viernes, 4 de mayo de 2012

Juego de honor

El verdugo y el condenado se juegan una apuesta en una partida de ajedrez. El triunfo del verdugo le dará el derecho de elegir un encarnizado modo de asesinato. El del condenado le brindará la posibilidad de huir para conservar la vida. Las blancas se mueven a la ofensiva. Las negras contraatacan sin cuartel. Muerte al alfil, matanza de peones, venganza real. El verdugo sabe que al frente tiene un hombre capaz de cualquier cosa con tal de salvarse. El condenado, que se enfrenta a un enfermo amante de la sangre. Caída de las torres, aniquilación de caballos, guerra de reinas. A pesar de las ideas que evoca el triunfo para cada uno, ambos están demasiado concentrados en el juego, pensando su movida final. Ruina del último alfil, condena de la reina, jaque mate.

 —Bien jugado —dijo el verdugo—. Jamás había tenido un mejor rival. Mereces vivir aunque hayas perdido. 

—Prefiero la revancha —sentencia el condenado—. Es la gloria o la muerte.

7 comentarios:

Torcuato dijo...

El que haya jugado al ajedrez sabe que ese final es perfectamente posible.
Un abrazo, Esteban

Mar Horno dijo...

El ajedrez es para mí un juego del diablo. Me parece tan innacesible como la física o tocar el piano. Sería incapaz de aprender aunque en ello me fuera la vida. Espero no encontrarme ningún verdugo con esta afición, seré una víctima bastante fácil. Un abrazo.

Lucas Vargas Sierra dijo...

Hermoso.

"Once more into the fray
The last good fight I'll ever know
Live and die on this day
Live and die on this day"

Lucas Vargas Sierra dijo...

Uy parce, me mataste con esta fábula. Está pero muy, muy, muy chimba. Nada más le critico el título, es muy poquito título pa' tanto cuento.

Un abrazo y gracias, empiezo guerrero el día.

Esteban Dublín dijo...

Torcuato, cuánto tiempo sin verte. Es bueno encontrar afines en las lides que supone el reto del ajedrez. Un abrazo y gracias por pasar.

Mar, es un misterio indescifrable. Mover las fichas aún sin saber jugar estratégicamente ya es una suerte propia de la ficción.

Lucas, tanto tiempo. Con respecto al título, agradezco la crítica, pero aún no encuentro uno más adecuado, aunque quizá sí resulte demasiado obvio.

Angela María dijo...

Un cuento Impecable.

Favorito!

Un beso.

Esteban Dublín dijo...

Angelita: siempre tan amable conmigo. Un beso enorme.