lunes, 1 de agosto de 2011

Paradoja sobre el apego

El oso de peluche que tengo sobre mi cama esconde un cuchillo. Ya no sé si abrazarlo para conciliar el sueño o no pegar el ojo en toda la noche.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Ese cuchillo está ahí oculto por si surge la contingencia de usarlo , ya sea como defensa de tu vida o para algo menos dramático como rebanr jamón y preparar un bocadillo.
Más no hagas lo que un primo mío que olvidó el bocadillo a medias en un cajón de la ropa, y al volverlo a topar varios meses después, notó la presencia del alimento porque refulgía en la oscuridad con luz propia, pues así se lo comió y estuvo a minutos de morir para siempre en la sala de emergencias.

Rocío Romero dijo...

Si yo fuera el personaje me decantaría por la segunda opción sin dudarlo :-)
Abrazos

Verónica Calvo dijo...

Es lo que tiene el apego y las paradojas.
Estás ingenioso, Esteban, qué bien :)

Abrazos

Elysa dijo...

Esto... pues la verdad no sé con cual de las opciones quedarme, no, no lo tengo nada claro, jajaja

Besitos

Angela María dijo...

Desgraciadamente, mis peluches nunca duran mucho tiempo. Pues se pierden en alguna mudanza o mi hermana se enamora de ellos y nunca mas se de ellos.
Si alguno llevaba un cuchillo espero que sea para protejerla en caso de necesidad.

Un abrazo.

manuespada dijo...

Un oso peligroso. Me he leído tu libro del tirón estas vacaciones u me ha encantado, enhorabuena. Merece ser leído. Un abrazo.

Esteban Dublín dijo...

Carlos, ojalá fuera para defensa de mi vida, pero el que lo tiene es mi peluche. Ay, donde se lo llegue a quitar.

Rocío, ¿estás segura?

Ananda, me sonrojas. Un beso.

Esteban Dublín dijo...

Elysa, imagina en la encrucijada que estoy.

Angelita, pues salúdame a tu hermana y que no le pase a tus peluches lo que le pasó al mío.

Manu, un gustazo. Yo también me he devorado Zoom en este tiempo. Hay verdaderas joyas que me confirmaron y reafirmaron tu talento de escritor. Un abrazo grande.

Claudia Sánchez dijo...

Pues si ha sido de reciente adquisición, mejor mudar al oso de cuarto. Apégate a una conejita, anda... ;-)
Besos,

Esteban Dublín dijo...

Aunque no lo creas, Claudia, estoy pegado a una conejita. Un beso.