viernes, 2 de marzo de 2012

Viernes

Rozando las cinco de la tarde, un esfuerzo universal concentra su energía en la aceleración del tiempo para que la noche del viernes llegue cuanto antes. A eso se deben los ardientes rayos del sol que iluminan las aceras y el azul brillante que adorna el firmamento como presagio de celebración. A pesar del empeño y el deseo colectivo, la luna siempre tarda en ponerse sobre el día de Venus.

5 comentarios:

Susana Camps dijo...

Qué maravillas obra la voluntad...
Poético y sugerente, Esteban, un placer.
Abrazos

esarrian dijo...

como siempre me alegras el día al leerte... quería preguntarte si podía compartir periódicamente tus escritos en mi pa´gina de facebook, con la cual me comunico con mis alumnos (soy docente universitaria), calro dándote todos los créditos y los enlaces al blog, o prefieres que solo coloque el enlace para que te consulten directamente....

gracias,

Melvin Rodríguez Rodríguez dijo...

Un micro muy poético.

Saludos.

Esteban Dublín dijo...

Me gusta hacer experimentos, aunque nunca me resultan tan inspiradores como los de Manu Espada. Esta vez, con dos días de la semana que me resultan ineludiblemente inspiradores: el lunes el del lunes y el viernes el del viernes. Hubiera resultado más interesante hacer uno para cada día, pero el tiempo, queridos amigos, no me da.

Esteban Dublín dijo...

Susana, agradezco tus palabras y tu visita después de tanto tiempo. Un beso.

Esarrian, claro que puedes compartir los cuentitos en el lugar que quieras en el momento que quieras. Lo único que te pido es que me avises dónde para estar pendiente de eso. Un beso.

Gracias, Melvin. Siempre digo, insisto, en que la poesía y yo no nos llevamos bien de la mano, pero resulta que me dicen con frecuencia que tenemos una relación poderosa. Yo aún no lo sé, pero me alegra saber que se despiertan emociones.