

Gabriel Bevilaqua dijo...

Una de las recompensas más grandes que puede tener alguien que escribe es que un desconocido (y por tanto sin ningún tipo de compromiso ni cortesía ni nada hacia ese alguien) te haga una ponderación como la presente. Felicitaciones y a disfrutarlo.

Saludos.

Daniel Sánchez dijo...

Enhorabuena.

Muy merecidas esas palabras

David Moreno dijo...

Enhorabuena Esteban.

Un saludo indio

Esteban Dublín dijo...

Gracias a todos, amigos. Para mí fue una grata sorpresa. Abrazos para todos.